VENCIO CON AUTORIDAD Y PASAJES DE BUEN JUEGO A LIBERTAD EN ASUNCION POR 4 A 2
Vélez mostró su mejor cara y se trajo el pasaje a las semis
Maxi Moralez hizo los dos primeros. Franco, de penal, y Augusto Fernández, los restantes.
No importa tanto el lugar, los esquemas o los nombres cuando el concepto está claro. Hasta en algunas ocasiones no importa el cansancio ni eso de cambiar seguido el chip para jugar dos competencias a la vez. Vélez demuestra, como demostró anoche en Asunción, que sabe a lo que juega, más allá de algunos sustos o ciertos errores. El tiempo logró que los jugadores asimilen una idea y la lleven siempre a la práctica. El tiempo, vestido de juez, también dirá hasta dónde escalará en esta Copa Libertadores.
Ayer dio un nuevo paso: se sacó de encima a Libertad para estar entre los cuatro mejores de América. En el comienzo, Vélez tuvo que aguantar la tormenta de ataques que le propuso el equipo de Gregorio Pérez. Nada diferente de lo que se esperaba, claro, pero debió apoyarse en Marcelo Barovero para que el cero a cero no se modificara. Como sucedió en ese tremendo cabezazo que le desvió a Maciel, cuando recién se habían jugado tres minutos.
Los dirigidos por Ricardo Gareca pudieron quebrar la presión guaraní cuando Canuto evitó a dos metros de la valla una llegada de Silva, quien había sido asistido por Zapata.
Justamente el Chapa fue el jugador más importante del período inicial. La inteligencia del mediocampista zurdo sobresalió en el esquema (los de Liniers se acomodaron esta vez con un 4-4-1-1). Es que jugando a uno o dos toques, el ex jugador de River y Argentinos Juniors marcó presencia en la mitad de la cancha. Bien acompañado por Razzotti y por Augusto Fernández, como para compensar el escaso rendimiento esta vez de Ricardo Alvarez.
Otra ráfaga paraguaya fue resistida con esfuerzo por el conjunto de Liniers. Un derechazo de Gamarra fue atajado por Barovero; en la siguiente, el arquero salió apurado y Rojas no pudo definir, para que finalmente un cabezazo de Maciel se fuera apenas desviado.
Luego de que Vargas tapara una llegada clara de Silva, sobre el cierre del primer tiempo cayeron los goles. Rojas, con una volea, abrió el marcador. Enseguida, Moralez aprovechó un grosero error de Vera y ajustició a Vargas.
Junto con el pitazo del brasileño Fagundes marcando el cierre de la primera mitad, en todo el estadio se notó la sensación de que la llave estaba cerrada. La resignación decoró el rostro de la mayoría de los jugadores paraguayos, como convencidos de que sería imposible marcar cuatro goles -esa era la cantidad necesaria de tantos para llegar a las semifinales- en solamente 45 minutos.
Tanto fue así que el golazo de Maciel, con un furibundo zurdazo imposible para Barovero, apenas fue celebrado por la gente. Y cuando Moralez empató con un hermoso gol -toque previo y devolución con un taco de Papa-, buena parte de los espectadores empezó a retirarse. Con el correr de los minutos, Vélez se fue acomodando a la realidad del resultado como para iniciar el descanso con vistas a Gimnasia y Esgrima La Plata.
Así, Gareca empezó a disparar cambios incluyendo a Franco, el Mago Ramírez y el chico Bella. Pero como este Vélez gana hasta cuando no le hace falta, Franco -de tiro penal- y Augusto Fernández transformaron aquella igualdad parcial en un triunfo amplio que no deja de llamar la atención. Sea en Quito, Caracas o Asunción, Vélez se anima a tratar de jugar y ganar. ¡Vaya si lo está logrando seguido!