GANABA RIVER CON GOL DE ROJAS, ENSEGUIDA EMPATO LUGÜERCIO Y LO DEFINIERON MORENO, DE PENAL, Y TORANZO
Racing mostró su juego y se dio el primer gusto del año
Más allá de los muchos suplentes que puso River, lo de Racing habilita a que el hincha se ilusione.
Racing se abrazó a su primer triunfo en 2011 con la aparición de sus titulares. Jugó bien, le ganó con autoridad 3-1 a River -que debutó con casi todos suplentes- y mostró atributos para que nazcan entusiasmos de cara al Clausura que se avecina.
El fútbol del verano, sobre todo en este tiempo en el que casi nadie arriesga nada para que hinchas y turistas vean las mejores versiones y a los mejores intérpretres de sus equipos, no ofrece conclusiones definitivas. En el mejor de los casos, permite observar algún indicio positivo, alguna señal de los que vendrá en el Clausura o alguna cara nueva que merezca futuros espacios.
El caso de River, además, limita más el análisis proyectado: casi nadie del presunto equipo de gala estuvo entre los titulares. Las únicas excepciones fueron el arquero Juan Pablo Carrizo y el defensor Jonatan Maidana. Los demás, apuestas del entrenador (como el mediocampista Facundo Quignón, de 17 años), juveniles y suplentes.
En cuanto a Racing, tal vez, el partido de anoche sirva como un elemento para determinar lo que pretende el entrenador para el futuro inmediato. Un equipo con Gio Moreno como eje y con llegada por los costados con dos laterales volcados al ataque con regularidad.
En defensa con tres centrales y en ataque con un delantero por adentro y otro más movedizo.
En ese contexto se desarrolló un partido con una diferencia clave: la jerarquía de los que más capacidad de desequilibrio tienen. De un lado, la realidad de Moreno; del otro, el futuro de Manuel Lanzini. El primero es una certeza; el segundo es una posibilidad. No hubo casualidad entonces: Racing sacó ventaja de eso.
Sin embargo, fue River el que golpeó primero: a los dos minutos, tras un notable centro desde la derecha de Facundo Affranchino y una rara volea de Rodrigo Rojas se puso 1-0. Rápido, a los 9, empató Racing con una pelota parada, córner de Patricio Toranzo, cabezazo de Cáceres y una suerte de palomita goleadora de Lugüercio.
Más allá de la paridad en el resultado, Racing siempre ofrecía más. Lucía más compacto y tenía más capacidad creativa y profundidad. La consecuencia de esa superioridad se trasladó al resultado: más tarde, a los 31, apareció otra vez Gio, luego de un buen pelotazo de Toranzo, desequilibró por la izquierda, le cometió un penal Jonatan Maidana y el colombiano se encargó de establecer el 2-1, con su estilo fino.
Ya en el segundo, River (más gastado por la pretemporada) apostó por dos conocidos: Diego Buonanotte (curiosamente en la antesala de firmar su contrato con el Málaga) y Fabián Bordagaray (el ex San Lorenzo, que debutó ayer).
No ofreció nada nuevo el equipo de Jota Jota. Y es un detalle relevante: la impresión es que en el plantel no hay mucho recambio para afrontar a los incómodos fantasmas de la Promoción.
Lo de Racing fue para el aplauso por momentos. Fue dueño de casi todo en la segunda mitad. Tuvo la pelota, la manejó con criterio, llegó más, hizo un golazo (Toranzo definió tras una notable jugada colectiva) y Lugüercio pegó un tiro en el travesaño. El final del partido dejó la sensación de la inminente goleada de Racing. Fue 3-1, al cabo. Lo suficiente como para alegrar a sus hinchas bajo el cielo marplatense.