Boca 0 (4) - Patronato 0 (2) - Copa Argentina 2020
EL EQUIPO DE BATTAGLIA PASÓ A SEMIFINALES Y JUGARÁ CON ARGENTINOS O SAN TELMO
Boca mejoró cuando entraron los pibes, pero necesitó de los penales para ganar
Montes y Molinas le dieron aire fresco a un equipo que no lograba quebrar a un Patronato muy ordenado. Al final, debió arriesgarse a ir a los 12 pasos y ahí apareció un Rossi gigante.
Los penales, esa vieja alianza de Boca. La que se afianzó en la época más gloriosa, cuando Carlos Bianchi era el técnico. Entonces, Sebastián Battaglia fue protagonista en pantalones cortos. Y ahora, en su versión de entrenador, este discípulo del Virrey sigue el mandato. Necesitó de las manos de Agustín Rossi, claro. Erró Sosa Sánchez, que remató el primero en el travesaño, y Leandro Marín sucumbió ante el número uno, que en la última jugada del partido tapó un bombazo de Matías Palavecino. Pavón marcó el cuarto y la alegría fue azul y oro. Su rival en las semifinales será Argentinos o San Telmo.No jugó bien Boca y arriesgó tarde, cuando entraron Rodrigo Montes (22) y Aaron Molinas (21), los chicos que refrescaron un equipo que, a esa altura, no lograba generar sociedades y sólo dependía de las proyecciones de Frank Fabra, punzante, ante un Patronato cada vez más aferrado a la definición desde los doce pasos.
Battaglia optó por un equipo con experiencia. A pesar de que los pibes habían rendido y parecieron ganarse un lugar durante el campeonato, para este duelo de la Copa Argentina eligió a Frank Fabra (30 años), Edwin Cardona (28) y Nicolás Orsini (27) en lugar de Agustín Sandez (20), Molinas (21) y Luis Vázquez (20). Sin embargo, el más destacado en el primer tiempo fue otro juvenil, Agustín Almendra (21), quien se mostró como el volante más activo en el juego. No sólo en la construcción, también en la recuperación.
A partir de los pies del chico de Solano, Boca encontró los pases largos necesarios para romper a un rival que no se plantó contra su arco; por el contrario, salió dispuesto a jugar de igual a igual. Fundamentalmente, en el primer cuarto de hora. Desplegó el 4-4-2 con Delgadillo incisivo.
Esa ambición que mostró Patronato permitió que Boca tuviera su primera situación clara a través de un pelotazo de Almendra, quien encontró a Nicolás Orsini superando a la última línea, pero incómodo. Y cuando quedó mano a mano, decidió jugar para Norberto Briasco, pero Matías Ibáñez achicó bien, manoteó el balón y permitió el cierre de Geminiani.
Fue la jugada más clara, más allá de ese tiro libre de Cardona que Ibáñez controló en dos tiempos. Después, hubo poca acción. Alguna trepada de Fabra, incontrolable para Gudiño, o de Advíncula, algo más controlado por el sector de Kruspzky.
A propósito del ex volante de Rafaela y San Lorenzo, debió ser expulsado por Pablo Echavarría. Gudiño bajó a Fabra en la puerta del área y el árbitro lo amonestó correctamente. Después, cruzó duro a Almendra y no le mostró la segunda amarilla que correspondía. Terminó jugando gratis.
Patronato recién pudo desequilibrar cuando se soltó Delgadillo por la derecha, cuando rotó de andarivel. Sin embargo, su desborde que intentó ser un centro atrás terminó en las manos de Rossi.
Boca fue más directo y menos asociativo que en los partidos anteriores. Faltó mayor conexión entre los volantes, Campuzano, Cardona y Ramírez. También, le costó profundizar.
En el segundo tiempo, Ramírez salió lesionado. Entró el Pulpo. Pero fue siempre Fabra el más peligroso. El colombiano, entrando por la izquierda, no pudo con Ibáñez. Antes, Gudiño había fallado tras una mala salida de Rossi. Battaglia movió el banco. Entraron los chicos. Boca mejoró, pero no pudo resolverlo en el área. Hasta que llegaron los penales, como en el último Superclásico.