Racing 2 - Corinthians (Brasil) 1 - Copa Sudamericana 2024
EL 2-2 EN SAN PABLO LE DIO BUENA EXPECTATIVA
Racing se metió en la definición y los hinchas sueñan con volver a la gloria internacional tras 36 años
El equipo de Costas ganó la Supercopa 1988 con el hoy entrenador como figura del equipo. Con un Quintero deslumbrante pasó a Corinthians y jugará contra Cruzeiro. La gente emocionó.
Todos revolean las camisetas. Jugadores e hinchas. Los brazos parecen hélices y, al fin de cuentas, es un vuelo a la ilusión. Racing acaba de llegar a una final internacional que esperó durante tres décadas. Lo hizo con convicción, personalidad, garra y corazón, como se deben jugar ese tipo de duelos. También, con un extraordinario Juan Fernando Quintero. Y “vamos, vamos, vamos, vamos la Acadé”, se grita en el Cilindro. “Te vinimos a ver, te vinimos a alentar, de la mano de Costas, la vuelta vamos a dar”, se canta por el emblema que fue mascota del Equipo de José, campeón de la Supercopa 1988 como futbolista y que está ante el desafío de coronar como entrenador. El 23, en Asunción, Racing enfrentará a Cruzeiro en el mano a mano por la Copa Sudamericana. Sí, el mismo rival al que venció en aquella inolvidable gesta hace 36 años.De las dudas y la desventaja prematura a la explosión en el final del primer tiempo. De los nervios que generó el contexto a dos goles en tres minutos. Jugó a bordo de las emociones Racing y el que mejor entendió el partido fue Quintero.
Y si Juanfer fue el hombre destacado en el ganador, Depay fue el más iluminado en Corinthians. El neerlandés que se lanzó a la aventura americana es pura elite. Se mueve con una gran categoría en los espacios reducidos. Lo mostró en San Pablo y volvió dejar a Yuri Alberto de frente al gol con un taco de autor. Salió apurado Arias y el 9 no perdonó.
Racing estaba atribulado, impreciso y a los 4 minutos, con un resultado difícil de asimilar para su gente. Y le costó afirmarse en ese 4-3-3. Empujó, pero sin claridad. A excepción de Quintero, por supuesto. De a poco el colombiano comenzó a manejar la pelota con conducción y gambeta corta y su pegada en la pelota parada.
Sin embargo, Corinthians fue muy peligroso cada vez que recuperó y encontró a su rival en desventaja numérica. Y casi liquidó la serie con otro magistral pase de Depay que Garro no pudo definir ante Arias. Ahora el 1 achicó y tapó con el pecho.
No estuvo lúcido Sosa, siempre aplomado. Perdió en el medio Nardoni. Chocaron Salas y Maravilla Martínez. Hasta que Almendra abrió para Rojas, el lateral que fue punzante por la izquierda jugó para Salas y el enganche del “7 bravo” hizo pasar de largo a José Martínez. No obstante, el venezolano barrió con los brazos bien abiertos y cometió un penal que el árbitro Felipe González cobró sin dudar.
Entonces Quintero se paró frente a la pelota y remató con una gran responsabilidad. Fuerte, arriba y al medio. Nada de sutilezas.
Todavía festejaban en las tribunas cuando Salas sacó rápido un lateral, Adrián Martínez asistió a Quintero y el colombiano definió ante Hugo Souza. Se durmió Corinthians y Racing lo dio vuelta con el segundo gol de su gran figura.
Estuvo cerca de igualar el equipo brasileño, pero Arias volvió a mostrar todos sus reflejos para anticipar a Yuri Alberto con sus piernas tras un pase de Garro.
Ramón Díaz movió el banco para el comienzo del segundo tiempo. Salió el peruano Carrillo e ingresó Santana, un mediocampista con un mejor panorama. Y al rato buscó respuestas en Breno Bidon y Talles Magno. El riojano reforzó el ataque y Racing contrarrestó con intensidad. Especialmente con Nardoni, que creció notablemente, que se corporizó en un pulpo.
Y aunque Memphis Depay volvió a montar una gran jugada, Breno Bidon resolvió mal. Tampoco lo hizo bien Salas después de otro excelente pase de Quintero.
Costas entendió que había que poner pierna fuerte en el medio y apostó por Zuculini, reemplazante de Almendra. Entró energizado el volante central. Y el partido se rompió porque Corinthians se jugó todo en el campo rival y Racing se sostuvo con orden y concentración, ya sin Quintero, agotado, y con Vietto para presionar arriba.
Corinthians llenó el área de centros siempre devueltos. Y el final fue un estallido de felicidad para ese club que persigue la gloria continental hace tantos años. Con los equipos brasileños definiendo cada contienda internacional, Racing dio la cara por Argentina.