Independiente 0 - River 0 - Copa Libertadores 2018

UN GRAN PARTIDO EN LA IDA DE LOS CUARTOS DE FINAL, AL QUE SÓLO LE FALTARON LOS GOLES

Campaña y Armani dejaron en cero un duelo vibrante entre Independiente y River

Los arqueros tuvieron una noche extraordinaria y fueron las figuras del clásico. Los palos también ayudaron a cerrar un empate sin goles y dejar todo abierto para la revancha.

Parece difícil de creer, casi que hay que pellizcarse en el Libertadores de América. Después de tanta intensidad, de ese ida y vuelta frenético, de una birome que se queda sin tinta de anotar tantas situaciones claras, de este partidazo… Sí, resulta inverosímil ese cero a cero que se dibuja bajo la luna de Avellaneda. Porque jugaron un clásico espectacular Independiente y River.

Brindaron noventa minutos cargados de adrenalina, con jugadas de peligro en cada área y sólo es posible explicar esta noche vacía de gol en las manos de Martín Campaña y Franco Armani, dos arqueros de Selección, de los mejores del continente. Le bajaron la persiana a sus tres palos. Se corporizaron en murallas. Entonces, la serie quedó abierta. Y esta historia copera se definirá el 2 de octubre en Núñez.

Todo lo bueno que produjo River en el primer tiempo murió en las manos de Campaña. Todo lo lúcido que resultó Independiente en el segundo chocó contra los guantes de Armani. El uruguayo sostuvo su arco en los cuarenta y cinco minutos iniciales y en ese final en el que su equipo perdió terreno en el mediocampo con la salida de Nicolás Domingo. El santafesino tapó una pelota sobrenatural.

Dinámico, intenso, punzante por las bandas… Así salió River en el primer tiempo. Atacó de entrada y lo sometió a Independiente. Utilizó los laterales, lanzados al ataque con mucha agresividad. Primero, Montiel. Después, Casco. Siempre con Gonzalo Martínez lúcido para cambiar de ritmo y filtrar el pase. Fue una puñalada cada habilitación del Pity. A espaldas de Romero y de frente a Bustos encontró mucha vulnerabilidad.

Audaz, con ímpetu y un cambio de nombres y sistema que revitalizó al equipo… Así salió Independiente a encarar la segunda etapa. Holan archivó el 4-2-3-1, armó una línea de cinco atrás con el ingreso del uruguayo Silva, pero se soltaron como nunca sus laterales. Y mejoró Hernández. Y encontró espacios por los costados, aunque tuvo en Casco un oponente al que casi nunca superaron.

Hubo un tiempo para cada uno. Campaña evitó la debacle en los primeros 45 minutos, cuando River fue superior en el juego. En ocho minutos, ya le había rematado cuatro veces al arco. Porque recuperaban rápido Ponzio y Palacios, era incisivo por afuera y especialmente con el tándem Pity-Casco. Borré fue de mayor a menor y Pratto participó del circuito, pero se desgastó en el retroceso. Y a Quintero le pesó el partido contra la raya. No era el plan original de Gallardo. El colombiano entró por la lesión de Nacho Fernández.

Independiente pobló la cancha con volantes. Dos de corte, como Domingo y Francisco Silva, pero equivocó el camino Holan en la distribución del juego. Silvio Romero se quedó a mitad de camino intentando frenar las subidas de Casco. Hernández no se hizo cargo de la conducción y Maxi Meza fluyó poquito por la izquierda. Eso sí, cuando lo hizo, generó la situación más clara. Un remate de media distancia que explotó en el travesaño. Armani salvó en el rebote ante Romero y Gigliotti perdió el gol increíblemente abajo del arco. El arquero, además, tapó un cabezazo venenoso de Bustos.

Recién en el segundo tiempo Independiente se hizo dueño de la situación. Hubo una jugada extraordinaria de Gastón Silva. Pegó en el palo. A esa altura, los rojos ganaban terreno, Ponzio se desdoblaba en la marca, Palacios y Pity estaban cansados. Holan sacó a Domingo, mandó a la cancha a Benítez y perdió el medio. Gallardo contestó con Scocco. Ya estaban los uruguayos Mora y Mayada. Y de nuevo apareció Campaña.

La noche de Copa terminó transformándose en la noche de los arqueros. Los responsables, en definitiva, de este extraordinario cero a cero que a nadie aburrió.