Chapecoense (Brasil) 2 - River 1 - Copa Sudamericana 2015
CON SUSTO, LLEGÓ A LAS SEMIFINALES
River sufrió y perdió, pero es semifinalista
Sigue vivo en la Copa Sudamericana, pese a que fue una de sus peores actuaciones y a que Chapecoense quedó a un gol de forzar los penales.
Ante el rival menos pensado, River sufrió como nunca para lograr la clasificación. La pasó mal el equipo de Gallardo en Brasil ante el Chapecoense, que lo venció dos a uno. Le alcanzó a River por la diferencia en el Monumental. Cumplió el objetivo de meterse en otra semifinal -la tercera sucesiva en el continente- pero dejó muchas dudas para el futuro inmediato. Y otra vez, como pasó en Quito ante Liga, tuvo a la fortuna de su lado.Sufrió mucho River para ganar su duodécima serie internacional consecutiva. Chapecoense salió con más determinación a jugar el partido. Tenía claro que necesitaba sí o sí atacar para buscar la diferencia que le permitiera pasar de ronda. Y River lo padeció. El equipo brasileño -un poco por virtud, otro poco por los desacoples del rival- expuso las falencias del conjunto de Gallardo, que dejó de ser confiable. Ya no ofrece las garantías que lo llevaron a ser campeón de América.
Y anoche jugó uno de los peores partidos de la exitosa Era del Muñeco. Desconectado en sus líneas, sin juego asociado, con escasa recuperación y frágil en defensa.
Gallardo decidió la inclusión de Ponzio para que presionara arriba y así River pudiera recuperar la pelota más lejos de Barovero. Sin embargo, Leo no fue el de la Libertadores y tampoco resultó de auxilio para un impreciso Kranevitter.
River quedaba partido, además porque el esquema no funcionaba. Sanchez y Driussi perdían permanentemente por las bandas y la defensa quedaba expuesta. Y ya no es aquella defensa de días más felices. Balanta esta lejos de hacer olvidar a Funes Mori y Casco no se acopla.
Entonces Chapecoense aprovechaba esos desaciertos defensivos de River y filtraba la pelota entre la defensa visitante. Y atrás dudaban todos, especialmente Balanta. Rangel, el centrodelantero el equipo brasileño, le tomó el tiempo al colombiano y lo superaba invariablemente. Sus compañeros se habían dado cuenta de que la mejor forma de generar peligro era tirándole pelotazos al 9 para que las bajara todas. Y así llegó el gol tras una buena combinación por la izquierda y el cabezazo de Rangel, previo rebote en Balanta.
Justo cuando Gallardo le pedía a la defensa que se adelantara para que el equipo fuera más corto, los cuatro de atrás salieron mal y Ananias se fue mano a mano con Barovero. Balanta lo corrió de atrás y lo tocó. Era falta y roja al colombiano. El árbitro Bascuñán no cobró nada.
Pero hubo una jugada clave que apareció en el recorrido de ese primer tiempo traumático. Ya en tiempo de descuento, apareció Pisculichi por la derecha, enganchó, lanzó un centro de zurda y, en posición de centrodelantero, apareció el siempre oportuno Carlos Sánchez. Cabezazo y gol. Y empate. Justo cuando River comenzaba a recorrer con angustia la cornisa de la posible eliminación.
River fue anoche una máquina de complicarse. A los 7 minutos del segundo tiempo, volvió a dudar en defensa y la pagó con otro gol: centro desde la derecha, cabezazo en el segundo palo y aparición de Rangel. Dos a uno. Tiempo de inquietud para Gallardo y los suyos.
No jugó cómodo tampoco en ese segundo tiempo. A River le dolieron mucho los envíos aéreos, padeció el entusiasmo de un rival con escasos recursos técnicos, lo salvó el travesaño ante un cabezazo de Tiago Luis. Ni los cambios de Gallardo lo rescataron.
Todo un síntoma de una noche complicada. Quedó una impresión, al cabo: si River no se quedó afuera de la Copa Sudamericana fue por la imprecisión ajena más que por virtudes ofrecidas bajo el cielo de Santa Catarina.