Alianza Lima (Perú) 0 - Independiente 1 - Copa Sudamericana 2017
Los dirigidos por Ariel Holan jugaron por momentos bien y si no consiguieron ganar por más goles, fue porque no estuvieron finos en la última jugada.
Alianza Lima no hizo valer en ningún momento su localía en el estadio popularmente conocido como Matute e Independiente pasados los 20 mi- nutos iniciales empezó a hacerse dueño de la pelota y de los tiempos del partido. Manejado por la sapiencia de Walter Erviti, quien jugó su mejor encuentro desde que está en el Rojo, el equipo se fue apropiando de la pelota y comenzó a progresar en el campo a partir de las triangulaciones; el armado de pequeñas sociedades entre sus tres enlaces: Rigoni, Benítez y Barco.
Las pequeñas sociedades funcionaban con mayor intensidad cuando se proyectaban Bustos y Sánchez Miño por sus laterales.
Y si por si había algún desacople, el gran momento de Nicolás Tagliafico, la grata aparición de Alan Franco y la seguridad de Martín Campaña en el arco, estaban para solucionarlo. El reflejo de ese buen rendimiento de Independiente en el marcador, fue tan sólo cosa de minutos. Después de un primer intento fallido, Gigliotti le ganó a un defensor; tocó con la punta con su botín hacia la izquierda y Emiliano Rigoni definió ante la salida desesperada del veterano Leao Butrón.
No varió el desarrollo en el complemento. La virtud del Rojo fue siempre querer más. No fue más amplio el triunfo de Independiente, pero adquiere una gran dimensión porque no lograba imponerse en Perú desde 1968 cuando lo hizo 3-0 sobre Universitarios con una insóloita tripleta del gran José Omar Pastoriza.
El mérito de Holan, quien estiró su invicto a 14 partidos, es también haber recuperado a jugadores como Martín Benítez y Sanchez Miño; encontrarle la posición a Bustos y a Barco, correr a Tagliafico del lateral como zaguero central. Ahora lo espera el desafío de hacer valer su idea el domingo frente a Boca en la Bombonera. Nada menos.