Argentina 5 - Nicaragua 1 - Amistoso Internacional 2019
ARGENTINA GOLEÓ SIN ESFORZARSE A UN DÉBIL NICARAGUA
Un tiempo de Messi y una goleada para que la Selección se despida con una sonrisa
Leo jugó 45 minutos, convirtió dos goles y enamoró a todos. Luego el doblete de Lautaro Martínez volvió a encender un partido sin equivalencias. Muy buen partido de Lo Celso.
Lionel Messi enamora. A todos. A los miles de pibes que junto con sus familias lo vinieron a ver a este Estadio San Juan del Bicentenario, repleto con 25 mil personas. A los que miraron este amistoso de reojo desde el sillón de sus casas porque carecía de una relevancia significativa por el nivel del rival de turno y por ser justamente un partido de exhibición. A los argentinos futboleros que aunque sepan que es una etapa de recambio se siguen ilusionando cada vez que juega la Selección. Y a los que sin razón alguna le siguen encontrando cosas para criticarlo.Messi enamora al cuerpo técnico que espera de él lo que hizo en la fresca noche cuyana. Enamora a sus compañeros que lo buscan con la mirada y con los pies, como Gio Lo Celso (¿será el socio que tanto le hace falta?). Leo juega y en dos minutos deja a todos con el corazón a mil, palpitanto fútbol y esperanza. Porque si algo quedó demostrado aquí en San Juan es que si la Argentina viajará mañana a Brasil con expectativas hacia una nueva Copa América es por él y sus ganas de ganar vestido con el traje de su país.
Un tiempo le bastó a Lionel para enamorar a todos ante el humilde equipo de Nicaragua, que por primera vez en su historia enfrentó a la Argentina. No fue medida, pero sirvió al menos para que Scaloni viera que en Lo Celso puede haber un partener de calidad. El del Betis, jugando como volante interno derecho, trató de conectarse en todo momento con el 10. Le dio un pase-gol genial de emboquillada que Leo no pudo aprovechar.
Y cuando parecía que el encuentro entraba en una meseta más allá de que la Argentina manejaba la pelota y Nicaragua se limitaba a ocupar espacios, Messi hizo lo que sabe hacer: arrancó de derecha hacia el centro, dejó a tres defensores en el camino (Manuel Rosas, Luis Copete y Carlos Montenegro) y soltó la zurda para el 1 a 0. Un golazo con su sello que nació gracias a que Lo Celso aguantó la pelota por la banda derecha y esperó a encontrar el espacio justo para pasársela al mejor del mundo.
Dos minutos más tarde hizo otro, este bien de nueve, entrando por el centro y capturando un rebote del arquero Justo Lorente tras un remate de Sergio Agüero. Dos minutos, dos goles, miles de aplausos y una ovación que se llevará en la valija a modo de mimo, porque ese era el objetivo mayor de este encuentro: un adiós cálido que funcione como envión.
Fue su séptimo doblete con la camiseta albiceleste en 130 partidos. Son 67 los gritos. La cuenta como goleador histórico se sigue engrosando. Son 20 los tantos que hizo en el país. Y son tres los que marcó en esta provincia que tan bien le sienta (el anterior había sido en 2016 de tiro libre ante Colombia por Eliminatorias).
Salió en el entretiempo Messi y la gente silbó cuando se dio cuenta de que Leo no jugaría el complemento. El público se apagó. Pero Lautaro Martínez, que entró por el Kun, se encargó de encenderlo de nuevo con su doblete para estirar el marcador que selló Roberto Pereyra. Era 5 a 0, pero el penal que hizo con su brazo Otamendi sobre el final y que Juan Barrera cambió por el descuento fue el punto negro. Al cabo, un resultado esperado ante un adversario que no pateó al arco, salvo por la pena máxima.
Además de Lo Celso, el DT anotó buenas intervenciones de Matías Suárez en su debut desde el inicio, una tarea cumplida de Guido Rodríguez como volante de marca, la eficacia de Lautaro y algunas dudas de Franco Armani en el arco en algún arrime tibio nicaragüense.
Los cambios en la segunda parte y la salida de Messi fueron desarmando un encuentro que sólo tuvo de atractivo los goles que la Argentina se llevó para aterrizar con más confianza en Salvador de Bahía.