Palmeiras (Brasil) 2 - Boca 2 - Copa Libertadores 2018
ÁBILA Y BENEDETTO GRITARON EN MOMENTOS IMPORTANTES
El poder de gol de Boca fue la clave también para darle el último golpe a Palmeiras
Wanchope marcó rápido y apagó el impulso inicial del rival. El Pipa empató cuando los de Scolari reaccionaban.
Desde el inicio Boca dejó en claro que atacaría. Y lo hizo sin importar que esa mancha verde que salió enfurecida se posicionara con cinco hombres de ataque. Esta vez el 4-1-4-1 sí desplegó sus alas con Villa y Pavón. También en ese inicio fue clave Pablo Pérez, más suelto de la línea de combate de Barrios y Nández. Es cierto: el gol anulado por el VAR a Dayverson calmó a los de Barros Schelotto y angustió al local, que se apagó. Había avisado Ábila con un centro cruzado. Pero el gol llegó después de un pase perfecto de Villa, quien brindó una clase práctica de cómo debe jugar un wing. En la tierra paulista del electo Bolsonaro, la derecha más pesada fue la de Ábila.
La buena atajada de Rossi al cabezazo de Gustavo Gómez fue lo único de peligro que hizo Palmeiras en un primer tiempo que se diluyó entre la pierna fuerte de Izquierdoz y Barrios y la tarea enorme de Ábila para aguantar. Los intentos de Nández desde afuera del área evidenciaron que a Boca le sobra músculo para recuperar pero le falta buen pie y fineza para elaborar. Así llegó hasta San Pablo, con su esencia modificada, y con la convicción de que la Copa se puede conseguir jugando así. Con lucha primero y con el fútbol en un segundo plano.
Palmeiras reaccionó. Luan descontó y se encendió el estadio. El penal de Izquierdoz que Gómez cambió por gol volvió a sumarle nerviosismo al encuentro. Tambaleó Boca, como tantas veces. Y deberá evitarlo en la final, en donde no se perdona. El bombazo de Benedetto lo llevó a la final. Ahí espera River, el Superclásico. La mística está intacta. Boca aceptó el reto. Va por todo.