Caracas FC (Venezuela) 0 - 3 Vélez
Después, porque Caracas presionó muy bien en el medio y le sacó la pelota al conjunto argentino. Y encima, dos distracciones casi le cuestan muy caro a Vélez en esos primeros quince minutos. Zapata quiso salir jugando con un lujo, la perdió ante Peña y el remate fuerte del venezolano no encontró ninguna pierna compañera. Después, tras una mala salida, la pelota le quedó a Josef Martínez, quien se escapaba hacia el arco de Barovero, pero Cubero lo tocó justo en la puerta del área. Era expulsión, pero sólo recibió la amarilla. Iban apenas once minutos. Y Vélez seguía con once de milagro.
Cuando Vélez estaba quebrado en el medio, cuando Caracas manejaba el juego y llegaba con peligro, el equipo de Gareca encontró el gol. Apareció la mejor versión: la ofensiva. El Burrito Martínez encaró dentro del área, llegó al fondo, envió un centro atrás, Silva arrastró la marca y Moralez, con un remate mordido, sorprendió a Vega y marcó el primero.
A partir del 1-0, Vélez recuperó la tranquilidad y comenzó a manejar el partido aprovechando el nerviosismo de Caracas, que se quedaba afuera de la Copa. A los 28 minutos, otra vez Vélez se salvó de quedar con un jugador menos.
Hubo otra infracción en la puerta del área de Cubero, quien ayer disputó su partido 395 con la camiseta de Vélez. Otra vez el árbitro le perdonó la vida. Y cuando el partido estaba definido, Gareca tomó la sabia decisión de reemplazarlo para no exponerlo a una roja que estaba latente.
En el inicio del segundo tiempo Vélez definió su clasificación a los octavos de final. Primero, al minuto, con un centro desde la izquierda de Silva que se le metió al arquero por el segundo palo. Después, a los nueve minutos, Ricky Alvarez volvió a confirmar su gran momento: se metió en el área, dejó atrás a su marcador y el centro al corazón del área chica encontró la cabeza goleadora del Tanque Silva. Con el 3-0, Vélez se dedicó a manejar la pelota y buscar nuevas chances para redondear la victoria.
El Burrito seguía mostrando todo su talento en cada intervención. Como el domingo pasado ante Newell’s, fue clave en la jugada del primer gol. Después, tiró dos tacos de esos que invitan al aplauso. A los 20 minutos, Silva encaró hacia el gol y, generoso, le metió un pase bárbaro a Moralez, pero el volante se resbaló cuando estaba para marcar el cuarto gol.
En el final, el partido se calentó, especialmente por el nerviosismo de los jugadores del Caracas. Con poco tacto, los de Vélez entraron en el juego, exponiéndose a una expulsión innecesaria para los octavos de final. Y fue Gastón Díaz, quien había ingresado por Cubero (que jugó de regalo), el que dejó al equipo con diez. Una roja que no complicó la victoria, pero no deja de ser un llamado de atención.