San Lorenzo 0 - Cerro Porteño (Paraguay) 0 - Copa Libertadores 2019
MERECIÓ MÁS QUE EL EMPATE Y DEFINE EN ASUNCIÓN
Al nuevo San Lorenzo le sobró intensidad pero le faltó eficacia
El equipo de Pizzi mostró una cara distinta del de Almirón pero no le alcanzó para vencer a Cerro Porteño.
La esperanza renovada después de un semestre con la vista enfocada en el fondo de la tabla. La ilusión de la Copa Libertadores, esa que ganó por primera vez hace un lustro. Con el impulso de la Vuelta a Boedo y el remasterizado Juan Antonio Pizzi. Con todos esos rasgos positivos, San Lorenzo salió dispuesto a mostrar otra cara. Se vio otra actitud, más intensidad y ambición. Sin embargo, le faltó mayor profundidad y el gol, claro. Con un hombre más durante media hora, no pudo destrabar el resultado. Y Cerro Porteño se llevó un punto dorado para la revancha del miércoles en la Nueva Olla de Asunción.Hubo dos momentos clave, ambos en el segundo tiempo. Primero, la expulsión de Alberto Espínola por un planchazo a Héctor Fértoli que Roberto Tobar corrigió gracias al VAR. Después, una jugada que pudo ser gol de Pachi Carrizo y encontró una espectacular reacción de Fabricio Coloccini. Con sus rulos aerodinámicos salvó en la línea de sentencia, cuando Sebastián Torrico estaba vencido. En la réplica, el otro Carrizo, Juan Pablo, ex River y Selección Argentina, se lució con una atajada fenomenal ante un tiro de Fernando Belluschi.
A bordo de un 4-3-3 elástico que se transformó en un 5-4-1 cuando atacó su rival y Gerónimo Poblete se metió entre los centrales, San Lorenzo tomó el control del partido de entrada. Salida limpia con Lucas Menossi, el volante que se destacó en el sorprendente Tigre de la Superliga; conexión clara en Belluschi, vigente después de la colección de lesiones que conspiró con su continuidad; y desborde. Mucho desborde. Con dos extremos, Ezequiel Cerutti y Fértoli, más dos laterales muy punzantes, Víctor Salazar y Bruno Pittón.
Fue un equipo distinto al desangelado Ciclón de Almirón. Por calidad individual y funcionamiento, genera expectativas, más allá de algunos desniveles producto del recambio.
Lo mejor de San Lorenzo estuvo por afuera con las trepadas de Salazar. Menossi, Belluschi y hasta Poblete le dieron volumen de juego. No obstante, faltó mayor precisión para terminar la jugada. Un par de pelotas paradas que cabecearon Coloccini y Adam Bareiro y un tiro de Menossi que tapó Carrizo fueron las acciones más claras en la primera parte.
Enfrente, Cerro Porteño priorizó el orden. Miguel Ángel Russo es un viejo lobo copero. Conoce el paño. Plantó un 4-4-2 que buscó en largo para Nelson Haedo Valdez y Joaquín Larrivey y que intentó aprovechar los espacios que su adversario azulgrana dejaba cuando se lanzaba en ataque. Torrico, inoxidable, tapó una muy clara ante Larrivey.
Pizzi movió el banco. Y el Perrito Barrios volvió a dejar claro que es un desequilibrante. Le dio mayor dinámica que Cerutti. Reniero, con la cabeza en Racing, no entró bien. El técnico se la jugó sacando a Poblete. Después, reemplazó reemplazó al paraguayo Bareiro, que dejó mucho qué desear, con Blandi. Pero se diluyó en el borde del área. A excepción de ese tiro de Belluschi que neutralizó Carrizo, no generó riesgo.
El hincha aplaudió. Consciente de que se trata de una nueva etapa. También, de que el equipo tiene que dar mucho más para sostener sus aspiraciones en la arena continental.