Libertad (Paraguay) 2 - Boca 4 - Copa Libertadores 2018
AL 2-0 DE LA IDA ANTE LIBERTAD LE SUMÓ UN ROTUNDO 4-2 EN LA VUELTA
Boca disimuló sus errores defensivos con un ataque letal y ya está en cuartos
Arrancó mal en Asunción: perdía 1-0 y no hacía pie atrás. Pero se acomodó y lo resolvió con goles de Pavón, Zárate, Tévez y Cardona de penal. Le toca Cruzeiro, primero en la Bombonera.
Es imposible que deje gusto a poco una serie a la que le sobró más de un tiempo. A la que Boca, salvo por ese puñado de minutos iniciales en Asunción, atrapó sin sobresaltos para avanzar a cuartos de final y dejar en claro que es uno de los grandes candidatos a levantar la Copa Libertadores. Pero lo que es posible, al mismo tiempo, es seguir notando una doble sensación en el equipo: es tan fácil para Boca hacer goles como para sus rivales generarle peligro.Entonces irá siempre en ese subibaja. En el ida y vuelta constante como el de anoche: el que lo asustaba en el inicio por la pifia de Goltz y la definición con clase de Tacuara Cardozo y el que lo invita a la ilusión con las dos ráfagas ofensivas -una en cada tiempo- en la que despliega un abanico de opciones en ataque que da miedo. Eso es Boca, el que da miedo adelante y atrás asusta.
Contra Libertad, sus delanteros se ocuparon de maquillar cualquier imperfección. Y ahora, lo que eran dudas son certezas: Benedetto volvió bien, Tévez aprovechó sus minutos y volvió a sonreír, Zárate es una segunda guitarra fenomenal, Pavón siempre da el presente. Y por si hiciera falta, entra Cardona para liquidar la historia picando el penal y cerrando un 4-2 inobjetable.
Ahora no se hablará más de quién debe ser el 9. En 62 minutos (habían consensuado que no jugaría los 90) Benedetto se movió en el frente de ataque como en su casa: salió a pivotear, no fue egoísta y le sirvió el gol a Pavón, primero, y a Zárate después. Con él bien, ya no habrá discusión. En ese rubro, Zárate se encargó de desmentir con juego aquellas palabras de Guillermo: jugó detrás del centrodelantero, suelto, flotando para recibir el pase y quedar de cara al arco rival. Con un par de apariciones explotó mejor su potencial.
El problema está a menos de 100 metros de distancia. El problema es que un par de centros cruzados puede alterar la calma de este equipo. No le hizo falta demasiado a Libertad. El arranque asfixiante era lógico para un equipo que debía revertir el 0-2 de la ida, pero luego, ya con el partido planchado y con Boca cómodo pensando en una goleada, Libertad también dejó al desnudo un partido muy flojo de la línea de fondo, en especial el ala derecha con Jara y Goltz.
En ningún momento los defensores pudieron encontrar a Tacuara Cardozo, que salía a pivotear en la medialuna (no lo agarraban ni los centrales ni Barrios) y luego se metía para recibir los centros cruzados, ese karma de Boca.
Pero cuando el partido se planchaba y la clasificación ya no era problema, el vértigo llegó desde el banco. Mejor imposible para los Mellizos: Tévez y Cardona entraron y liquidaron la historia.
Carlitos piso la cancha y olió sangre. Ya había tenido una chance con un derechazo que tapó el arquero y en la segunda no perdonó. Tras un córner desde la derecha, Magallán la bajó de cabeza y Goltz habilitó al Apache, que definió ante Muñoz.
El colombiano, poco después, se hizo cargo del penal y coronó el partido a su manera con un toque sutil para cerrar la goleada.
Porque lo que sobra de un lado falta del otro. Pero eso será tarea rumbo a Belo Horizonte, para enfrentar a Cruzeiro. Porque el pasaje a cuartos no fue un problema para Boca.
Ahora es tiempo de ir tachando deudas: la del 9 que no convertía, la del equipo que no convencía de visitante (llevaba casi siete meses sin ganar afuera, desde un triunfo en Banfield) y la de lustrar su chapa en la Libertadores. Como había hecho River un día antes y ahora refrenda Boca ante más de ocho mil hinchas que ven a esa obsesión llamada Libertadores un poquito más cerca.