Independiente 0 - Corinthians (Brasil) 1 - Copa Libertadores 2018
EL ROJO NECESITABA GANAR PERO PERDIÓ Y COMPLICÓ MUCHO SU FUTURO EN EL GRUPO
Independiente cayó ante un Corinthians astuto y el panorama es poco alentador
Tuvo el control, no concretó y lo pagó caro. El equipo de Holan ganó apenas un punto de 9 posibles y le queda un partido en Avellaneda. Los brasileños, con oficio, manejaron la ventaja.
Fue un golpe tardío, bastante parecido al de un nocaut: Corinthians se impuso 1-0 en Avellaneda cuando al partido le quedaban nueve minutos y complicó las chances de Independiente en la Copa. Sumó tres puntos de nueve y sólo le queda un partido más como local. Feo escenario por delante.Lo sabían todos los que concurrieron y le dieron ambiente de final al estadio: era un partido relevante para el futuro inmediato de Independiente en esta Libertadores que no puede ser otra cosa que su obsesión, como la historia manda y reclama. La derrota inaugural en Venezuela, ante Deportivo Lara, fue y es un condicionante para el recorrido del equipo por el Grupo G.
Independiente tuvo el control durante el primer tiempo. Bien afirmado en la cancha, ordenado y convencido de su línea de juego. Circulando la pelota con precisión y rapidez, utilizando la cancha a lo ancho, buscando llegar arriba con chances. Y también tuvo paciencia. No se desesperó a pesar de no lograr resolver en el área brasileña. La idea de Ariel Holan estaba en escena. Y se notaba.
Corinthians -campeón del estadual paulista, en la final en el clásico ante Palmeiras, en días recientes- propuso un equipo corto, esperó y cuido el balón. Quedó una impresión al verlo: sabe a lo que juega y tiene intérpretes como para afrontar su libreto en cualquier escenario, incluso en la casa del Rey de Copas. A partir de los 25 minutos se animó un poco más, salió de su postura de equipo agazapado y creó un par de situaciones. Sobre todo a partir del ingenio de Rodriguinho, ese nueve que no parece nueve, un auténtico creativo. Copyright brasileño.
En ese tramo, el buen primer tiempo que compartieron creció en emotividad. El peligro cerca de los arcos se hizo presente bajo el cielo del Libertadores de América. Había vértigo, velocidad en las elaboraciones ofensivas, rapidez combinada con precisión.
En los minutos finales de esa etapa, de todos modos, Independiente volvió a tomar el control y estuvo cerca de convertir con disparos de Gaibor y del siempre movedizo Benítez. Ambos remates salieron desviados.
El entrenador del campeón de la Sudamericana tomó nota, sien embargo, más allá de la voluntad ofensiva de su planteo: no podía descuidarse porque Corinthians confirmó que es rival complicado, astuto, capaz de lastimar.
En el arranque del segundo tiempo se presumía un crecimiento de independiente en términos de su búsqueda por el ingreso de dos de sus jugadores relevantes como Meza (reapareció anticipadamente tras el desgarro) y Gigliotti. Reemplazaron a Menéndez y a Benítez. Buscó más presencia arriba, cerca del área de Cassio. Era evidente la intención. Pero le costó ejecutarla.
De a poco, Independiente empezó a pararse más adelante en el campo de juego y a intentar acelerar la transición defensa-ataque aunque sin la claridad de la etapa inicial. Con más amor propio que lucidez.
Corinthians, equipo bravo, golpeó en un momento clave. A nueve del final, Matheus tiró un centro, Jadson cabeceó, Campaña no respondió bien y el equipo paulista se quedó con todo. También con la preocupación de Independiente que terminó envuelto en su bronca y en sus quejas por el gol mal anulado a Gaibor. Ese que significaba el empate. Y la posibilidad de volver a creer sin traumas. Pero no. Nada de eso...