Racing 6 - Huachipato (Chile) 1 - Copa Sudamericana 2024
Pero el fútbol no da respiro, claro. Por eso en el final, el grito se hace carne en la garganta de los hinchas. “El domingo, cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”, baja desde las tribunas. Se viene Independiente, nada menos. Y como para entrar en calor para el clásico, la victoria se hace holgada ante un rival de camiseta roja que deja picando una pregunta: ¿cómo hizo Huachipato para vencer a Gremio y a Estudiantes en la fase de grupos de la Libertadores?
Racing fue una aplanadora de punta a punta. Insaciable desde la actitud y voraz en el área visitante. Salió decidido a mostrar su contundencia ante un adversario que llegó con dos goles encajados en Chile y se encontró liquidado en los primeros diez minutos. No hubo equivalencias. Tan superior fue el equipo de Costas que hasta se dio el lujo de errar un penal.
A bordo de un 4-3-3, ese esquema que ya empieza a ser habitual para Costas, fue ancho y profundo. Sus laterales resultaron clave en los dos primeros golpes de la noche de Avellaneda. Primero, Gabriel Rojas. Después, Facundo Mura. Los dos se lanzaron a toda velocidad y desbordaron, una fórmula que puede resultar antigua, pero nunca pasa de moda.
Johan Carbonero tuvo una actuación brillante, acaso su mejor prestación en Racing. Con un toque desarticuló la marca, Rojas metió el centro atrás, Juan Fernando Quintero pegó un saltito para dejar escurrir la pelota por debajo de su cuerpo y en el segundo palo fluyó Baltasar Rodríguez para definir cruzado.
En dos córners ejecutados por Baltasar y Juanfer, que casi se transforman en olímpicos, tuvo la chance de marcar el segundo. Sin embargo, Fabián Cerda evitó el oprobio del tiro de esquina. Primero, con metió los puños y la pelota pegó en el palo. Después, llegó justo para manotear un remate bien cerrado. Fue una advertencia, claro.
Enseguida, Mura se proyectó por la derecha y de un gran centro, Maravilla hizo lo que mejor sabe en el área; controló, giró y sacudió de zurda, rasante.
Racing fue por más, como si no bastara con los dos goles que había hecho en Viña del Mar y los que llevaba conquistados en el Cilindro. Santiago Sosa probó de media distancia y voló Cerda para bloquear el disparo. Rojas se filtró por la izquierda y hubo una doble tapada del arquero trasandino.
Hasta que el propio Sosa anticipó, Juanfer habilitó a Maravilla y el “9”, generoso, dejó a Carbonero de frente al gol. Fue un pase a la red del colombiano.
Hubo dos jugadas de VAR que favorecieron a Racing. Un gol anulado a Maximiliano Rodríguez por un offside y un penal no advertido por Juan Benítez que ameritó la revisión del paraguayo en el monitor. Quintero tomó la pelota, remató, pero sin la precisión que mostró en Chile. Cerda se arrojó a la derecha y tapó el tiro del colombiano.
Pero la Academia quería el cuarto gol antes del descanso. Entonces, Quintero se redimió con un magnífico pase a Carbonero y su compatriota, después del mano a mano que bloqueó Cerda, aprovechó el rebote y resolvió.
En el segundo tiempo, el español Igor Oca introdujo modificaciones y Palmezano, al menos, dio la cara por Huachipato. No había pasado un minuto cuando Marco Di Cesare volteó al “10” en la puerta del área y Benítez cobró penal. El propio venezolano se encargó de descontar.
Sin embargo, Racing estaba explosivo. Y de un tiro de esquina de Juanfer al primer palo y un toque de Maravilla, llegó el gol de Di Cesare, que arremetió por detrás.
Y casi sin poder recuperar el aliento, el hincha volvió a inflar su garganta con un disparo violento de Almendra, que se coló por el poste más cercano de Cerda.
Recién después del sexto grito, Costas movió el banco. Racing pudo hacer más goles, pero le faltó justeza en la resolución de las jugadas, ya casi de gula, claro.
La Academia, ahora, espera por Atlético Paranaense o Belgrano. Pero en siguiente paso es Independiente. Y no puede desenfocarse.