Argentina vs. Colombia - Copa América 2011
LA SELECCIÓN, ANTE UNA DECENA DE DESAFIOS
Los caminos que busca Argentina
Como todo salió al revés de lo pensado ante Bolivia, también es opuesta a lo imaginado la antesala de Colombia. Aquí se suponía que Argentina debía llegar para ratificar un estreno ganador, impactante, con su constelación de cracks brillando a pleno. Sin embargo, como nada de eso ocurrió en su debut y como sólo supo disparar reminiscencias del Mundial de Sudáfrica, antes que a confirmarse la Selección viene a reivindicarse. A ser lo tanto que se esperaba y aún no fue. A pagar un montón de deudas futboleras. A buscar y a buscar... 1 La realización de la idea. Por más que la coincidencia sea el mejor jugador del planeta, resulta una locura esperar y exigir que Argentina juegue como Barcelona con algo menos de un mes de práctica y con mayoría de intérpretes diferentes. Sin embargo, sí puede intentar ese estilo de toque y de control de pelota que levanta Batista como bandera y que casi en ningún momento se aplicó contra Bolivia. Si esa es la idea, que se respete, que no se abandone y que se le cierre la puerta a la desesperación si los minutos pasan y el gol no llega.
2 El número uno del mundo. La Selección espera al Messi de Barcelona. No alcanza con que sea el mejor en un contexto pobre, como ante Bolivia. Así como el equipo debe ser paciente, Messi también. Por eso, aunque no haya funcionamiento colectivo, aunque su talento sea único y su velocidad supersónica, no sirve que vaya a pedirla a campo argentino. Si parte desde tan lejos, al rival se le hace más fácil escalonarle la marca y presionar más lejos de su arco, al cabo lo que supo hacer Bolivia. No está mal que Leo arranque desde la posición de 9 y busque el sitio ideal un poco más atrás o hacia los costados, pero no es sano que exagere ni en el retroceso ni en la gambeta.
3 Los socios para el mejor. Para que Argentina logre la identidad que pretende y Messi se parezca a Lionel, es imprescindible que sea eficiente en su rol el triángulo que forman los mediocampistas centrales, en especial los dos vértices más adelantados, Banega y Cambiasso. Aunque ni son conductores naturales ni se especializan en poner a un compañero mano a mano con el arquero rival, aunque no se asemejen a Xavi e Iniesta, es crucial que la pelota sea de ellos. Que la administren sin apuro hasta ubicar los momentos exactos para exprimir a los de arriba. Así no habrá exceso de vértigo y Messi no sentirá la tentación de retrasarse al extremo.
4 La explosión. Quiere la Selección que Ezequiel Lavezzi sea el rayo de Napoli y que Carlos Tevez sea ese mix de contundencia y de coraje que lo transformó en goleador de la última Premier League. El equipo pide que Pocho no se acelere tanto y que Carlitos no se estacione. Que no descarten las diagonales. Que ambos no se olviden de juntarse con Messi. Por lo mostrado en el estreno ante Costa Rica, no parece fuerte defensivamente Colombia por los costados. Sin dudas, se trata de un ítem a exprimir. Ambos saben que hay una lupa que los persigue, mientras Sergio Agüero y Angel Di María en el banco esperan.
5 El aporte de los laterales. Como hay tres volantes centrales, es vital que los marcadores laterales se proyecten y sorprendan, un movimiento que ante Bolivia incluyó el retraso de Mascherano ubicándose entre los dos centrales. Ahora, ante la exclusión de Rojo, por la izquierda Argentina jugará sin zurdos. No sólo porque Tevez es derecho sino porque al puesto del ex Estudiantes se mudará Zanetti, quien lo hizo varias veces en el Inter pero es derecho. Del otro lado, en el lugar del Pupi, estará Zabaleta, el único que no fue titular ante Bolivia. ¿Que Cambiasso es zurdo? Sí, es real, tanto como que se moverá más que nada por el medio.
6 El equilibrio. En la búsqueda, la Selección requiere atención y orden para no ser lastimada de contra, como le pasó ante Bolivia, cuando Romero le tapó un mano a mano decisivo a Marcelo Martins que hubiera sido el 0-2. El rol de organizador en el 4-1-4-1 de Colombia lo cumple Guarín, ex Boca. Que su influencia sea mínima dependerá en especial de Mascherano.
7 La seguridad atrás. Los pequeños detalles a veces definen partidos. Pasó con el error de Banega en el gol de Bolivia. A evitar las desconcentraciones y a resolver también otras fragilidades, como las esbozadas por Gabriel Milito. Si no hay atención, puede ser letal Falcao, quien en la última Europa League no sólo se consagró campeón con Porto sino también gritó 17 goles y se transformó en el máximo anotador en un torneo europeo. Además, a no perder de vista las apariciones de Adrián Ramos por la izquierda, zona en la que se enfrentará con Zabaleta. Al cabo, no flaquear en el fondo permitirá recorrer esta historia de 90 minutos con calma.
8 La victoria. Siempre ganar aporta oxígeno. Ahora es clave, aunque el margen para clasificar es grande considerando que también pasarán de fase los dos mejores terceros y que en el cierre de esta etapa inicial el adversario será Costa Rica. Que Argentina quede afuera en 1ª ronda en su Copa es utópico.
9 La paz del técnico. Se juega Batista la credibilidad en esta Copa. Desembarcó en el cargo sin una aceptación total y atenuó las desconfianzas en los amistosos, excepto esa gira con el Sub 25 europeo negativa pero con múltiples atenuantes. Con Bolivia descendió varios escalones. Es el momento de subir con esa idea que propone y que en La Plata nunca se observó. Otro tropezón en el funcionamiento y en el resultado vaya si debilitaría al Checho. Se le pide la misma reacción que al equipo. A mano, si falta juego, tiene a Pastore. Y si no hay explosión y gol, recambio le sobra.
10 La confianza de todos. Una dulce exposición en la cancha, decorada con un triunfo ante una Colombia bastante más fuerte que Bolivia, disipará dudas externas e internas. Relajará. Contagiará optimismo. Reducirá críticas. Y en un contexto así, siempre es más fácil encontrar ese camino que Argentina tanto busca.