Boca 1 (2) - Gimnasia 1 (1) - Copa Argentina 2024
El debut fue tan decepcionante que Gago necesitó hacer cambios. De nombres, por supuesto. Pero también, de esquema. En ese sentido entendió que el 4-3-3 no era posible si quería jugar con Merentiel y Cavani, dos centrodelanteros. Entonces plantó un 4-2-3-1, el dibujo con el que terminó dirigiendo al Chivas mexicano.
Los uruguayos compartieron cartel, pero Cavani fue la referencia y su compatriota se tiró unos metros atrás. Aunque la diferencia la hicieron los extremos, Aguirre y -especialmente- Zeballos.
El Changuito fue imparable cada vez que encaró. Hubo un partido interesante, además, de los laterales. Aunque Advíncula y Blanco treparon en varios ataques, supieron cerrarse para permitir el desborde de los extremos.
Detrás de ellos Miramón se sintió más libre para jugar junto a Belmonte en un doble 5 que cubrió bien los espacios, que recuperó y fue una buena oposición para los mediocampistas del equipo platense.
La apertura del marcador llegó rápido. Fue a partir de una pelota parada ejecutada por Aguirre. Llegó un rechazo desde el área, Zeballos habilitó a Advíncula y el peruano pinchó un centro para Anselmino que llegó libre y cabeceó al gol.
Boca fue directo, no acumuló tantos pases. Y casi marcó el segundo con un tiro libre de Cavani apenas desviado.
Gimnasia presentó un 4-3-3 en el que se destacó por las bandas. En el medio manejó la pelota con Max o Martín Martínez y abrió el juego para Matías Abaldo a la derecha o Briasco a la izquierda. Por momentos profundizó. Sin embargo, nunca inquietó a Brey.
Siempre estuvo más cerca Boca. Incluso en el final de la tapa inicial Zeballos lo tuvo dos veces, pero no pudo con Ledesma.
El segundo tiempo se demoró por los incidentes en la tribuna y cuando arrancó Boca entró con dos cambios que denunciaron las intenciones. Aguirre le dejó su lugar a Zenón y Zeballos pasó a la izquierda. También ingresó Saracchi.
Y Zeballos despegó por el otro andarivel. De un desborde suyo y el centro atrás, Boca pudo haber gritado el segundo, pero Cavani, con el arco libre, reventó el travesaño.
Méndez movió el banco. Y entraron muy bien De Blasis y Zalazar.
Un volante con manejo y un delantero veloz, respectivamente. Pero Boca lo tuvo contra las cuerdas a Gimnasia. De no ser por una gran tapada de Ledesma -a un zurdazo de Saracchi- lo hubiera liquidado.
Hasta que llegó un tiro de esquina, ejecutó Zalazar y Brey, que hasta ese instante había mostrado seguridad, falló en el cielo del área. La pelota lo superó y rebotó en Rojo. Gol en contra y empate.
Gago desconcertó con los cambios. Sacó a Zeballos, el más punzante, y entró Giménez. Ya no estaba Cavani, reemplazado por Pol Fernández. Después ingresó Figal y Advíncula se instaló en el medio.
Boca acorraló a Gimnasia, pero falló en el área. Y en el final quedó manchado el arbitraje de Baliño, que les perdonó la vida a Castro, Garayalde -lesionó a Zenón, que tuvo que salir- y Fernández.
Llegaron los penales. Y apareció Brey. Aun cuando erraron Merentiel y Giménez, el arquero se convirtió en el héroe. Y Boca recuperó la sonrisa.