Lanús 3 - San Pablo (Brasil) 2 - Copa Sudamericana 2020
PERDÍA, LO DIO VUELTA, SE LO EMPATARON Y METIÓ EL TERCERO EN LA ÚLTIMA PELOTA
Dramática victoria de Lanús, en el descuento
Doblete del eterno Sand para pasar del 0-1 al 2-1, pero San Pablo igualó con un golazo y sobre la hora marcó Quignón.
Era la bolilla negra, la que nadie quería ver salir del copón 1 el viernes pasado en el sorteo que se hizo en el Centro de Convenciones de la Conmebol en Luque. Sin embargo, ese cuco llamado San Pablo no fue tal para Lanús, que viajará con ventaja al Morumbí.Grande era el hándicap que daba el equipo de Luis Zubeldía: 226 días habían pasado desde el 16 de marzo. Enfrente tenía a un adversario que acumulaba 24 presentaciones desde el reinicio de la actividad en Brasil, a fines de julio.
Además, Lanús afrontaba esta vuelta con un conjunto muy renovado. Ya sin varios habituales titulares y con Lautaro Acosta lesionado, el futuro llegó al Sur: ocho de los 11 titulares a los que echó mano Zubeldía fueron jugadores menores de 23 años, ellos dos debutantes: el arquero Lautaro Morales y el lateral Brian Aguirre. Aun así, a los pibes no les pesó la situación ni el rival.
Eso sí: a San Pablo, tan sobrio en su juego como cuando visitó a River por la Libertadores hace menos de un mes, le sobró efectividad. Y aprovechó la primera que tuvo.
En desventaja, Lanús no se amilanó y con paciencia, el buen criterio de Vera y el fútbol punzante de De La Vega, hizo méritos para empardar en el primer capítulo. Dos veces lo tuvo el rubio, pero en ambas falló por centímetros.
Ausente la suerte en el primer tiempo, apareció en la segunda parte. Dos veces los postes intervinieron para salvar al local. Y a los 7, Dani Alves se llevó por delante la pelota tras un desborde de Di Placido y se la dejó servida al inoxidable Sand, que le estampó su nombre al empate.
Sin ser un derroche de virtudes, Lanús fue a la carga por la victoria y encontró la ventaja a los 38 minutos, cuando Orsini (había entrado por De la Vega) la bajó de cabeza, Sand se acomodó y con una media vuelta desprolija pero efectiva gritó por 129° vez vestido de granate. Parecía liquidado cuando sucedió lo que nadie pensaba. Enseguida respondió Brenner, que devolvió a los brasileños ese empate que cotizaba alto pensando en una serie de 180 minutos. Fue un bombazo desde afuera del área que se coló en el ángulo izquierdo.
¿Todo resuelto? No. Porque al equipo de Zubeldía le quedaba un tiro más. Y en ese tiro del final acertó, ya en tiempo agregado. Fue Quignón, otro de los hombres de refresco, que con un cabezazo a un tiro libre desde la izquierda que viajó sin escalas al ángulo derecho estampó el 3 a 2 que en una semana Lanús intentará capitalizar en el Morumbí.
Ese final fue dramático. Era de Lanús, se lo empató San Pablo que además del punto cosechaba dos goles de visitante que valen oro para la revancha de local. Sin embargo, una falta innecesario provocó ese tiro libre que cabeceó Quignón. Al final tuvo suerte Lanús, sí. Pero también tuvo premio al esfuerzo por no rendirse nunca.