Atlético Tucumán 1 - Peñarol (Uruguay) 0 - Copa Libertadores 2018
EL AÑO PASADO LO ELIMINÓ Y AHORA LO DEJÓ CONTRA LAS CUERDAS
Atlético frenó otra vez a Peñarol y quedó a un paso de los octavos
En la última fecha los tucumanos visitan a Libertad. Si empatan se clasifican los dos y el Manya queda afuera.
Atlético Tucumán ratificó que tiene argumentos para soñar y que la historia no lo intimida. Una vez más, como viene sucediendo en sus recientes incursiones internacionales, quedó al borde de una nueva hazaña. Sin importarle ni pesarle los ricos antecedentes y pergaminos de Peñarol, su vencido de anoche, a quien dejó casi con un pie afuera de la siguiente fase de la Copa Libertadores.En cambio los pies de Atlético Tucumán quedaron bien afirmados y casi adentro de los octavos de final de esta edición de la Copa. Hoy, en Bolivia, jugarán The Strongest - Libertad. Al margen de lo que suceda en este otro partido, a Atlético le alcanzará con un punto en su visita a Libertad en la última fecha para clasificarse a octavos.
Por eso anoche era un partido clave, decisivo. Para Atlético se trataba de “el” partido. Era el duelo que necesitaba ganar. Por eso esta victoria tiene un valor fundamental, dejó la clasificación al alcance de la mano.
Más que buen juego el equipo de Ricardo Zielienski ofreció mucha garra y temperamento. Lo mejor lo desarrolló en el segundo tiempo, precisamente a partir del gol de Leandro Díaz. El delantero inició la jugada y tras recibir la devolución de Acosta, hizo un doble enganche en el área -ante una defensa anestesiada- y con un tiro por abajo puso el 1 a 0 que hizo explotar un estadio Monumental colmado de público y de fervor.
Peñarol había entrado más movedizo e inquietante en esta segunda etapa. Hasta dispuso de una chance a los 4 minutos con un desborde de Cardozo y pase a Maxi Rodríguez, quien de frente al arco remató apenas alto. Atlético, a esa altura tenía problemas para acomodarse. Pero a partir del gol cambió. Creció Acosta con sus encares por derecha, el Pulga Rodríguez complicó de a ratos. Y Leandro Díaz, además de su definciión, estuvo incisivo y peligroso arriba. Pudo ampliar con un disparo de Risso Patrón, sólo, desvidado o un entrada de Aliendro bien tapada abajo por Dawson. Un Atlético con mucha personalidad y carácter volvió a amargar a Peñarol, como el año pasado cuando lo marginó de la Copa.
Todo había sido lucha, fricción, espacios restringidos y puro nerviosismo en el primer tiempo. Ninguno consiguió calmarse y manejar con criterio la pelota. Sobró empuje, faltó claridad. El local confundió los caminos, careció de un conductor y le faltó movilidad en mitad de cancha. Intentó por las puntas o con pelotazos, pero casi siempre equivocándose. De todos modos elaboró un par de chances claras: de pelota parada, un tiro libre del Pulga Rodríguez para la entrada en solitario de Cabral al área chica pero conectando un remate defectuoso, y al cierre, una jugada colectiva terminó con Leandro Díaz bien ubicado pero sacando un tiro débil a las manos del arquero.
Luego, en el segundo tiempo, sí llegó el momento de la emoción y la fiesta prolongada. Atlético Tucumán extiende su leyenda.