Boca 3 - Quilmes 2 - Copa Argentina 2022
VIBRANTE DUELO EN MENDOZA, SOBRE TODO EN EL PRIMER TIEMPO Y UN GANADOR LÓGICO
LLeno de pibes, Boca le ganó a Quilmes un partido que tuvo de todo y está en semis
Pipa Benedetto dio su cuota goleadora y después apareció la nueva guardia y anotaron los chicos Morales y Langoni. El próximo rival será Patronato, el verdugo de River.
Otra vez Boca. Siempre cuestionado por su resonancia fuera de los márgenes del campo de juego, hace ruido adentro de la cancha. Y avanza en la Copa Argentina. Lo hizo en un partido bravo ante Quilmes, que dio vuelta en un primer tiempo frenético y que debió liquidar mucho tiempo antes del desenlace. Lo espera Patronato en la semifinal. Sí, el verdugo de River. No habrá Superclásico.Y Boca lo sabía antes de que la pelota empezara a rodar al pie de la Cordillera. Su rival de banda roja había quedado eliminado ante los enterrianos. Tal vez por eso jugó desinhibido. A pesar de que siempre intenta ser protagonista, esta vez tuvo mayor dinámica, una circulación más fluida y profundidad. Y a diferencia de otros partidos, se abrió. Y como Quilmes fue salió decidido a mostrarse agresivo, más allá del volumen de su rival, el encuentro en tierra mendocina tuvo los condimentos del ida y vuelta.
De entrada, quedó claro que el duelo sería atractivo. No se habían disputado una decena de minutos y hubo dos goles, uno en cada arco. Pegó primero Quilmes a través de una pelota larga que bajó Julián Bonetto, anticipando a Marcelo Weigandt, y de la devolución de Emanual Moreno llegó un bombazo del espigado volante que se clavó en el ángulo izquierdo de Javier García.
No duró demasiado la alegría cervecera. Bastó una pelota parada para que Boca llegara rápido al empate. Oscar Romero ejecutó el córner, Cristian Medina desvió en el primer palo y Darío Benedetto sacó el manual del goleador con pecho y una definición que dejó sin posibilidades a Esteban Glellel.
El vértigo no ceso. Boca y Quilmes se atacaron. Y se repartieron la tenencia con un juego bastante directo (52-48% el porcentaje de posesión) en ese frenético primer tiempo.
Las mejores virtudes del equipo de Hugo Ibarra estuvieron en la capacidad de desequilibrio de Romero, más activo; las proyecciones de Agustín Sández por izquierda; la constancia de Medina para romper y llegar al área rival; y el manejo de Pol Fernández.
Quilmes jugó al espacio que dejaba Boca, es cierto. Pero también exhibió conceptos interesantes triangulando con Moreno, Kevin López e Iván Colman. De diez intentos, cuatro fueron al arco. Y García respondió con mucha solvencia. Especialmente, en el final de la primera etapa cuando bloqueó un tiro de media distancia y un violento zapatazo cruzado, ambos productos del escurridizo Alexis Batista.
Claro que, a esa altura, Boca ya estaba en ventaja. Lo había tenido dos veces Medina, por arriba y por abajo. Un cruce de Rodrigo Moreira y una tapada de Glellel le cerraron la puerta del 2 a 1. Hasta que se iluminó Romero, una vez más, y metió un estiletazo para Sández. El lateral ganó la cuerda, metió el centro atrás y Gonzalo Morales cumplió el sueño del pibe. La noche de su debut con la camiseta xeneize, a los 19 años, empujó la pelota de su vida al gol.
En el segundo tiempo, no cesó el ritmo. Y los técnicos encontraron soluciones en los bancos.
Primero, Ibarra, quien confió -una vez más- en una de las joyas de la cantera, Luca Langoni. Está angelado el chico de Laferrere. La primera pelota que tocó fue gol. Llegó después de una gran irrupción de Medina, que asistió a Morales, tapó Glellel y el joven recién ingresado definió con el arco libre.
Después, Walter Coyette le dio pista a Mariano Pavone, un experimentado del área. Y reemplazó a Federico González. También, entró Matías Ruiz Díaz. Los dos se juntaron en el gol. Y el Tanque anticipó a Gabriel Aranda para vencer la resistencia de García.
Justo en el mejor momento de Quilmes, sus hinchas empezaron a tirar piedras. Intervino la Policía. Estuvo 18 minutos detenido el partido.
Y se enfrió el equipo de Coyette. Y le faltó la puntada final a Boca para cerrarlo mucho tiempo antes. Langoni por derecha y por izquierda generó dos situaciones muy claras. Pero cuando dejó a Morales de frente al arco, primero salvó Matías Cortave en la línea y después remató al palo.
Quilmes ya no se pudo recuperar. Dio todo. Boca ganó. Y sigue vivo. En la Copa Argentina y en la Liga. Como casi siempre.