Argentina vs. Ecuador - Eliminatorias Mundial Rusia 2018
De los jugadores de la Selección y de su técnico Gerardo Martino depende que esta crisis se transforme en una oportunidad, como dirían los chinos con su filosofía milenaria. Una oportunidad para que Pastore se haga dueño de la pelota. Y una oportunidad, sobre todo, para los Ángeles del Tata, Di María y Correa, que jugarán por afuera y tratarán de ayudar a que el Kun Agüero siga viviendo su intenso idilio con el gol. Nombre por nombre, Correa será el reemplazante de Messi, pero en las posiciones será Di María el que juegue en el sector que suele ocupar Leo, de falso wing derecho, con libertades absolutas.
La línea del Ecuador será la que tendrán que atravesar primero. Un Ecuador que como visitante en cancha de River no ha generado grandes inconvenientes en el pasado. En la Eliminatoria anterior, sin ir más lejos, el 2 de junio de 2012, la Selección que dirigía Alejandro Sabella la aplastó sin atenuantes con un 4-0 decorado por goles de Agüero, Higuaín, Messi y Di María. Esta Ecuador que conduce el argentino Gustavo Quinteros no pudo pasar la primera ronda de la última Copa América.
Para intentar mantener el pulso histórico, y para arrancar con buen pie una Eliminatoria que ofrece obstáculos más inmediatos que las anteriores (la secuencia es Ecuador - Paraguay - Brasil - Colombia - Chile), Martino pone en la cancha su manual de estilo. Dos laterales diferentes a los acostumbrados (Facundo Roncaglia y Emmanuel Mas) que serán clave en ataque, para darle profundidad por las bandas al equipo. El técnico los quiere, sobre todo de local y ante un rival que va a esperar, apostados desde la mitad de la cancha y listos para galopar en ataque, para que el juego sea ancho y vertical.
En el medio, Biglia y Mascherano serán los encargados de dar salida y equilibrio; Pastore de manejar la brújula, de pensar, de elegir los caminos y los tiempos. Nada menos. Sin el imán Messi que en los últimos ciclos de la Selección pareció obligarlos a todos los jugadores a buscarlo con exageración y premura, alejándolo de la zona donde más pesa, el área, y distanciándolo de la función que más lo enaltece: la de depredador serial de arqueros y defensores.
No estará Messi y como dijo Mascherano “necesitaremos más de todos”. Es cierto, porque además de necesidades futbolísticas las habrá emocionales, de personalidad. Es más fácil tener a Messi en la cancha, como antes era tenerlo a Maradona. Les quita presión a los demás, tranquiliza. Pero no va a estar el capitán, el goleador, el faro y además del desafío será un ejercicio necesario. Alguna vez tenía que ocurrir. Messi ha faltado muy poco en la Selección, casi nada en partidos oficiales. Su ausencia debería empujar a todos a demostrar por qué son jugadores de primer nivel en equipos europeos.
Será necesario que Mascherano, el capitán esta noche, grite más, contagie más. Que Di María (el primer Ángel) desborde más, como en aquel debut de Martino en Düsseldorf, cuando sin Messi también el actual delantero del Paris Saint Germain fue un demonio imposible de maniatar para los defensores del campeón del mundo, Alemania. Que Correa (el segundo Ángel) muestre todo su desenfado, el que conquistó el favoritismo del entrenador para elegirlo sobre una apuesta sin riesgos como hubiera sido decidirse por Lavezzi. Está bien la apuesta, por el presente y por el futuro. Refresca al equipo.
Más atrevimiento y gol no se le pueden pedir a Agüero, que hoy se pondrá la 10 y que con Martino de técnico lleva 12 goles en igual cantidad de partidos jugados. El Kun será desde esta noche y hasta que vuelva Messi el jugador con mayor jerarquía presente. Pero Agüero necesita que lo busquen, que lo habiliten, que lo pongan de cara al arquero rival. Para eso, será necesario que Los Ángeles del Tata desplieguen sus alas. Del resto se ocupa el delantero que viene de convertir cinco goles en veinte minutos con Manchester City. Al menos esa es la idea para superar el desafío de jugar sin Messi.