EL EQUIPO QUE DIRIGE DA SILVA LE GANO A LIGA DE QUITO 2 A 1
Godoy Cruz empezó firme en su aventura internacional
Con goles de los dos Sánchez, Carlos y Nicolás, ganaron los mendocinos. Reasco marcó el descuento.
Godoy Cruz mereció todos esos aplausos que brotaron desde cada rincón del estadio Malvinas Argentinas. El triunfo ante Liga de Quito, en su debut en el grupo 8 de la Libertadores, resultó una confirmación: no hubo casualidad en el recorrido de este equipo por el 2010.
No era una cita más para Godoy Cruz. Resultaba la presentación de un equipo cuyano en el máximo torneo continental. Una noche histórica, en cualquier caso. Por eso, también ese contorno de 30.000 personas que le puso un marco apropiado a la circunstancia. En definitiva, pura expectativa y homenaje a la gran revelación del año pasado.
El equipo que ahora dirige Jorge Da Silva estuvo a la altura del episodio. Ante un rival de jerarquía como Liga de Quito (Rey de Copas de Ecuador; campeón de la Libertadores y subcampeón mundial en 2008), Godoy Cruz se mostró más constante, más audaz y más profundo. Sobre todo en ese primer tiempo del que se fue en ventaja (el 1-0 era, a esa altura, una diferencia escasa, considerando el desarrollo y las llegadas) a consecuencia de una buena tarea colectiva y algunos altos rendimientos individuales. En especial, el impecable Carlos Sánchez, quien volvió a jugar como en la Bombonera (en el histórico 4-1, por el Clausura). Y también a convertir: a los 16, definió tras un centro bajo de Rubén Ramírez y un posterior rebote.
Antes y después de ese gol, El Tomba también fue mejor. Y estuvo más cerca. Un detalle al respecto: el mejor del equipo visitante fue el arquero Alexander Domínguez, quien tuvo grandes atajadas ante un tiro libre de Ariel Rojas y un cabezazo de Leonardo Sigali.
El gol de Neicer Reasco -de cabeza, tras un pase de Fernando Hidalgo- al principio del segundo tiempo pareció apenas un accidente. Godoy Cruz no se inhibió y fue por más. Mostró la autoridad del que quiere ganar yendo a buscar y no abrazado a algún azar o error ajeno. Por eso, el gol de cabeza de Nicolás Sánchez fue no sólo una consecuencia del juego sino también un acto de justicia deportiva.
Iban apenas 14 minutos del segundo tiempo de un partido intenso.
No le quedaba otra a Liga: debía ir a buscar. Lo intentó, casi lo empata sobre la hora. Pero no pudo ante un rival que en su estreno en la Libertadores se pareció a un viejo participante de esos que construyeron la mística entre golpes y gloria. Con este Godoy Cruz que es un precioso asombro. Ahora, en el continente.