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jueves, 15 de abril de 2021

Defensa y Justicia Campeón Recopa Sudamericana 2021

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EL EQUIPO DE FLORENCIO VARELA LOGRÓ SU SEGUNDO TÍTULO INTERNACIONAL EN TRES MESES
Defensa y Justicia, monumental: campeón de la Recopa Sudamericana
Los argentinos dieron vuelta el marcador en un encuentro muy caliente y festejaron luego de los penales.
Hubo hazaña argentina en Brasil. Defensa y Justicia se transformó en el décimo equipo nacional en ganar la Recopa Sudamericana y conquistó su segundo título internacional en apenas tres meses. En enero había ganado la Copa Sudamericana con Hernán Crespo en el banco y ahora levantó este trofeo con Sebastián Beccacece. Fue heroico con ese golazo de Marcelo Benítez en la agonía del tiempo reglamentario para el 2 a 1 ante Palmeiras. Revivió después del penal que atajó Unsain en el suplementario. Y fue muy efectivo desde los 12 pasos. Además, fue superior a su rival en el juego en las dos finales.

No tenía otra alternativa Defensa y Justicia que ser protagonista. Sin público, en otro escenario, el estadio Mané Garrincha de Brasilia en lugar del Pacaembú de San Pablo, buscó la hazaña de coronarse campeón en tierras brasileñas. Cumplió con el papel de ir a buscar el 1-0 en el arranque para tener mayor tranquilidad.

Fueron 18 minutos de intensidad. Estuvo cerca del gol a los 14, cuando tras un remate de Benítez, le rebotó la pelota a Weverton y Pizzini definió mal. En esos 18 minutos iniciales, con una posesión del balón del 58%, el Halcón potenció todas sus virtudes: buena presión en el medio y proyecciones por los laterales para atacar por las bandas.

Pero también hubo errores colectivos en las marcas e imprecisiones de algunas individualidades, como los de Adonis Frías. Con espacios, los delanteros de Palmeiras aprovecharon cada contraataque para lastimar. Así llegó el penal que le cometió Meza a Rony a los 19 minutos y que Raphael Veiga transformó en gol.

Con más espacios para las réplicas, el equipo brasileño estuvo cerca de aumentar. En desventaja, el Halcón mantuvo sus convicciones para llegar al gol. Y fue un golazo de Brian Romero. Porque la triangulación entre Matías Rodríguez (pase al vacío), Pizzini (centro atrás) y Romero (goleador) fue perfecta.

El último cuarto de hora no tuvo la intensidad de los primeros 30 minutos. Palmeiras ya no llegó con tanta facilidad porque el equipo de Beccacece empezó a ocupar mejor los espacios del medio hacia atrás. Y hacia adelante, fue paciente para llegar al área rival, explotando siempre más la banda derecha, con Pizzini como uno de los mejores intérpretes.

No cambiaron las ambiciones en la parte final. Palmeiras continuó fiel al libreto que le permitió coronarse campeón de la Libertadores 2020. No brilla, no deslumbra, pero es efectivo. El desgaste siguió siendo de Defensa. Tuvo una buena chance de marcar el segundo a los seis minutos, con un gran pase filtrado de Pizzini para Romero, que perdió en el mano a mano con Weverton.

La banda derecha de Defensa siguió siendo una pesadilla para el equipo brasileño. Cada pase de Matías Rodríguez encontraba libre de marca a Pizzini, quien con cada centro atrás hacía temblar a la defensa local. Pero también, en cuentagotas, Palmeiras sacaba provecho de algunas fallas en la última línea visitante. Así, Rony recibió solo y fusiló a Unsain, que respondió muy bien.

Los errores del árbitro Leodán González se sucedieron. Era falta de Frías sobre Matías Viña y terminó con 10 Palmeiras (con advertencia del VAR). Con superioridad numérica, le quedaban 20 minutos al Halcón para marcar el segundo y forzar el alargue. Palmeiras se retrasó aún más, cerró camino y Defensa solo logró quebrar ese cerrojo con ese golazo de Marcelo Benítez en el cuarto minuto adicionado.

En el inicio del suplementario hubo tres penales, pero el árbitro solo cobró uno (no vio el manotón de Gómez a Bou ni la falta tras la atajada de Unsain a Gómez), que tapó el “1” del Halcón, recuperándose de su grave error en la jugada sancionada. Antes de la ejecución, hubo discusiones, empujones y vio la roja Romero.

Con pocas energías, el título se definió en los penales y fue para Defensa y Justicia. Un logro monumental.


Felicitaciones Halcón!!!

jueves, 8 de abril de 2021

Defensa y Justicia 1 - Palmeiras (Brasil) 2 - Recopa Sudamericana 2021

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EL EQUIPO DE VARELA NO FUE MENOS QUE LOS BRASILEÑOS
Defensa merecía quedarse con algo más, pero Palmeiras se llevó todo
Sabor a injusticia en Varela por el resultado adverso. Ahora definen en Brasilia y el Halcón necesita una hazaña.
No siempre el mejor termina festejando. Defensa y Justicia puede dar fe de ello. Palmeiras, último campeón de la Copa Libertadores, no fue más que el Halcón, último ganador de la Sudamericana, pero se quedó con el primer cruce de la Recopa por 2-1 al aprovechar los errores del local. El título se definirá en Brasilia el próximo miércoles. La buena noticia para el conjunto argentino es que esta vez los goles visitantes no valen doble.

El control fue de Defensa, pero el gol lo hizo Palmeiras. A veces el fútbol tiene contradicciones que lo hacen apasionante por su sorpresa. Los de Sebastián Beccacece estaban haciendo muy bien las cosas en Florencio Varela, con dominio, circulación y alguna que otra llegada picante como el remate frontal de Braian Romero, el goleador recuperado, que tapó a quemarropa Weverton.

Sin embargo, una falla en la salida lo dejó abajo en el marcador: Walter Bou hizo un cambio de frente que quedó muy corto, Matías Viña cortó y Willian trasladó y asistió por arriba para que Rony definiera al gol. ¿Inmerecido? La producción hasta ese momento no había sido alentadora, pero ese tanto lo acomodó.

Defensa no se apichonó. Retomó el camino que había elegido desde el inicio, pero le faltó pisar más el área de Weverton, que controló bien los disparos desde afuera.

Si había un indicado para romper con la sequía del local en el encuentro, ese era Romero. Y así lo hizo. La igualdad llegó de su derecha, pero gracias a una efectiva asistencia de primera de Bou, que se reivindicó de su error en el primer tiempo. Romero suma ahora 17 tantos con la camiseta de Defensa y quedó a ocho de entrar entre los diez goleadores históricos del club de Varela.

El Halcón equilibró en el resultado lo que merecía desde el juego. El inconveniente vino después. No sostuvo el ritmo el dueño de casa, varios de sus futbolistas visibilizaron cansancio y redujo la intensidad.

Palmeiras, ya sin Felipe Melo, bajó la intensidad, pero se quedó con la victoria por un tiro libre de zurda del ingresado Gustavo Scarpa, con complicidad de las flojas manos de Luis Unsain. Y también porque a Defensa le anularon de manera polémica el segundo, de Bou, por un offside de Romero, que no pareció intervenir en la jugada.

viernes, 31 de mayo de 2019

River Plate Campeón Recopa Sudamericana 2019

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ARMANI TUVO UN PAR DE ATAJADAS CLAVES
A River le costó, pero hizo delirar al Monumental con un cierre de partido demoledor
El duelo se abrió con el VAR y lo liquidó en el descuento. Nacho Fernández, Pratto y Suárez, los goleadores.
“Las finales se juegan con determinación”. Esa fue la frase certera de Marcelo Gallardo en al conferencia previa a la revancha de la Recopa Sudamericana contra Athletico Paranaense. “Estoy tranquilo y confiado porque sé lo que pueden dar los jugadores en estas circunstancias”, sumó el Muñeco. Y River, su River, se parece bastante a lo que el entrenador sueña y desea. Porque River tuvo determinación para dar vuelta la serie, golear 3-0 y quedarse con un nuevo título. El resultado, en el análisis, es una exageración porque a River le costó doblegar a su rival.

Pero fue paciente y aprovechó su momento. Y cuando golpea, el Millonario se agranda. Debe pegar fuerte, además. Porque Paranaense sintió el impacto del primer gol de Nacho Fernández y se fue de la final. El gol de Pratto -golazo por cómo controló el balón- fue la crónica de una acción anunciada, porque todos en el Monumental tenían la sensación de que el segundo llegaría. El tercero, del delicado Matías Suárez, sirvió para sacarle el suspenso a los últimos minutos. La previa mostraba palabras: final, Monumental, River, Gallardo. El resultado, el que se tornó esperado: campeón.

A River le costó meterse en el partido. Le faltó el fútbol que ha caracterizado a los equipos de Gallardo. No jugó de manera brillante, pero lo que no le faltó fue intensidad para buscar en el arco de enfrente. No prendió River, especialmente en la primera parte. Es cierto que el frío no se prestó para el contagio del equipo y de la gente, aunque hay que decir que el principal responsable de la falta de chispa de River fue Paranaense.

Ya se sabe pero se repite: los equipos brasileños ya no son aquellos que mataban de local y que se reducían a nada de visitante. Ya no son inocentes los brasileños; se volvieron mañeros. El Gremio de Renato tal vez marcó la historia contemporánea. Acá, en el repleto Monumental, Paranaense hizo todo el tiempo que pudo, cortó reiteradamente con faltas, se plantó cara a cara cada vez que los fueron a guapear, no les quemó la pelota cuando la tuvieron en los pies y jugaron con disciplina de guerreros. Así River en ningún momento se lo llevó por delante.

De todos modos, River tuvo un par de situaciones claras porque cuenta con jugadores de jerarquía. A los 15 minutos Nacho Fernández estrelló un derechazo en el palo y unos instantes después Pratto cabeceó a las manos de Santos. Merodeó el área River pero le faltó el pase del asombro, ese que deja mano a mano a un futbolista. No encuentra el nivel Exequiel Palacios y, carente de confianza, pifia pases fáciles o no se anima a los difíciles. Jugó mal el pibe -salió con una molestia- y el Muñeco lo sacó del costado izquierdo de Ponzio y lo puso a la derecha. El resultado no fue positivo. Y en el esperar de Paranaense, halló algunos espacios que con sabiduría supo aprovechar Lucho González, un distinto hasta en el modo de correr. Franco Armani, figura de la serie, le tapó una que parecía imposible abajo del arco. Hizo recordar a la atajada antológica ante Gigliotti en la Liberadores pasada en cancha de Independiente.

En el segundo tiempo Gallardo mandó a la cancha a Nicolás De La Cruz por Palacios y le imprimió dinámica al mediocampo de River. Se paró con otro ímpetu el local. El uruguayo fue a jugar casi de extremo por izquierda y su sola presencia inquietó. Siguió sin ser claro River, es cierto, pero la sensación era distinta. Y ya Paranaense estaba decididamente metido atrás.

Dos acciones cambiaron el rumbo del juego y le permitieron a River ser campeón de la Supercopa. La primera fue el claro penal de Lucho González sancionado por la intervención del VAR. El remate de Pinola llevaba destino de arco y el balón chocó con el brazo de Lucho. Nacho pateó, Santos atajó, pero el rebote le quedó al 10 que empujó al gol. La suerte del campeón. O el celular de alguna divinidad. El segundo cuestión que modificó el juego fue el ingreso del cordobés Matías Suárez. Su presencia en el banco se suplentes obedece a que venía de un par de partidos malos, aunque Gallardo también entiende que Suárez se mete rápido en juego y puede ser revulsivo viniendo desde afuera. El atacante que jugará la Copa América habilitó a Pratto en el segundo y sentenció la serie con el tercero.

Y la mención especial la merece Pratto, el sacrificado que aparece en las finales. El Oso se metió un poquito en el corazón de los hinchas millonarios con el gol del desahogo y por un par de corridas a pura entrega. La foto de todos sus compañeros festejando como y junto a él es el homenaje al esfuerzo. Que en Pratto parece siempre tener recompensa.

Fue campeón River nomás, sin el brillo de otros momentos pero con la contundencia y la presencia de siempre. Gallardo parece tener la fórmula para ganar. O cuanto menos para cantar presente. Nunca te deja a pata el River de Gallardo y por eso, más allá de los títulos, quedará en la historia. Ya tendrá su estatua junto a la de Labruna y ya es el técnico más ganador de la historia. Pero irá por más con River, porque vive para eso...



Felicitaciones Millonario!!!

jueves, 23 de mayo de 2019

Athletico Paranaense (Brasil) 1 - River 0 - Recopa Sudamericana 2019

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EMOTIVA FINAL DE IDA EN CURITIBA Y TODO ESTÁ ABIERTO PARA LA REVANCHA EN EL MONUMENTAL
River no pudo hacer pie y Paranense sacó una ventaja mínima con el gol de Ruben
El equipo de Gallardo no estuvo firme atrás ni profundo en ataque. Los cambios tampoco solucionaron un bajo rendimiento general. Fue superado y perdió con justicia pero dentro de lo malo de la derrota, vuelve con una diferencia remontable.
La sacó barata River en su visita a Brasil. Pudo haberse traído una derrota mucho más holgado y difícil de levantar en Buenos Aires. Pero solo cayó por la mínima diferencia y la revancha la mira con otros ojos. Eso sí, tendrá que mejorar porque el equipo tuvo mostró un nivel preocupante y terminó con uno menos por la roja a Casco, ya ausente en la revancha. Franco Armani, una vez más, apareció en un partido trascendente.

Le costó el partido a River. Lo sufrió por momentos. Ya la primera jugada, cuando iban menos de 30 segundos desde el momento en que el colombiano Wilmar Roldán dio el pitazo inicial, fue un indicio de lo que se le vendría. Enzo Pérez no hizo pie en la mitad de la cancha, se resbaló, Lucho González lo aprovechó, se fue derecho al área y sacó un remate que hizo volar a Armani para sacarlo.

Tanto se habló de la cancha en la previa y quedó claro en el desarrollo que Athletico Paranaense se siente muy cómodo jugando sobre el césped sintético. Ya está habituado. Y los rivales lo sufren, claro. Encima, el estado del campo de juego no era el mejor. Y a River le costó el doble poder hacer pie.

No es casual que de los últimos 34 partidos disputados en el Arena da Baixada, el conjunto local haya perdido solamente tres. Pero la buena performance del conjunto de Tiago Nunes, campeón de la última Copa Sudamericana, no tiene que ver solamente con el césped. Es un muy buen equipo, que combina dinámica, precisión y velocidad cada vez que tiene la pelota. Y le agrega ritmo e intensidad también. Todo lo que se le destaca a River, casualmente.

Fue un choque de estilos similares, más allá de la disposición táctica. Marcelo Gallardo había quedado enamorado (y era lógico por la gran producción) de lo que hizo su equipo la semana pasada en el Monumental ante Atlético Tucumán. Repitió los intérpretes. Tal vez, entendiendo que la mejor manera de contrarrestar el juego del Paranaense era apostar por la posesión de la pelota, para que, justamente, no la tuviera su rival. Pero esta vez no pudo recuperar el balón tan rápido. Quizás, para este encuentro, el esquema pedía otra disposición. Porque, en muchos momentos, el mediocampo tambaleó. Nacho Fernández no logró conectar, a Palacios le costó filtrar los pases, a Enzo Pérez le quedó mucho campo por cubrir y De La Cruz no pudo desequilibrar y tampoco tapar su espalda.

Entonces, los laterales Mayada -sobre todo el uruguayo, que estaba más expuesto sobre la derecha- y Casco sufrían cuando por las bandas pasaban sus colegas rivales, Jonathan y Renan Lodi les hacían el 2-1. Nikao y Rony se desplegaban a pura movilidad. Y el tándem Lodi-Rony era letal por la izquierda. Y Lucho González y Guimaraes se desprendían de la mitad de la cancha. Tenía supremacía numérica Paranaense cuando atacaba porque ocupaba mejor los espacios. Y River quedaba partido y largo.

De los experimentados pies de Lucho salieron muy buenas jugadas de ataque para el conjunto brasileño. Y de los de Guimarães, también. Un jugador técnico y cerebral. Ambos sostenidos por la entrega de Wellington, unos pasos detrás. Paranaense pudo haber convertido más goles. Pero entre Armani y algunas deficiencias propias apenas hicieron uno. Que fue una enmarcarlo. Una gran jugada asociada a puro toque, con pase al vacío, desborde, centro atrás y el pie zurdo de Marco Ruben (cumplió la ley del ex) para empujar la pelota a la red.

River había perdido el rumbo. Gallardo intentó acomodarlo defensivamente con los ingresos de Angileri, primero y de Zuculini luego. Pero ya era tarde. River seguía perdido. Aunque merodeó el área rival con varios centros pero casi que no inquietó a Santos. Solamente con un remate fuerte de De La Cruz.

Cuando Paranaense desplegaba sus alas, había peligro de gol. Armani desactivó varias veces el 0-2 tapándoles remates a Renan Lodi y a Nikao y al estirar los brazos para sacar centros complicados.

River perdió por primera vez una final jugada a ida y vuelta en la era Gallardo. Pero por cómo se dio el partido, puede conformarse con que apenas perdió por un gol y la serie sigue abierta para la definición en el Monumental el próximo jueves.

jueves, 22 de febrero de 2018

Gremio (Brasil) 0 (5) - Independiente 0 (4) - Recopa Sudamericana 2018

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GREMIO, CAMPEÓN DE AMÉRICA, SE IMPUSO POR PENALES TRAS EL 0-0
De nuevo con diez, Independiente llevó la serie hasta los penales y cayó de pie
Como en la ida, en Avellaneda, sufrió una expulsión y debió soportar el asedio de Gremio. Resistió por Campaña, Franco y Domingo. Pudo perder y casi lo gana al final. No le alcanzó.
Es una sensación rara. Mezcla de bronca, impotencia, resignación y orgullo a la vez la que se llevó Independiente a Buenos Aires. Pero sobre todo, orgullo. No pudo sumar otra copa más a su lujosa vitrina de trofeos internacionales. Se quedó con las ganas de alargar el festejo que empezó el 13 de diciembre en el Maracaná ante Flamengo, con la obtención de la Sudamericana. Anoche, aquí en el Arena do Gremio, cayó en los penales contra el dueño de casa en una verdadera batalla deportiva en la que aguantó todo el segundo tiempo y el suplementario con uno menos el 0 a 0. Dejó escapar así la chance de igualar a Boca en la tabla de las copas de la Conmebol. De esta manera, el Rojo quedó con 17 (además tiene dos Aldao), a una del Xeneize (18).

Sin embargo, nada le nublará la visión a Ariel Holan, el culpable de haber despertado a Independiente de un letargo negro. Seguirá con la mirada firme al frente, convencido de que sus hombres entregaron todo en la adversidad, que cuando pudieron desplegaron el fútbol que les gusta y cuando no, desbordaron de coraje. En los 210 minutos de la serie jugó 141 con un hombre menos y no pudieron doblegarlo. Así y todo no le alcanzó esta vez al Rojo, que tendrá revancha copera el 8 de agosto en Japón por Suruga Bank.

De movida Independiente supo que no la iba a pasar nada bien. Siete minutos tardó Gremio en tener la primera situación clarita: Amorebieta se la sacó literalmente en la línea al bueno de Luan, que había gambeteado a Martín Campaña. El venezolano era el héroe vestido de rojo sangre y se redimía del error de la ida que derivó en el gol justamente de Luan. Pero tiró todo por la borda al dejar la pierna arriba y entrarle duro a... ¡Luan! Y el árbitro Cáceres lo echó gracias al VAR (no vio que en la jugada previa hubo offside de Gremio).

Sí, otra vez con uno menos y a remarla con una cucharita, como en Avellaneda la semana pasada (el expulsado había sido Emmanuel Gigliotti). El 4-3-1-2 que había diagramado Ariel Holan (sorprendió al incluir a Leandro Fernández de arranque y sacar a Martín Benítez) se disipó. Con ese dibujo, luego de unos 20 minutos iniciales turbulentos, había podido alejar un poco a Gremio de su área y contó con un buen remate de Fernández que contuvo Grohe. Mientras tanto, Luan seguía haciendo de las suyas y de manera increíble le erró al arco cuando Campaña estaba entregado.

Holan tuvo que cambiar: adentro Figal por Fernández y Benítez por Rodríguez para armar un 4-4-1 con Meza arriba y dos rapiditos por las bandas: Benítez y Menéndez. En el ajedrez, Renato desarmó el 4-4-2 inicial para adelantar a Everton por izquierda y poner tres delanteros. Y a Everton fue que Campaña le sacó una pelota fenomenal.

Ayer no fue como en el Libertadores de América, que intentó mantener la intensidad aún en desventaja numérica. Esta vez fue todo del conjunto gaúcho. Manejó el juego sin desesperación y apostó al desgaste de su rival, aunque no fue punzante. Le costó romper el perfecto orden defensivo de Independiente, que tuvo a Franco como estandarte y a Domingo como el DT adentro de la cancha.

Los de Holan estiraron todo al tiempo suplementario. Ahí Gremio pareció apurar la cuestión. Jael reventó el travesaño y a los 4 mil Diablos de la última bandeja se les cortó la respiración. Pero lo más increíble fue cómo en la jugada siguiente Silvio Romero (entró por Menéndez) no llegó a meter el centro de Benítez. Campaña y Franco se jugaron la ropa para evitar el abismo. Y Figal se lo perdió tras un pase con la cabeza de Meza. Infartante suplementario.

En los penales, Benítez falló y las lágrimas tuvieron un sabor agridulce. Por el esfuerzo y por la derrota.


Definición por tiros desde el punto penal: Gremio (Brasil) 5 (convirtieron Maicon, Cícero, Jael, Everton y Luan); Independiente 4 (anotaron Fernando Gaibor, Maximiliano Meza, Nicolás Domingo y Silvio Romero; Marcelo Grohe contuvo el remate de Martín Benítez).

jueves, 15 de febrero de 2018

Independiente 1 - Gremio (Brasil) 1 - Recopa Sudamericana 2018

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POR LA FINAL DE IDA
Independiente luchó, no fue menos ni siquiera con diez y buscará otra Copa en Brasil
Gremio se puso en ventaja tras una falla de Amobreieta, pero el Rojo no se deprimió y llegó al 1-1 con uno menos. En el ST los gaúchos manejaron la pelota sin lastimar.
No hay favorito. Todo quedó abierto, para ser definido en la revancha en Porto Alegre. Independiente, campeón de la Sudamericana, y Gremio, ganador de la Libertadores, se sacaron chispas en Avellaneda por la Recopa. Fue un 1-1 bien caliente. El Rojo jugó con uno menos durante 65 minutos y los de Renato Gaúcho no lo supieron aprovechar. En una semana se verán las caras de nuevo.

Justo en el Día de los Enamorados, Fernando Amorebieta no trató con las primeras cuatro letras de su apellido a la pelota y se vistió de anti San Valentín para preocuparles los corazones a los fanáticos endiablados. El venezolano le quiso dar un pase a Alan Franco, se quedó corto y lo aprovechó Luan. En la primera jugada de peligro que fabricó, Gremio facturó. Se encontró con un regalo y agradeció encantado. Encima, Emmanuel Gigliotti se hizo expulsar apenas seis minutos después por un codazo sobre Walter Kannemann, ex compañero suyo en San Lorenzo. El árbitro lo había amonestado en primera instancia. Gracias al VAR corrigió y le mostró la tarjeta roja que correspondía al delantero. Solito se complicó la noche Independiente.

Fue el claro amo del juego en este primer duelo de la Recopa 2018. Lo era en igualdad de condiciones y en menos de 20 minutos merecía ir arriba en el resultado. Pero Nicolás Domingo no fue certero en su remate, que pasó muy cerca del palo derecho de Marcelo Grohe; el cabezazo de Maximiliano Meza pegó en el travesaño y, luego de una gran pared entre Fernando Gaibor y Jonathan Menéndez, fue Martín Benítez el que la tiró al lado del palo.

Los refuerzos fueron lo mejor del Rojo. Menéndez, con su velocidad y gambeta, se cansó de desbordar por la izquierda. Y el ecuatoriano Gaibor demostró en su estreno como titular que le sobra calidad para distribuir y ejecutar las pelotas paradas.

De hecho, el empate partió de su pie diestro. Él pateó el tiro libre que apenas rozó en Cortez y se le metió a Marcelo Grohe. Lo descolocó al buen arquero de Gremio. Y fue un tiro para el lado de la Justicia.

El local siguió siendo superior aun con uno menos. Lo ahogó el equipo de Holan a su rival. Con once y, también, con diez. El conjunto de Porto Alegre resignó un hombre en la delantera para superpoblar el mediocampo con cinco jugadores y presentar batalla desde allí. Buscó manejar el balón, hacerlo circular y tratar de encontrar espacios. No lo logró porque la presión de Independiente fue intensa. Cícero se propuso ser el armador desde el círculo central, pero no gravitó.

Sin Gigliotti, el que quedó como única referencia de área fue Benítez, luego reemplazado por Leandro Fernández para refrescar piernas. Cuando el cansancio apareció, comenzó a notarse la superioridad numérica del visitante. Independiente mantuvo la intensidad hasta donde le dio la nafta y después... Y después la pelota cayó en poder brasileño. Gremio se hizo dueño de la mitad de la cancha por decantación. Sin embargo, le costó tener claridad en el área de Martín Campaña. El arquero se quedó con una pelota de fuego que remató Everton y que Cícero no alcanzó a desviar con potencia. Esa fue la más peligrosa de la visita después de su gol. Poco para el campeón de la Libertadores, que jugó un tiempo y medio con un hombre más.

Independiente lo aguantó; Gremio se conformó y la historia continuará el miércoles en Brasil. En la tierra que le sienta bien al Rojo. Allí venció a Flamengo y ganó la Sudamericana.

viernes, 26 de agosto de 2016

River Plate Campeón Recopa Sudamericana 2016

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RIVER SALIÓ CON HAMBRE Y SACÓ LA DIFERENCIA MUY TEMPRANO
Un rato con juego de campeón
Mereció la victoria, pero terminó con un cierto sufrimiento por un error que permitió el descuento colombiano.
Otra Copa de nivel internacional. Una más para el inmenso River y para un entrenador gigantesco como Marcelo Gallardo, que como nacido y criado en semejante institución casi siempre está a la altura de la circunstancias. Indiscutible la conquista, aunque se haya empañado circunstancialmente con el descuento de un rival colombiano que prácticamente no lo había inquietado. El 2-0 había abierto las puertas de par en par para que el marcador se ampliara, pero lo que no sucedió en el arco rival el campeón lo padeció en el propio. Apenas un lunarcito, ya que River hizo casi todo en el partido y casi todo lo hizo bien.

River salió decidido a buscar el título desde la primera pelota y metió al Independiente colombiano contra los palos del arco de Zapata. Y el modo con que los dirigidos por Gallardo tomaron esta final quedó demostrado con la apertura del marcador. Mientras que los que atacaban vivieron cada movimiento intensamente, los encargados de defender no sólo perdieron las marcas sino que adolecieron también de reacción. La conclusión era obvia: definición con anticipo de Driussi y 1-0.

Hasta el minuto 25, con Ponzio como abanderado, River no le dejó ni las migas al equipo del argentino Gustavo Costas. Hasta aparecieron las sociedades de las que el entrenador tanto confía y espera. Moreira, D'Alessandro y Driussi por la derecha. Casco, el Pity Martínez y Nacho Fernández por el otro costado.
Todos respaldados por ese león que es Ponzio, el líder para saber el momento y el lugar donde se debe apretar. Y el ecuatoriano Mina, que empezó a asentarse y promete darle dura lucha a Lollo por la posesión del puesto.

Como repitiendo la fórmula de la primera etapa, rapidísimo en el complemento hubo un visceral grito de gol en un Monumental repleto. El cabezazo demoledor de Alario puso las cosas en su lugar: dos goles era la diferencia mínima entre uno y otro. Sobre todo porque Independiente estaba mostrando muy poco, casi nada, incluyendo la pobre producción del argentino Omar Pérez, que fue cambiado para la segunda etapa.

River venía de fiesta cuando sucedió algo impensado: el descuento del conjunto colombiano, que aprovechó al máximo un movimiento con pelota detenida y alguna marca que se perdió demasiado cerca de la zona de Batalla.

El Pity Martínez tuvo el tercero, pero su disparo rebotó en el travesaño. Algún centro aislado de los visitantes engordó la intriga que siempre tiene un resultado por la mínima diferencia. Pero anoche ganó y festejó el que más méritos acumuló para quedarse con la Copa. Como para que River y Gallardo continúen unidos en un ciclo fecundo para celebrar.



Felicitaciones Millonario!!!

viernes, 19 de agosto de 2016

Independiente Santa Fe (Colombia) 0 - River 0 - Recopa Sudamericana 2016

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LA IGUALDAD SIN GOLES LO DEJA BIEN PARADO PARA LA REVANCHA DEL JUEVES PRÓXIMO
River hizo poco, pero se trajo de Colombia lo que fue a buscar
Buscó algo más en el primer tiempo y casi no llegó en el segundo. Los locales mostraron poco. La figura fue Ponzio.
Si de algo puede aferrarse River para entender este empate con escaso juego y casi nada de potencia ofensiva, es que lo mejor de su historia en las Copas internacionales confirman que para el éxito final hubo invariablemente un primer paso positivo como visitante. Por eso, este River mínimo que pasó por Colombia aguarda esperanzado el próximo jueves, cuando en el Monumental se desarrolle el segundo capítulo de esta historia llamada Recopa. Frente a su gente espera jugar bastante mejor y plasmar una nueva coronación.

Con casi los mismos protagonistas de los últimos tiempos -valen como excepciones el paraguayo Moreira y el ecuatoriano Mina-, Marcelo Gallardo presentó en El Campín un esquema diferente: 4-2-3-1, con Ponzio y Nacho Fernández armando un escudo protector de la línea de cuatro final, D'Alessandro por la derecha con la misión fundamental de manejar la pelota, Driussi detrás de Alario y el Pity Martínez a la izquierda, mitad volante y mitad extremo.

Campo y pelota fueron propiedad de River, con dos peligrosos remates desde afuera, disparados por Driussi y Martínez, que con ubicuidad y arrojo resolvió del veteranísimo Robinson Zapata (37 años y con pasado en Rosario Central, Independiente y Belgrano).

Lo que no pudo aprovechar el equipo argentino fue la cantidad de infracciones cometidas por Independiente Santa Fe, todas desperdiciadas por errores en los lanzamientos de D'Alessandro o por la falta de decisión de los cabeceadores para ir en búsqueda del balón. Tampoco la superioridad en la posesión pudo ser traducida en el área colombiana, ya que los generadores expusieron una marcada limitación en habilitar a Alario con chances concretas de gol.

Un grueso error de cálculo del arquero Batalla en una pelota aérea, que terminó con una salvada decisiva de Ponzio sobre la línea, funcionó como un quiebre en el dominio de River para que el equipo dirigido por el argentino Gustavo Costas comenzara su recuperación. De la mano de otros dos argentinos -Omar Pérez (ex Boca y Banfield) y Jonathan Gómez (con pasado en Central, Banfield, Arsenal y Atlético de Tucumán)-, el local dividió el control de la pelota y visitó más seguido una zona donde el moreno Mina no siempre ofreció las máximas garantías.

El arranque de la segunda etapa no trajo buenas noticias para el equipo de Núñez. Porque ya no le alcanzó con Ponzio (clave en la primera mitad) y Fernández para hacer pie cerca del círculo central, Independiente presionó sobre los receptores y los anuló definitivamente y Batalla justificó su condición de titular bloqueando un derechazo cruzado de Osorio.

Gallardo se convenció de que debía refrescar la estructura y decidió cambios: adentro Mora y Andrade por los deslucidos Driussi y D'Alessandro, que a esa altura de la noche ya no jugaban ni atacaban.

Si los pocos ataques del conjunto colombiano no tuvieron la pimienta necesaria para superar el buen andar de Maidana, los defensores locales no necesitaron mucho esfuerzo para controlar el ataque riverplatense, que se fue deshilachando con el pasar de los minutos. Ese último recurso del entrenador de recurrir al uruguayo Alonso no varió la realidad: River no pateó al arco de Zapata y acaso su mayor mérito sea que rescató un empate para definir en casa.

jueves, 12 de febrero de 2015

River Plate Campeón Recopa Sudamericana 2015

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CORONÓ SU PRIMER FESTEJO INTERNACIONAL COMO VISITANTE
River Recampeón de América
Volvió a ganarle 1-0 a San Lorenzo, esta vez en el Gasómetro. Así borró el tormentoso verano y el 0-5 sufrido con Boca.
Como en ese Nuevo Gasómetro desbordado de azul y de rojo nadie los acompaña, como ahí están solos y no hay voces de sus hinchas poniéndole música a la felicidad por otra coronación internacional, cuando esos cuervos tristes pero locos de amor por su camiseta deciden callarse, mientras todavía se prepara el escenario para la premiación, los que cantan y se escuchan son los jugadores de River. “Es para vos, es para vos, bostero...”, gritan todos encabezados por Ramiro Funes Mori, justamente aquel héroe de la Bombonera. Y levantan la apuesta: “Si querés dar la vuelta, no te quedés con ganas, hay una calesita en el Parque Lezama”. La víctima deportiva es San Lorenzo. Eso sí, el primer mensaje es para Boca y también para un mundo futbolero cada vez más exitista.

Lo grita todo River aquí, en el corazón del Bajo Flores. Grita que es campeón. Grita por su primera consagración internacional sentenciada como visitante. Grita porque cada vez empieza a hacerse más fuerte en las competiciones continentales, un déficit en su historia de oro. Grita porque una vuelta olímpica siempre es para celebrarse así, con toda la fuerza. Sin embargo, la sensación es que lo primero que tienen ganas de gritar es que River sigue vivo. Que la tormenta de verano pasó. Que el 0-5 amistoso contra Boca en Mendoza, si bien le quedará clavado durante mucho tiempo en el corazón, no lo derrumbó. Y todo lo que River tiene ganas de gritar, lo merece.

Esa Recopa Sudamericana que levanta bien arriba un ratito después de esa descarga contra Boca se la ganó con total legitimidad.

¡Qué bien le queda a Barovero ser el primero en tomar la Copa y elevarla al cielo! Ese arquero, que transmite fragilidad con su aspecto físico, es gigante con sus atajadas. Así como en la Copa Sudamericana resultó decisivo en aquella serie para la memoria contra Boca tapándole el penal a Gigliotti, hace unos minutos en este Nuevo Gasómetro también supo dibujarse como la máxima celebridad del campeón. ¿ O acaso no fue una atajada de campeonato esa reacción que exhibió ante el remate de Caruzzo, cuando estaban cero a cero y el primer tiempo entraba en su recta final? ¿O acaso no se sintieron esos tres silencios que Barovero desató anoche en la multitud cuerva, cuando voló ante Matos, cuando achicó a Villalba y cuando frustró a Blanco, en el instante en que River ganaba y San Lorenzo buscaba el empate para encarar los minutos de cierre con envión y con ilusión de hazaña?

Ahí, alrededor de Barovero, están todos sus compañeros. Entre ellos, claro, Carlos Sánchez, la otra individualidad de colección de River en esta consagración, vaya paradoja uno de los más cuestionados por haber sido expulsado en la debacle contra Boca. Ese uruguayo hizo el gol en el 1-0 del Monumental, cuando nadie podía vencer a Torrico ni a los palos y cuando San Lorenzo parecía reaccionar. Ese mediocampista todoterreno de nuevo no dudó anoche frente al arco que da espaldas a la popular local del Nuevo Gasómetro, justo un minuto después de que Bauza dejara de lado sus a veces excesivos recaudos y lanzara a la cancha a Verón (delantero) por Quignon (volante central) con supuestas intenciones de jugarse al todo o nada.

“Vos sos de la B, vos sos de la B”, entonan con despecho por la paternidad que padecen y por la estrella entregada en casa los pocos hinchas de San Lorenzo que aún quedan en el Gasómetro. Y es cierto: River hace poco que padeció ese puñal a su honor deportivo. Hace poco que se fue al descenso. Sin embargo, el karma parece habérselo sacado rápido de encima. No para de salir campeón. Con Ramón Díaz, del torneo local y de la Súper Final (justo ante San Lorenzo). Ahora, a fines de 2014 y en el nacimiento de este 2015, suma dos coronaciones internacionales de la mano de Marcelo Gallardo, ese entrenador ubicado, respetuoso, ambicioso e inteligente para saber cuándo buscar brillo y cuándo trabajar los partidos. Por algo los jugadores de San Lorenzo, a pesar de la bronca, y como corresponde a un perdedor digno, permanecen ahí y observan todo, aunque quisieran estar cuanto antes en el vestuario.

River, el campeón de la Sudamericana, fue más que San Lorenzo, el dueño de la Libertadores. La Recopa está en las manos que la merecían. Ahí está el Recampeón de América. Cada vez más internacional. Vivo.


Felicitaciones Millonario!!!

sábado, 7 de febrero de 2015

River 1 - San Lorenzo 0 - Recopa Sudamericana 2015

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LE GANÓ 1-0 A SAN LORENZO, PERO PUDO SER GOLEADA
River pudo golear, pero dio el golpe en el momento menos pensado
En el primer tiempo pegó tres tiros en los palos. Cuando San Lorenzo emparejó, Sánchez definió la final de ida de la Recopa Sudamericana.
Terminó festejando River. Por ese gol que llegó cuando el empate comenzaba a encajar perfecto. Fue 1-0, al cabo, en esta final de ida de la Recopa Sudamericana ante San Lorenzo. Lo mereció el equipo de Gallardo por lo que ofreció en el primer tiempo; lo consiguió cuando su fútbol comenzaba a claudicar. Es una ventaja mínima, claro. De River -sobre todo- dependerá que resulte máxima la semana que viene.

Los dos sabían que esta era -incluso más allá de su relevancia- una final inicial. Porque esta serie que determinará al campeón se resolverá el miércoles, bajo el cielo del Nuevo Gasómetro. Ya lo había anticipado el entrenador Edgardo Bauza: “El partido es el otro”, expresó poco antes del inicio de este encuentro. Quedó una impresión, tras ese primer tiempo de amplio dominio de River: San Lorenzo se tomó demasiado en serio ese discurso. Jugó poco en términos creativos y de búsqueda. Y se defendió demasiado cerca de su arquero Torrico. Y padeció.

El detalle es un síntoma: en los primeros 45 minutos el equipo de Bauza padeció más que en la final del Mundial de Clubes ante el Real Madrid, en Marruecos. River le llegó siete veces a fondo. Todas muy claras. Fueron dos tiros en el travesaño (un cabezazo y una chilena, ambas de Teo Gutiérrez), uno en el palo derecho del arquero (tras un potente cabezazo de Maidana), dos atajadas estupendas de Torrico, una definición imprecisa de Mora y un remate alto de Carlos Sánchez. Un vendaval.

Del otro lado, un San Lorenzo pensado para defender no consiguió despegar de esa postura defensiva. Su única aproximación, recién iniciado el encuentro, terminó mal resuelta por Cauteruccio. Casi nada. O nada. No es una exageración: lo mejor de San Lorenzo en la primera parte de esta serie final fue el abrazo del azar. Y sí, otra vez, también Torrico, como en la colosal tarde de Liniers, la de la consagración en 2013.

Lo de River fue interesante: después de los duros golpes de Boca en los amistosos de verano (con el histórico 5-0 incluido), recuperó la memoria de aquel equipo que encantó en 2014; ese que se lució desde la llegada de Gallardo, que peleó el torneo local con Racing y que obtuvo la Copa Sudamericana. Intenso, audaz, dominante, convencido. Le faltó una virtud que tenía en días no tan lejanos: la contundencia. Llegó mucho, pero no convirtió.

Fue distinto lo del segundo tiempo en términos de actitudes. San Lorenzo se paró un poco más adelante y encontró más espacios para llegar. Sin embargo, el equipo visitante chocó contra una dificultad propia: Cauteruccio desperdició las dos situaciones claras que tuvo (en una de ellas, algunos pidieron penal de Barovero; no pareció infracción).

River -también es cierto- no encontró tantos caminos para inquietar a Torrico. Tuvo la pelota, jugó en campo rival, pero no fue tan profundo como al comienzo. Pisculichi comenzó a cometer imprecisiones en la gestación y arriba, Mora y Gutiérrez no gravitaron como un rato antes. Ante esas circunstancias, el desarrollo se hizo más parejo.

Ya para el último tramo sucedió el juego de los cambios. Bauza apostó por Pipi Romagnoli -ese emblema azulgrana- y Gallardo por Pity Martínez -esa esperanza llegada desde Parque de los Patricios-. Le salió mejor al Muñeco. Al menos en el resultado: a los 32, tras un error de Mercier, Martínez habilitó a Sánchez y el uruguayo definió fuerte, de derecha, y puso el uno a cero. Fue un grito, un desahogo. Justo antes de ese final caliente, de ese desenlace que dejó abierta la puerta para la que viene: esa revancha en la que -parece- queda mucho por escribir. Se verá...

jueves, 24 de julio de 2014

Atlético Mineiro (Brasil) 4 - Lanús 3 - Recopa Sudamericana 2014

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ATLÉTICO MINEIRO SE QUEDÓ CON UN INCREÍBLE PARTIDO EN BELO HORIZONTE Y ES CAMPEÓN
Lanús lo tuvo, pero cayó en el alargue con dos goles en contra
En Brasil, anoche había ganado 3-2 en los 90 minutos. Pero en el suplementario sufrió las jugadas desgraciadas.
En el mismo escenario donde hace poco Alemania le infligió (7-1) a Brasil la derrota más humillante de toda su historia, Lanús dejó sangre, sudor, lágrimas y la enorme posibilidad de ganar la Recopa Sudamericana. Dos goles en contra de los paraguayos Gómez y Ayala, uno en cada tiempo del alargue, coronaron a Atlético Mineiro. El triunfo mínimo de los brasileños de la semana pasada en el sur gel Gran Buenos Aires tuvo un peso decisivo para esta revancha que terminó en un emotivo empate.

De electrizante hubo que calificar el comienzo del partido. Porque el uruguayo Roberto Silvera se equivocó al juzgar intencional una mano casual de Ayala y con el penal convertido por Tardelli el marcador se abrió demasiado rápido y en contra de los intereses de Lanús. Sin embargo, la primera virtud del equipo conducido por los Mellizos Barros Schelotto tampoco se demoró en aparecer: no permitió que Atlético Mineiro creciera en confianza y sin dudar fue en búsqueda de la igualdad. Que llegó al toque, después de un buen pase del Pulpito González que el paraguayo Ayala, acompañando como un delantero central, tradujo en empate con un disparo imparable para el arquero.

El esquema 4-4-2 con que el conjunto sureño se plantó en el Mineirao contempló la marcación de zona de Ronaldinho, con Somoza en control del talento brasileño pero sin un afán persecutorio.

Junto con el crecimiento en el juego del Granate disminuyó la gestión en ataquedel local, lo que incrementó el nerviosismo de los espectadores. En pleno murmullo, llegó el tiro libre de Velázquez, el Laucha Acosta no alcanzó a desviarla y Silva, en gol de delantero, mandó a la red un rebote corto del arquero Víctor.

El partido ofreció a continuación otro segmento imprevisto. ¿Por qué Lanús perdió serenidad y no fue capaz de hacer control de pelota? Hasta que Marcos Rocha metió un centro preciso -Braghieri no atinó a cortar- y Maicosuel definió para el 2-2.

En el segundo tiempo siguieron por el mismo camino. Braghieri evitó la derrota tras gran jugada de Ronaldinho. Y Lanús se la jugó en el cuarto de hora final, con tres puntas cuando entró Melano en reemplazo de Araujo. Fue y fue, cone l corazón en la mano. Y en el instante final, a Silva se la sacaron sobre la línea y Acosta, a pura suela, mandó el partido al alargue.

jueves, 17 de julio de 2014

Lanús 0 - Atlético Mineiro (Brasil) 1 - Recopa Sudamericana 2014

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PERDIÓ LA FINAL DE IDA CON ATLÉTICO MINEIRO Y DEBERÁ DARLO VUELTA EN BELO HORIZONTE
Lanús no tuvo la fiesta soñada
El equipo de Barros Schelotto careció de juego y sufrió el zurdazo goleador de Tardelli. El resultado fue justo.
No se trata de un detalle en la historia de Lanús. Esta participación relevante en la Recopa Sudamericana resulta un retrato de su presente de protagonismo. En el ámbito local, donde se anima a arrancar como candidato casi invariablemente; y en el ámbito internacional, donde juega casi siempre y hasta donde se convirtió en Rey de la Sudamericana. Por eso, el clima de fiesta bajo el cielo de su estadio que cada día parece territorio de citas más grandes. Pero el desenlace no acompañó a la cuestión: Atlético Mineiro, el campeón de la Libertadores, lo venció como visitante y quedó a muy poco de obtener el título el miércoles que viene en el estadio Independencia.

Más allá de lo que sucederá en Belo Horizonte, el equipo de los mellizos Barros Schelotto no supo aprovechar la localía. En el primer tiempo, que fue parejo, no supo mostrarse como el patrón de su lugar. En el segundo, padeció a un Mineiro desinhibido e intenso. A consecuencia de eso, terminó tropezando. El único grito en la noche de Lanús fue ajeno: nació de ese zurdazo implacable de Diego Tardelli.

Lanús intentó en todo momento adoptar el control del partido. Es cierto, tuvo la pelota y con ella procuró ubicarse en territorio ajeno. Sin embargo, no fue capaz de trasladar esos indicadores de dominio al resultado. Tropezó en el tramo decisivo del campo de juego. Allí donde los encuentros se resuelven, Lanús no brindó respuestas a la altura de las necesidades ni de las circunstacias que afrontaba.

No fue, en cualquier caso, ese Lanús que invitaba al aplauso del fútbol argentino. Le costó encontrar esas pequeñas sociedades que tanto resultado le entregaron en el recorrido reciente. No hubo construcción colectiva en ese segundo tiempo en el que no quedaba otra que llevarse por delante a un equipo brasileño que estaba más preocupado por recortar espacios hacia atrás que por ofrecer contraataques intensos. Ese era -otra vez, como en todo el año pasado- el plan del equipo mineiro: casi nada de jogo bonito ; casi todo de lucha.

De todos modos, Lanús luchó casi hasta la madrugada. Fue con todo lo que tenía: con tiros de afuera, con centros, con corners, con otras pelotas detenidas. Y en ese recorrido de búsqueda casi lo empata (la más clara, ese remate de Maximiliano Velázquez desde afuera del área), pero no lo logró. La semana que viene deberá modificar el escenario. No parece fácil. Tampoco imposible.

jueves, 25 de agosto de 2011

Internacional 3 - 1 Independiente

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HABIA GANADO EN AVELLANEDA, ESTUVO A TIRO DEL EMPATE VARIAS VECES EN PORTO ALEGRE PERO AL FINAL PERDIO POR UN PENAL
El intento de Independiente no tuvo el premio de la Copa
Doblete de Damiao y descontó Maxi. Se le escapó el empate y luego el descuento para ir a la prórroga.
Otra vez el mismo golpe: Independiente se quedó sin otra Copa, ese viejo e histórico idilio. Como en la Suruga Bank, ahora en la Recopa Sudamericana, se llevó el dolor de otro tropiezo: perdió 3-1 en el Beira Río y dejó el trofeo en las manos del Inter de Porto Alegre, otro rojo que ahora gana tanto como Independiente ganaba antes.



Tenía un plan Antonio Mohamed para este segundo partido, con carácter de decisivo. Era pura lógica la idea: tratar de jugar lejos de Hilario Navarro, alargar las posesiones del balón y aprovechar la pelota detenida. Pero no. Nada de eso sucedió durante ese primer tiempo de padecimientos. El 4-14-1 que dispuso Mohamed -con Marco Pérez bien abierto a la derecha como un mediocampista más y con Pellerano bien cerca de los marcadores centrales- no le ofreció garantías en ningún rubro: ni para defender de manera sólida ni para controlar la pelota; mucho menos para llegar con peligro hasta el arco de Muriel.



Lo del Inter estuvo a la altura de la circunstancia. Fue un equipo incisivo, que buscó sin desesperaciones pero con constancia, que contó con individualidades determinantes. Así, con recursos individuales y colectivos muy valiosos, se mostró superior en el desarrolló. Y rubricó esa diferencia en el resultado: se fue a descansar con un 2-0 que le abría la puerta de una nueva consagración para el campeón de la Libertadores 2010.



En esa ventaja muchísimo tuvo que ver ese impresionante centrodelantero que asombra a todo Brasil: Damiao. En cinco minutos, dio una clase exprés de cómo debe jugar un número nueve. En dos jugadas, exhibió el manual entero: a los 20, arrancó pegado a la raya derecha, gambeteó como crack entre Maxi Velázquez y Milito, y definió con un fortísimo puntazo de derecha; a los 25, le ganó con el cuerpo a Milito -tras un saque de arco- y definió con un bombazo de zurda.



Los errores de Milito -llegado como figura desde el inmenso Barcelona campeón de todo- se parecían mucho a un testimonio definitivo: si el jugador de mayor jerarquía se equivoca de tal modo, ¿qué se puede esperar del resto y de las posibilidades del equipo? Para colmo, Inter no era sólo Damiao más diez. Andrés D’Alessandro sigue jugando como para que lo vuelvan a convocar a la Selección; Pablo Guiñazú hace todo sencillo y bien, como si practicar fútbol fuera así de fácil.



Pero Independiente es también lo que cuenta su historia: esa mística que de algún lado aparece en las escenas más complejas. Como en la última Copa Sudamericana, el Rey de Copas resucitó cuando parecía enterrado. Salió a jugar el segundo tiempo con autoridad, con convicción, intenso, lúcido. Tal como lo había planeado y no había salido en el primer tiempo. Entonces, fue a buscar. Y encontró rápido un gol para reconstruir la serie: aparición de Maxi Velázquez, sorpresiva definición de derecha y 1-2 en el partido para el 3-3 en el global. No se quedó Independiente: se animó al golpe por golpe con el rival.



En ese ir y venir, estuvo cerca del empate pronto: Iván Vélez -recién ingresado por Iván Pérez- tuvo una situación clarísima. Pero Muriel la sacó de manera notable. Luego de esa primavera de Independiente en el partido, de manera inexplicable comenzó a ceder terreno y pelota. Ese detalle es una invitación para varias preguntas: ¿será una cuestión de cansancio? ¿Faltará oficio para sostener el último tramo de los partidos? ¿Será la presión? Lo cierto es que volvió a equivocarse Independiente en defensa fue torpe la salida de Navarro ante Jo, que derivó en el penal- y Kleber transformó la pena máxima en 3-1 y en sensación de título para este Inter que se acostumbró a ganar y ganar en el último lustro. Para lo que quedaba -esos siete minutos más lo adicionado- Mohamed intentó con los ingresos de Leonel Núñez y de Matías Defederico. Pero no. No hubo épica ni superhéroes . La impresión resultaba triste y final: era demasiado tarde...

miércoles, 24 de agosto de 2011

Internacional vs. Independiente

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EL ROJO VISITA A INTERNACIONAL EN LA VUELTA DE LA RECOPA
Mucho más que un resultado
Habrá algo más en juego que el orgullo nacional y la estrella número 17: la estabilidad. Para Independiente, esta Recopa Sudamericana puede resultar vital para la vida interna. Porque después de quedarse sin nada en Japón, y tras un arranque irregular en el torneo doméstico, un triunfo espantará las críticas y una derrota dejará un escenario sensible para Antonio Mohamed (Julio Comparada ayer declaró que seguirá "sea cuál sea el resultado") y también para los jugadores. Con más reputación que la Suruga Bank, esta copa gana aún más trascendencia por la valía del rival: Internacional, el campeón de la Libertadores 2010. Encima, la definición es en el imponente Beira-Rio.



Un dato: no vale el gol de visitante y, si Inter gana por un gol, habrá alargue y, luego, penales. Con una ventaja ajustada, pero ventaja al fin llega Independiente. El 2 a 1 en Avellaneda le da un poco de tranquilidad. Un poco, no más. El Inter que conduce D’Alessandro no es aquel gran campeón, pero tiene un goleador implacable como Damiao, al que ya sufrió en el juego de ida, y a otro argentino: Pablo Guiñazú (Bolatti iría al banco). El Turco Mohamed irá tras su segundo titulo internacional con un equipo "descansado" y con el apoyo de más 3 mil hinchas.


jueves, 11 de agosto de 2011

Independiente 2 - 1 Internacional

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VENCIO 2-1 AL INTER DE PORTO ALEGRE EN LA PRIMERA FINAL Y VA CON ESPERANZAS A LA REVANCHA DEL MIERCOLES 24
Independiente luchó y dio el primer paso con una victoria
Estuvo abajo en el marcador, pero se llevó el éxito con goles de Maxi Velázquez y de Marco Pérez.
Había que ganar por cualquier resultado, como quería su entrenador, e Independiente lo hizo. Además, el largo viaje para retornar de Japón, con la sobrecarga de no haber sumado la Copa Suruga Bank, pareció disimularse con mucha actitud y ráfagas de buen juego. Ahora falta la otra mitad, que será en Brasil donde para el desquite no se tendrá en cuenta el gol de visitante. En caso de ser necesario, se jugarán 30 minutos adicionales y, de persistir la igualdad, habrá definición con tiros desde el punto del penal.



El primer tiempo terminó del mismo modo en el que había comenzado: Independiente al ataque, agresivo y pisando seguido el suelo brasileño. Lo mejor del equipo conducido por Mohamed se vio en los primeros 20 minutos, donde los jugadores de movieron sueltos en el flamante esquema táctico 4 (por la presencia de Gabriel Milito) -32-1. En este esquema, Defederico arrancaba de ocho y terminaba en el medio del área y Núñez la empezaba en la mitad de la cancha y la terminaba por la derecha.



De a poco, el Rojo fue acumulando situaciones de gol. Un bombazo de Núñez salió cerca de un palo, tras el centro de Tuzzio fue Iván Pérez, quien no tuvo puntería con su cabezazo y otro derechazo de Núñez se fue por arriba. En síntesis: como no podía perforar con juego la línea de cuatro brasileña, Independiente encontró en los remates de media distancia la fórmula para inquietar a Muriel.



Hasta que pasados los 20 minutos, y después de una aparición ofensiva de lateral derecho Nei (marcó mal y atacó muy bien), D’Alessandro pudo escaparse de la trampa que le habían tendido Pellerano y Fredes y el conjunto de Porto Alegre empezó a mostrar algunas de las virtudes.



Cuando el partido se jugaba en un plano de igualdad, llegó el gol visitante. Nei sacó un centro ante la marca de uno contra uno ejercida por Milito y Damiao anticipó a una defensa sin reacción, incluyendo al arquero Navarro. Pero un rato después, Núñez lanzó un centro desde la derecha y Maxi Velázquez, en tierra de gigantes, saltó y conectó un cabezazo que hizo delirar al numeroso público que colmó La Caldera del Diablo.



Independiente no se retiró al entretiempo en ventaja porque, primero, el arquero se quedó con un disparo de Defederico y en la última jugada de la primera mitad, Muriel atoró con oficio una penetración de Marco Pérez. Para el segundo tiempo, Independiente intentó mantener, al menos desde el arranque, la presión y la postura que con que antes había dejado tan buena impresión.



Pero al perder protagonismo probablemente por el cansancio, Mohamed buscó refrescar al conjunto con un par de cambios: afuera dos volantes (Defederico e Iván Pérez) y adentro un mediocampista (Cabrera) y un punta (Nieva). Damiao se perdió el segundo en una fantasmal atropellada, Muriel voló y manoteó un derechazo de Tuzzio y un disparo de Tinga rebotó en el travesaño cuando Navarro estaba liquidado.



Hasta que llegó el tiro libre de Marco Pérez -se desvió ligeramente en la espalda de Julián Velázquez- e Independiente pasó a ganar. Desde ese flash y hasta el final, ambos equipos fueron por lo suyo y prácticamente se jugó sin medio campo. De área a área, sin paradas intermedias. Internacional tuvo un par de chances claras para empatarlo pero un cabezazo del pibe Nieva chocó contra un palo y no fue gol de milagro.



Internacional, ya sin D’Alessandro, se retiró de Avellaneda convencido de que lo puede dar vuelta. Independiente ratificó su condición de equipo copero y se prepara para viajar a Porto Alegre empujado por la ilusión de volver a ganar un trofeo internacional.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Independiente vs. Internacional

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TRAS PERDER LA SURUGA, RECIBE A INTERNACIONAL EN LA IDA DE LA RECOPA
Independiente siempre quiere sumar otra Copa
Se enfrentan el campeón de la Libertadores y el de la Sudamericana. Milito, la gran atracción.
La obtención de la Copa Sudamericana le abrió nuevamente las puertas del exterior. Primero fue la Copa Libertadores. Después, aún fresca, fue la Copa Suruga Bank. Ni en el torneo continental más trascendente ni en Japón pudo achicarles la diferencia que hoy le llevan Milan y Boca (18 trofeos cada uno). Ahora, el Independiente de Mohamed va por la revancha: esta noche (desde las 21.50 y con el arbitraje del colombiano Wilmar Roldán) jugará los primeros 90 minutos ante Internacional por la Recopa Sudamericana. La revancha se disputará el miércoles 24 en Porto Alegre y, en caso de igual total, habrá tiempo suplementario y penales.



Entre la desazón que dejó la Suruga y la algarabía que generó el regreso de Gabriel Milito anda Independiente por estos días. La derrota ante Jubilo Iwata no estaba en los planes de nadie. La derrota en la final (fue por penales) pegó duro. Sacudió la vida interna.



Todos los protagonistas sabían de los riesgos que corrían. Los asumieron, como correspondía. Pero ahora, por lo bajo, admiten que no hay margen para una nueva frustración. "Ganando la Recopa se olvida el golpe de la Suruga", dicen y repiten los futbolistas. Y Mohamed, el conductor, también, habló de lo que hay en juego: "Hay que ganarla. Fue todo muy largo y con muchísimos contratiempos lo que vivimos en Japón. Pero ya está. Vamos a sacar nuevamente ese amor propio para revertir esa mala imagen que dejamos".



La pobre imagen que entregó ante Jubilo Iwata, más algunos problemas físicos, hizo que el Turco se decida a cambiar, nombres y sistema. La inclusión más destacada es la de Milito. El ex Barcelona será capitán y segundo marcador central (el primero será Julián Velázquez) de una defensa que no defenderá con cuatro y no con tres. Tuzzio ocupará el lateral derecho y Maxi Velázquez el izquierdo.



En el medio es donde se producen más retoques. Ante la lesión de Patricio Rodríguez (mañana lo operarán del síndrome meniscal que sufre su rodilla derecha; tiene para 40 días), Defederico tendrá una nueva chance. Hernán Fredes que en Japón no rindió por la banda derecha, seguirá en esa función. Mientras que Iván Pérez va por Roberto Battión. Arriba, el DT confía en la recuperación de Facundo Parra (fuerte contractura) para acompañar a Marco Pérez.



Inter, que se ganó el derecho a jugar la Recopa por haber ganado la Libertadores del 2010, llega con algunos problemas. Si bien está en plena temporada (viene de ganarle 3 a 2 a Cruzeiro por fecha 15 del Brasileirao), en el Libertadores de América (se inaugurará la Garganta 3 y parte de la Bochini) será dirigido por Osmar Loss, entrenador interino. Paralelamente, tendrá un par de bajas conocidas: de los tres argentinos que juegan ahí, sólo Andrés D’Alessandro dirá presente. Guiñazú y Bolatti, lesionados,estarán en el desquite.


jueves, 9 de septiembre de 2010

Estudiantes de La Plata 0 - 0 Liga de Quito (Ecuador)

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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Estudiantes de La Plata vs. Liga de Quito (Ecuador)

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jueves, 26 de agosto de 2010

Liga de Quito (Ecuador) 2 - 1 Estudiantes de La Plata

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miércoles, 25 de agosto de 2010

Liga de Quito (Ecuador) vs. Estudiantes de La Plata

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