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jueves, 17 de julio de 2014

Lanús 0 - Atlético Mineiro (Brasil) 1 - Recopa Sudamericana 2014

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PERDIÓ LA FINAL DE IDA CON ATLÉTICO MINEIRO Y DEBERÁ DARLO VUELTA EN BELO HORIZONTE
Lanús no tuvo la fiesta soñada
El equipo de Barros Schelotto careció de juego y sufrió el zurdazo goleador de Tardelli. El resultado fue justo.
No se trata de un detalle en la historia de Lanús. Esta participación relevante en la Recopa Sudamericana resulta un retrato de su presente de protagonismo. En el ámbito local, donde se anima a arrancar como candidato casi invariablemente; y en el ámbito internacional, donde juega casi siempre y hasta donde se convirtió en Rey de la Sudamericana. Por eso, el clima de fiesta bajo el cielo de su estadio que cada día parece territorio de citas más grandes. Pero el desenlace no acompañó a la cuestión: Atlético Mineiro, el campeón de la Libertadores, lo venció como visitante y quedó a muy poco de obtener el título el miércoles que viene en el estadio Independencia.

Más allá de lo que sucederá en Belo Horizonte, el equipo de los mellizos Barros Schelotto no supo aprovechar la localía. En el primer tiempo, que fue parejo, no supo mostrarse como el patrón de su lugar. En el segundo, padeció a un Mineiro desinhibido e intenso. A consecuencia de eso, terminó tropezando. El único grito en la noche de Lanús fue ajeno: nació de ese zurdazo implacable de Diego Tardelli.

Lanús intentó en todo momento adoptar el control del partido. Es cierto, tuvo la pelota y con ella procuró ubicarse en territorio ajeno. Sin embargo, no fue capaz de trasladar esos indicadores de dominio al resultado. Tropezó en el tramo decisivo del campo de juego. Allí donde los encuentros se resuelven, Lanús no brindó respuestas a la altura de las necesidades ni de las circunstacias que afrontaba.

No fue, en cualquier caso, ese Lanús que invitaba al aplauso del fútbol argentino. Le costó encontrar esas pequeñas sociedades que tanto resultado le entregaron en el recorrido reciente. No hubo construcción colectiva en ese segundo tiempo en el que no quedaba otra que llevarse por delante a un equipo brasileño que estaba más preocupado por recortar espacios hacia atrás que por ofrecer contraataques intensos. Ese era -otra vez, como en todo el año pasado- el plan del equipo mineiro: casi nada de jogo bonito ; casi todo de lucha.

De todos modos, Lanús luchó casi hasta la madrugada. Fue con todo lo que tenía: con tiros de afuera, con centros, con corners, con otras pelotas detenidas. Y en ese recorrido de búsqueda casi lo empata (la más clara, ese remate de Maximiliano Velázquez desde afuera del área), pero no lo logró. La semana que viene deberá modificar el escenario. No parece fácil. Tampoco imposible.

Millonarios (Colombia) 2 (4)-River 2 (3)-Amistoso de Pretemporada 2014

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EXHIBIENDO INTENCIONES DE BUEN JUEGO, EMPATÓ CON MILLONARIOS EN LOS 90 Y PERDIÓ EN LOS PENALES
El River de Gallardo ya entrega algunas señales
Siempre estuvo en desventaja en la altura de Bogotá, pero mostró reacción para igualar. Para corregir, las fallas defensivas. El partido se desnaturalizó por la cantidad de cambios.
De a poco, el River de Marcelo Gallardo empieza a entregar señales reconocibles de juego y también la certeza de que deberá mejorar algunos aspectos, en especial en la defensa y en el retroceso cuando pierde la pelota. Ayer perdió por penales (4 a 3) después de igualar 2 a 2 ante Millonarios en un amistoso que tuvo todas las características de un entrenamiento a puertas abiertas, con la salvedad de que hubo unas 15 mil personas en El Campín: en el entretiempo, Gallardo cambió todo el equipo y Juan Manuel Lillo, a diez de los once jugadores del equipo colombiano.

Los 2.600 metros de altura de esta ciudad condicionaron el juego que pretende plasmar Gallardo cuando River no tiene la pelota. Para evitar que los jugadores se ahogaran, les pidió que esperaran a Millonarios y no que salieran a presionar arriba, como ensayó en Miami y aquí en Bogotá. Pero River no defendió bien y dio muchas ventajas en el retroceso. Vangioni estuvo muy por debajo de su habitual nivel y Funes Mori tampoco dio garantías. Arrancó perdiendo a los 56 segundos, luego de una muy buena jugada colectiva que terminó con una asistencia de Mayer Candelo para Jhonatan Agudelo, quien le ganó la posición a Funes Mori y definió. Y en el primer tiempo, Millonarios tuvo otras dos situaciones claras de gol, ambas salvadas por Barovero.

Como contrapartida, en el primer tiempo River sí mostró bastante de lo que pretende Gallardo al elaborar los ataques. Hubo cuidado por la pelota, varias triangulaciones, ofensivas que comenzaban por una banda y terminaban por la otra y jugadas de pelota parada que por poco no terminaron en gol, como ese cabezazo de Mora que se fue apenas afuera en un córner.

El empate llegó a los 42 y de penal. No pareció falta de Mosquera a Driussi, pero Lanzini aprovechó y puso el 1 a 1.

Salieron dos equipos completamente diferentes a jugar el segundo tiempo, lo que le quitó seriedad al partido. Sólo sirvió para que se mostraran los suplentes y los juveniles que trajo el técnico de River. El nivel del juego decayó y se notó que ya no estaban en cancha las mejores individualidades de los dos equipos.

Millonarios se puso arriba a los 22 a través de Anderson Plata luego de que Andrada perdiera una pelota cerca del mediocampo. Allí se repitió uno de los errores que cometió River durante la noche: sus jugadores dejaron de marcar en ataque, algo esencial en el fútbol. Y River volvió a igualar cuatro minutos después en un gol que pareció tener mucho de azar: quedó la sensación de que Urribarri quiso tirar un centro y la clavó en el segundo palo.

Antes del final, River lo pudo haber ganado con un zurdazo de Lucas Boyé que pegó en la parte exterior de la red. Luego, llegó el turno de los penales y otra vez Andrada se llevó la peor parte. Falló el suyo y condicionó la definición. Sobre el final, el arquero Chiarini volvió a desviar y River se quedó con las manos vacías. Pero se llevó algunos signos positivos y otras tantas cuentas pendientes.

Boca Unidos (Corrientes) 2 - Boca 0 - Amistoso de Pretemporada 2014

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DERROTA EN EL AMISTOSO ANTE BOCA UNIDOS, CON EL DEBUT DE CASTELLANI Y LA EXPULSIÓN DEL CATA DÍAZ
Boca jugó flojito y cayó en Corrientes
Boca Unidos le ganó un amistoso a Boca Juniors por 2 a 0 con goles de José Vizcarra y Emanuel Dening, ante un colmado estadio de Huracán Corrientes.
Si no fue solamente una práctica es para poner atención. Cualquier otra opción que no sea considerada un entrenamiento califica como preocupante. Hubo un poco de ambas en la presentación de Boca ante Boca Unidos, que en la preparación para la dura batalla de la B Nacional se dio un gusto de vencer por 2 a 0 a los dirigidos por Carlos Bianchi ante una multitud.

José Vizcarra, que debutó en el local, anotó en la primera pelota que tocó. Y llegó por un error defensivo: Forlín calculó mal un pique, Díaz no cerró a tiempo y Tripodi salió tarde. Entonces, Vizcarra la tocó por sobre el arquero y de cabeza puso el 1 a 0.

En ventaja, el equipo correntino cedió el balón y esperó. Pero Boca, que controló campo y pelota, no tuvo ideas más allá de algunas pinceladas del debutante Gonzalo Castellani y de Yamil Romero. El segundo gol del local, a los 15 minutos del complemento, llegó en el mejor momento de Boca: Barrado capturó un regalo de Erbes y habilitó a Dening que, en la carrera, le sacó un metro de ventaja a Díaz y definió cruzado, de zurda.

Cuatro minutos después se terminó el partido: Díaz se fue expulsado por insultar al árbitro Rapallini. Y recién ahí empezó el amistoso. Boca ya había hecho todo mal.

lunes, 14 de julio de 2014

Todos los premios del Mundial Brasil 2014

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Balón de Oro: Lionel Messi (Argentina). 4 goles y 1 asistencia.
El argentino Lionel Messi se llevó el Balón de Oro al mejor jugador de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014.
Messi acudía con el lastre de no haber marcado nunca en un Mundial, pero se deshizo de esa presión para mostrarse simplemente letal, dejando su impronta, decisiva, en cada una de las tres primeras victorias argentinas, y sobresaliendo en la fase de eliminatorias.

Balón de Plata: Thomas Müller (Alemania). 5 goles y 3 asistencias.
Al estrenar su campaña anotando una tripleta frente a Portugal, el Bota de Oro de Sudáfrica 2010 comenzó a mostrar lo que ha sido durante el torneo: la principal baza ofensiva del poderoso arsenal alemán.

Balón de Bronce: Arjen Robben (Holanda). 3 goles y 1 asistencia.
Desde su avasallador estreno ante la defensora del título, España, el delantero neerlandés ha exhibido un estado de forma envidiable, coronado mediante varias arrancadas vertiginosas hacia la meta contraria.


Botín de Oro: James Rodríguez (Colombia). 6 goles y 2 asistencias.
El colombiano James Rodríguez se llevó la Bota de Oro que distingue al máximo goleador de la Copa Mundial de la FIFA.
Ya se sabía que este mediapunta era un buen futbolista, dotado de una gran técnica, pero aún no se le había visto brillar con tanta fuerza en un torneo internacional. No es casualidad que, gracias a sus seis goles en cinco partidos, Colombia alcanzase por primera vez los cuartos de final.

Botín de Plata: Thomas Müller (Alemania), 5 goles y 3 asistencias.
Al estrenar su campaña anotando una tripleta frente a Portugal, el Botín de Oro de Sudáfrica 2010 comenzó a mostrar lo que ha sido durante el torneo: la principal baza ofensiva del poderoso arsenal alemán.

Botín de Bronce: Neymar (Brasil). 4 goles y 1 asistencia.
El atacante ha tenido que hacer frente a la gigantesca presión de liderar a la selección brasileña ante su público con apenas 22 años, y hasta su lesión en cuartos de final fue la gran figura del equipo anfitrión, con cuatro dianas.


Guante de Oro: Manuel Neuer (Alemania).
El alemán Manuel Neuer se llevó el Guante de Oro que distingue al mejor portero de la competición. El primer ganador del premio fue Michel Preud’homme en 1994.
El guardameta alemán jugó los siete partidos que su selección disputó en la competición, en los que ha ofrecido un total de 25 atajadas y ha completado 244 pases. Ha mantenido su puerta a cero en cuatro encuentros y ha destacado como una presencia dominante en el equipo de Joachim Löw.


Premio al Jugador Joven: Paul Pogba (Francia). 1 gol y 1 asistencia.
El francés Paul Pogba se llevó el premio al Jugador Joven que distingue al futbolista más destacado en la Copa Mundial de la FIFA siendo debutante en la competición y habiendo nacido en una fecha no anterior al 1 de enero de 1993.
Aunque sólo tiene 21 años, Paul Pogba ya es una de las estrellas de la selección de Francia. ‘El pulpo Paul’, uno de los pilares del Juventus de Italia, se destapó en la escena internacional hace un año, en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Turquía 2013. Su técnica y su soltura con el balón en los pies permitieron a los Bleuets conquistar el campeonato, y a él convertirse en el Balón de Oro. En Brasil 2014, ha vuelto a hacer gala de su talento en cada de sus apariciones, mostrándose especialmente decisivo en octavos de final contra Nigeria, donde abrió el marcador. Este completo centrocampista de 1,91 metros ya es uno de los líderes de los Bleus, y podría conservar esa condición durante muchos años.


Premio Fair Play: Colombia. 5 tarjetas amarillas y 0 rojas.
Colombia conquistó el Premio Fair Play de la FIFA que se entrega a la selección que tenga el mejor registro disciplinario del torneo. Únicamente podrán optar a él las selecciones que alcancen la fase de eliminatorias. La ganadora del trofeo en Sudáfrica 2010 fue España.

Lionel Messi Balón de Oro - Mundial Brasil 2014

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NO FUE SU MUNDIAL
Messi rey sin corona
La FIFA le dio el Balón de Oro como el mejor futbolista del torneo. Leo dijo que ese premio no le interesa nada.
Tenía que ser su Mundial. Debía ser su Mundial. Al menos, estaba todo dado para que así lo fuera. Mucho más después de su esplendoroso arranque goleador, con cuatro festejos (uno a Bosnia, otro a Irán y dos a Nigeria) en los primeros tres compromisos, en una ronda clasificatoria que hoy parece lejana, perdida allá a lo lejos.

Sin embargo, no fue el Mundial de Messi. Más allá del absurdo de la FIFA, de otorgarle ayer el Balón de Oro que premia al mejor jugador del torneo, íntimamente el mismo Leo debe saber que quedó en deuda, que le faltó algo más -y no se habla sólo del título-, que no exhibió esa rebeldía que se le pide al futbolista más brillante del planeta, y mucho más en una cita de esta naturaleza. Y lo debe saber, decíamos, porque simplemente había que verle el rostro desolado cuando le entregaron el Balón de Oro: lo recibió -junto al alemán Neuer, distinguido como el mejor arquero-, lo tomó con su mano derecha, casi no lo exhibió, y se fue caminando cansinamente hacia la ceremonia de las medallas.

¿Qué tengo que hacer yo con esto en mi poder, en este momento, mientras el resto de mis compañeros y de los argentinos están atravesados por un dolor infinito?, habrá pensado. Él lo dijo con sus propias palabras: “Ese premio no me importa nada; yo quería levantar la Copa para la Argentina”. Después, la medalla plateada le duró un ratito colgada en su cuello: enseguida se la quitó.

Al cabo, Messi fue (es) el rey sin corona. Cuando debía demostrar ese plus que distingue a los cracks sin épocas, no logró concretarlo. Hizo la parábola exactamente contraria a la de Maradona en México 86. Y acá no se quiere clavar la daga de las comparaciones ni hacer leña del árbol caído. Al contrario: si se le dice rey, está claro lo que significa Leo para el fútbol argentino.

Lo que se marca es que el capitán argentino ilusionó al comienzo de esta Copa del Mundo -sin brillar como puede con su fútbol incomparable, pero sí deleitando con sus zurdazos goleadores- y fue decayendo en su rendimiento a medida que llegaban los encuentros determinantes. Lo de Diego, en la epopeya mexicana, resultó al revés: un inicio sin magia y un final a toda orquesta. Punto final para el contraste que suele producirse cuando se menciona a los dos monstruos.

¿Qué hizo Messi en el triste domingo carioca? Poquito para lo que se aguarda de un genio. Pinceladas, nada más. Pareció enchufado en los primeros pasajes: a los 8 minutos, metió un desborde bárbaro por derecha -llevando a la rastra a Hummels- y lanzó un centro atrás con el botín diestro que cortó Schweinsteiger cuando Higuaín estaba relamiéndose. Las esperanzas se encendían. Y los cantos de la multitud argentina, también.

“¡Que de la mano, de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar!”, retumbaba en el Maracaná. Tocaba la pelota y dividía las aguas: los propios, lo ovacionaban y lo alentaban; los extraños (con los brasileños a la cabeza, obviamente), lo silbaban y lo hostigaban con sus voces.

Otro intento por la orilla derecha (sin resultado positivo), a los 39. El remate número uno, al minuto y 42 segundos del complemento: recibió de Biglia, por la izquierda, se le fue a Boateng y la cruzó al segundo palo, afuera. La más profunda, la maniobra que posee copyright, a los 29: desairó a Özil y a Höwedes, moviéndose de la derecha hacia el medio, y despachó un zurdazo que salió apenas desviado sobre el palo diestro de Neuer. ¿En el suplementario? Prácticamente, nada. Pateó un tiro libre, casi en el cierre, unos cuantos metros por encima del travesaño. Los abucheos de los brasileños lo taparon. Argentina perdía. Messi era la postal del desconsuelo y de la impotencia.

Por momentos, apareció caminando el terreno. En la primera etapa, jugó bastante alejado de Higuaín: no consiguieron juntarse para lastimar. Cuando ingresó Agüero para hacer dupla con el Pipita, Leo retrocedió unos metros para quedar detrás de los puntas. Sea como fuere, nunca se lo vio cómodo. ¿Cansado, quizás? Puede ser: el trajín, la tensión y la responsabilidad fueron enormes en estos siete partidos repartidos en un mes. Y pudo haberlos pagado. Ayer, también, regresó su viejo problema: en el período de apertura, tuvo arcadas otra vez.

A veces, no lo ayudó el sistema más precavido de Sabella: trabajó más para el equipo y el arco rival se le alejó. Otras, no les salieron las cosas que siempre le salen. Tenía que ser su Mundial y no lo fue. El rey se quedó sin corona. La pena es de todos.

Estadísticas - Alemania Campeón - Mundial Brasil 2014

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Alemania Campeón - Mundial Brasil 2014

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ALEMANIA CAMPEÓN DEL MUNDO POR CUARTA VEZ EN SU HISTORIA
Alegría se escribe en alemán
Primer europeo en ganar un Mundial en América. Mario Göetze, el nuevo héroe, el arma secreta del técnico Löw.
Corría el minuto 43 del segundo tiempo y el entrenador alemán, Joachim Low, mandó a llamar a Mario Götze. “Muéstrale al mundo que eres mejor que Messi y que puedes decidir este partido”, le dijo el técnico a la joven estrella del Bayern Munich antes de que ingrese al campo de juego. Y cuando el encuentro ya tenía un pie en los penales, Götze bajó de pecho un preciso centro de Schurrle y definió cruzado para darle la Copa a su Selección.

“Es el chico de los milagros. Tenía un buen sentimiento con él, es capaz de todo”, contó Löw tras la final. Es la primera vez, en ocho Mundiales disputados en América, que un Seleccionado europeo puede consagrarse campeón. “Es un orgullo, Brasil es el país del fútbol”, agregó.

“Es como un sueño. Estoy simplemente orgulloso del equipo y de todo lo que pasó aquí, en Brasil. Es una sensación increíble, no sé cómo describirla. Uno tira al gol y ni sabe lo que sucede. Celebrar con el equipo, con el país, es increíble”, dijo Götze, quien le dio el triunfo a Alemania y su cuarto título en Mundiales (1954, 1974, 1990 y 2014). Es llamativa la similitud entre la definición de la final en Brasil con la disputada hace cuatro años en Sudáfrica 2010. En aquel entonces, Andrés Iniesta fue quien le dio el título a España en el minuto 116. Götze convirtió en el 113.

El mediapunta alemán venía de tener una floja temporada en el Bayern Munich. Hasta tal punto que el técnico Josep Guardiola había decidido desplazarlo al banco de suplentes en los últimos encuentros. Ni durante el Mundial este juvenil de 22 años había podido destacarse. Arrancó como titular en los dos primeros partidos y luego Low lo marginó de la alineación. “No fue un año sencillo para mí, ni durante el Mundial, le debo mucho a mi familia, novia, amigos cercanos”, comentó Götze. No sólo el exitoso entrenador alemán confió en él, varios de sus compañeros también lo hicieron. “Quiero agradecer a algunos jugadores que me dijeron ‘hoy lo harás, creemos en ti’”, afirmó. El ex jugador Michael Ballack no escatimó en elogios. “Götze tiene un futuro increíble, hizo el gol de la final con 22 años”, dijo.

¿Por qué la Selección alemana levantó la Copa? “La clave para el título mundial fue tener el mejor equipo, lo que es mucho más importante que tener las mejores individualidades. Emular la victoria italiana en el ‘90 era mi sueño, lo hice, es una experiencia increíble”, analizó el capitán Philipp Lahm. “Todos queríamos conseguir este objetivo a toda costa. El equipo lo hizo genial. No sólo los jugadores, sino también el equipo detrás del equipo”, comentó Manuel Neuer, quien fue premiado como el mejor arquero del certamen con la distinción “Guante de Oro”.

El recorrido de Alemania hacia la final no tuvo grandes sobresaltos. Superó a Portugal 4 a 0, luego igualó frente a Ghana 2 a 2 (en el que debe haber sido su peor partido) y concluyó la fase de grupos con un triunfo por 1 a 0 ante Estados Unidos. Disputó octavos frente a Argelia y recién pudo superarlo en tiempo suplementario por 2 a 1. En cuartos dejó por el camino a Francia tras vencerlo 1 a 0 y en las semifinales vapuleó a Brasil por 7 a 1. La goleada ante el local y pentacampeón ya había quedado en la historia alemana. Ahora se le suma su cuarta estrella en el escudo.

“La generación de oro del fútbol alemán se produce después de una batalla heroica. Alemania le ganó a la Argentina liderada por Messi, cuatro veces elegido como el mejor jugador del mundo. Mario Götze fue el héroe”, analizó la prensa teutona. El proyecto que llevó a la Selección europea a su cuarto Mundial arrancó en 2002, con el subcampeonato. En 2006, en su propia casa, terminó tercero, al igual que en 2010. Hace cuatro Copas que Alemania no se baja de los primeros cuatro puestos. En Brasil, se coronó.

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