Vélez 1 - Aucas (Ecuador) 0 - Copa Sudamericana 2020

LA REVANCHA SERÁ DENTRO DE DOS SEMANAS EN ECUADOR

Vélez sacó la diferencia mínima gracias a una apilada maradoneana de Centurión

Fue un exiguo 1-0 ante el mezquino Aucas de Ecuador. El equipo de Heinze dominó, pero falló en la definición.

Una genialidad de Ricardo Centurión le permitió a Vélez terminar con una sonrisa la calurosa noche en el José Amalfitani. El delantero capturó la pelota en la puerta del área, se metió a pura gambeta dejando tres rivales en el camino, eludió otro y definió con certeza. El local fue mucho más que Aucas pero el 1-0 resulta escaso para la revancha por la fase inicial de la Copa Sudamericana, que se jugará el martes 18 en la altura de Quito.

Heinze cambió algunos nombres pero no el esquema. El Tonga Giménez se ubicó de la misma manera que venía jugando Fernando Gago: delante de la línea de cuatro. Debutó como titular Centurión por izquierda y Janson se recostó a la derecha. Almada, más en el centro, intentó ser el enlace hacia el área rival.

Vélez tiene la iniciativa, la pelota, busca abrir la cancha y tener variantes para perforar a su rival. Pero no lo logra. O cuando de tanto insistir consigue superar esa resistencia defensiva, falla en la definición. Porque Aucas fue eso. Pura resistencia. Y salida rápida para dar el golpe. Estuvo rápido Víctor Figueroa, ex Chacarita y Newell's, que sorprendió con un remate en el inicio del partido.

Lo mejor del equipo de Heinze fue cuando por los costados logró romper la línea de cuatro visitante. Janson habilitó a Almada y el remate de Thiago lo mando al córner el arquero. Y los arranques de Ricky Centurión siempre generaron expectativas con ese cambio de ritmo necesario para un equipo disciplinado.

La más clara llegó desde los pies de Centurión pero por derecha. Amagó, la perdió, la recuperó, metió el centro, se anticipó Romero y salvó de milagro el arquero de Aucas. Después, en una buena corrida, Centurión se equivocó al rematar al arco, desviado, en lugar de tocar hacia atrás para la entrada de Romero. Es el karma de este Vélez de Heinze: genera pero no convierte. El plus lo tuvo por la característica individual de Centurión.

Otro claro ejemplo de la ineficacia de Vélez fue la resolución de una buena jugada preparada. Iban quince minutos del segundo tiempo. Robertone, dispuesto a tirar el entro, se la dio rápido a Janson, que quedó sólo y el remate se fue desviado.

Lo más preocupante para el equipo de Heinze, de cara a la revancha, es que las pocas veces que llegó Aucas, en velocidad generó más de una situación de peligro. Incluso ya con diez hombres, tras la expulsión de Bryan Sánchez a los 11 minutos del segundo tiempo. El dato curioso de la noche fue la continuidad de la dinastía Zárate. Debutó Tobías, el hijo de Rolando, ahora representante. El pibe de 19 años, centrodelantero, tuvo su chance pero el remate de cara al arco se fue apenas desviado.

Media hora jugó Vélez con superioridad numérica y recién logró cambiar la historia con esta apilada de Ricardo Centurión. Ni antes ni después del gol pudo. Y eso le puede costar caro dentro de dos semanas.