Vélez 1 - River 0 - Copa Libertadores 2022
EL FORTÍN SE QUEDÓ CON LA IDA DE LOS OCTAVOS Y POR UNA DIFERENCIA QUE DEBIÓ SER MÁS AMPLIA
Vélez pudo haber goleado a un River desconocido, pero lo dejó con vida
Ganó claramente, con más empuje que juego, a un rival sin respuestas. En el segundo tiempo, el local tuvo cinco situaciones claras y las dejó pasar. Pecado para la revancha.
Un intenso Vélez pasó por arriba a un débil y desconocido River y la lógica apareció: el local se impuso en la ida de los octavos de final. Pero la buena tiene una mala: el Fortín tan solo ganó 1-0 por el gol de penal de Lucas Janson. Y la mala de River tiene una buena: jugó para ser goleado y solo se fue perdiendo por la mínima. Se van a tener que esconder aquellos que señalaron que River la tendría fácil hasta las semifinales. Haber aseverado eso no solo fue una falta de respeto a Vélez, sino que también fue desconocer el gen del futbolista argentino. Es competitivo al máximo el jugador nacido en estas tierras y por eso es buscado en el mundo. Y los locales evidenciaron que la pasión fluye cuando corre la pelota.Fue un típico juego de Libertadores el que se disputó en el Amalfitani: Vélez se plantó como un local y River se sintió visitante por el fervoroso clima de las tribunas. Lo peleó el Fortín al duelo, fue a todas como si fuese la última y en eso le sacó una amplia ventaja al rival. Chocó y ganó Pratto y todos sus compañeros lo imitaron. Eso fue Vélez en la primera etapa: empuje desde el corazón y no tanto desde el fútbol. Y a River le volvió a costar ponerse el overol.
Apostó por un 4-4-2 el Cacique Medina. Y la orden fue meter y meter. Los jugadores hicieron caso. Presionó cuando pudo el local; en otros, se replegó. A los 6 minutos quedó mal parado y Enzo Fernández por centímetros no metió el primero de la visita. Fue una señal que tomó el entrenador: desde entonces, el Fortín no presionó tan alto. Se insiste: fue empuje Vélez. Pudo agarrar mal parada a River por una recuperación de Jara sobre Barco, Pratto corrió y ganó, y David Martínez se llevó puesto a Janson. Un penal tan grande como inocente. Janson ajustó su definición y anotó el primero a los 15 minutos.
Los instantes que siguieron fueron de desconcierto para River y de pulsión para Vélez, que siguió yendo adelante con más alma que ideas. Esa agresividad provocó las amarillas de Perrone y de Gómez, que estuvo a nada de ser expulsado por una segunda falta a Romero. Así jugó el Fortín: con el cuchillo entre los dientes.
River, esta vez, se paró con un 4-1-3-2. A Martínez le costó el duelo físico con Pratto, que lo buscó en todo momento. Solo Enzo Fernández se reveló ante la adversidad y demostró que es un futbolista de jerarquía. Fue quien la paró en el desconcierto y quien se animó a filtrar algunos pases. No jugó bien River y en cierto punto es entendible: fueron titulares Paradela y Romero, dos futbolistas que hasta hace un mes estaban últimos en la consideración de Gallardo. Está claro que le anda costando encontrar el equipo al Muñeco.
Así y todo, River llegó con peligro porque tiene jerarquía en varios de sus intérpretes. La más clara arribó luego de un choque entre Gómez y Ortega que aprovechó Paradela para desbordar y asistir a Álvarez, que remató débil a las manos de Hoyos.
Metió mano Gallardo para el complemento: Quintero por Barco. El colombiano se ubicó de enganche y River pasó a jugar 4-3-1-2. Nada cambió porque siguió sin sintonía fina y con Vélez guapeando todas. Y ahora apostando por la contra porque el local se replegó unos metros y salió disparado de contra. Y complicó muchísimo.
Gallardo también luce desorientado como el equipo, hay que decirlo. A los 15 minutos realizó tres modificaciones juntas, algo inusual en él. Y algo más: incorporó a Rodrigo Aliendro, que tan solo tuvo una práctica con el grupo. ¿Ya no confía el DT en Simón, Palavecino o Pochettino? ¿Es lógico que haya puesto a un recién llegado en vez de un futbolista que hace meses trabaja con él?
Vélez perdonó a River y ese podría ser su pecado mortal: dentro de una semana, en Núñez, los dirigidos por Gallardo no pueden jugar tan mal. Abiel Osorio se perdió un gol imposible entrando por el segundo palo y Armani le atajó a Pratto el mismo mano a mano que le tapó a Darío Benedetto en la Bombonera en el 2018. En la última jugada, Osorio se llevó por delante a todos y estrelló su definición en el travesaño.
Cuando Claus pitó el final, la sensación de todos en el Amalfitani fue que Vélez dejó con vida a River. Al River de Gallardo y en la Libertadores. Habrá que esperar una semana para saber de lamentos o alegrías.