MEDINA, OTRA VEZ FIGURA, Y MERENTIEL CONVIRTIERON PARA EL XENEIZE; PUIG, CON UNA GRAN VOLEA, PARA EL GUAPO
En la noche de los golazos, Boca se sacó de encima a un Barracas complicado
Mejoró su imagen después de un mal primer tiempo y ahora espera rival: Almagro o Excursionistas.
En la noche de los golazos, Boca, con un enorme Cristian Medina, se impuso 2-1 ante Barracas Central por los 16avos de final de la Copa Argentina y ahora se medirá con el vencedor de Excursionistas y Almagro.
No se impone desde el juego Boca y eso es lo que debe preocupar de cara a los duelos de Copa Libertadores ante Nacional. No se trata de una crítica sin fundamentos ni de una campaña en contra de Juan Román Riquelme y el Consejo de Fútbol: el equipo no termina de despegar y es difícil, por no decir imposible, trascender con esa realidad. Si Boca piensa en cosas grandes debe jugar de otra manera.
No son pocos los equipos que imponen condiciones contra Boca. Lo de ayer en el primer tiempo contra Barracas Central no puede ser menos que una gran señal de alerta. Es cierto que los dirigidos por Jorge Almirón se fueron al vestuario en ventaja, pero merecieron muchísima menos suerte. No estuvo fino el Guapo en los metros finales, por eso no logró batir a Chiquito Romero.
Boca se plantó con un 4-3-1-2, con Jorman Campuzano como volante de inicio en lugar de Alan Varela, que se iría a Porto. El colombiano de 27 años regresó del préstamo en Giresunspor de Turquía y será tenido en cuenta por Almirón. No descolló anoche y no hay que echarle la culpa a la falta de ritmo: había tenido minutos en junio por la liga turca. Pero Campuzano es un volante tapón con panorama y presencia, que suele meterse entre los centrales y que no habita más allá de la mitad de la cancha. Es un equilibrista. Alternó buenas y malas en su reaparición y metió un lindo pase a Darío Benedetto en el golazo impensado de Boca en el instante final de la etapa inicial.
Es complejo realizar un análisis del rendimiento de doble 9 porque Benedetto y Merentiel tan solo se conectaron una vez en la primera parte y edificaron un golazo. Se repite: jugó mal Boca ese primer tiempo. Barracas le manejó la pelota, se paró en campo rival y tuvo las situaciones más claras. El gol de los comandados por Almirón puede servir de síntoma: fue de contragolpe. Se arriesgó el Guapo y quedó mano a mano en el fondo, Campuzano lanzó largo para el Pipa, que desbordó con velocidad a Álvarez, Merentiel rebotó para Medina y el mejor futbolista del equipo en el año la agarró de volea y colgó la pelota del ángulo de Desábato.
En el comienzo del complemento, Boca fue un equipo distinto y que puede invitar a la ilusión. Dominó, tuvo presencia y generó chances.
Juan Díaz, en la línea, le apagó un grito a Merentiel, que había eludido al arquero. Un ratito después, Benedetto con un toque de crack puso a correr a Medina, quien le regaló el gol a Merentiel luego de dejar a dos rivales en el camino. Otro golazo y con una corrida desde atrás. Ese segundo tanto, ocurrido 3 minutos, liberó a Boca. Fluyó el juego entonces, los volantes se impusieron y se acoplaron a los atacantes. Hubo minutos de circuitos de pases.
Pero nada dura demasiado en este Boca en construcción: un doble error de Advíncula y Campuzano derivó en un golazo del ingresado Maximiliano Puig: la conectó de aire desde 30 metros y la puso en el ángulo. Otra vez estaba en partido Barracas.
Sergio Romero transita un buen presente y ya no brinda las dudas de tiempos atrás. Es un arquero sobrio y experimentado Chiquito. En la noche santiagueña le tapó dos cabezazos desde pocos centímetros a Alexis Domínguez.
Se puso en partido Barracas y hubo tensión hasta el final. Tuvo otra buena noticia Boca: regresó Ezequiel Zeballos. El Changuito entró a los 37 minutos y en un par de jugadas evidenció su velocidad y su gambeta. Y estuvo a nada de festejar, pero el travesaño le negó el grito luego de un tiro libre hermoso. El nacido en Santiago del Estero había jugado por última vez el 15 de abril ante Estudiantes; este año solo sumó 58 minutos. Para pelear la Libertadores, la presencia del juvenil extremo será vital.
Y así ganó Boca, jugando una mala primera parte, mejorando en el complemento, pero pegando en los momentos justos y haciendo notar el peso de la jerarquía. Existieron lindos encuentros entre Benedetto y Merentiel. La certeza, en tanto, sigue siendo Cristian Medina, un mediocampista que crece en juego y confianza y que es el abanderado de Boca de Almirón, aún en construcción.