Independiente 1 - Universidad Católica (Ecuador) 0 - Copa Sudamericana 2019
UN TRIUNFO JUSTO QUE DEBERÍA HABER SIDO MÁS AMPLIO
Independiente estrenó técnico y festejó una ventaja que deberá defender en Quito
El equipo mostró su mejor cara en el segundo tiempo, cuando llegó el gol. La revancha será el jueves.
A Independiente sí le resultó el dicho: técnico que debuta gana. En la primera presentación de Sebastián Beccacece con el buzo de DT, el Rojo ganó 1-0 ante Universidad Católica de Ecuador en Avellaneda por los octavos de final de la Copa Sudamericana. Tardó un tiempo en mostrar su mejor cara, pero luego se acomodó y mereció un gol más. El jueves que viene definirá la serie de visitante.Es cierto que el campo de juego pesado por el agua acumulada producto de la persistente llovizna que no paró nunca sobre el Libertadores de América atentaba en contra de las intensiones del equipo local, pero al nuevo Independiente se le presentaron los problemas de siempre, los que ya arrastraba en el último tiempo de la era anterior.
Ese que caminaba encapuchado de un lado al otro en el corralito era Beccacece, pero si estaba Ariel Holan hubiera sido algo similar. No pudo mostrar cambios significativos el Rojo en el estreno de su nuevo ciclo. Hasta los nombres fueron los mismos ya que el único refuerzo habilitado para el plano internacional, Cristian Chávez, arrancó en el banco por no estar entero desde lo físico.
La falta de peso ofensivo atormentó a Independiente en el primer tiempo. Tuvo la pelota el conjunto rojo, pero apenas logró crear real peligro una sola vez en el arco rival: Hernán Galíndez hizo una doble tapada espectacular ante Cecilio Domínguez, con la ayuda de un rebote en el travesaño en el medio. Y tardó 35 minutos para hacerlo contra una U Católica que mostraba desacoples en el fondo, pero una presión fastidiosa de mitad de cancha hacia adelante.
Hasta Martín Benítez de nueve jugó -al igual que en la era de Holan-. Y poco pudo hacer adentro del área, donde el balón no llegaba si no era por los desbordes eléctricos de Francisco Pizzini por la derecha.
Paradójicamente, todo lo que no le funcionó en la primera parte, le abrió el camino al gol en el inicio del complemento, momento en que se vio lo mejor de Independiente. Juan Sánchez Miño hizo un jugadón entre dos adversarios y se la cedió a Domínguez. El paraguayo, que venía tomando malas decisiones, dejó al arquero en el piso y tiró el centro para el cabezazo de Pablo Hernández.
El 1-0 tranquilizó a todo el Diablo. Hizo pie el dueño de casa y ahí sí mostró una cara distinta, con mayor solidaridad entre sus jugadores y velocidad. Benítez, incomodo encasillado entre los centrales, se tiró atrás y entró en contacto. Luego se corrió a la izquierda cuando entró Chávez y salió Cecilio. Los ecuatorianos bajaron la intensidad de su presión. El argentino Facundo Martínez ya no tocó casi la pelota y las corridas de Jeison Chalá dejaron de inquietar.
Pudo haber ampliado con un remate de Silvio Romero que tapó Galíndez. Con la mínima diferencia y el arco en cero, el Rojo definirá la serie el jueves próximo en la altura de Quito.