Boca 0 - River 1 - Torneo de Verano 2018
MUCHOS ROCES Y ESCASA CLARIDAD
River se quedó con la primera sonrisa del año en un partido de bajísima calidad
Boca propuso lucha en el medio y así salió el primer tiempo. River sacó ventaja cuando su rival parecía controlarlo. Tévez estuvo lejos del área y Pity Martínez fue el más destacado.
La primera sonrisa de 2018 fue para River y Gallardo en un Superclásico flojo, con demasiados errores y al que apenas el solitario gol de Borré lo salvó de ser la gran decepción del verano. Al cabo, se trató de un clásico que dejó muchas más incógnitas en Guillermo y en Boca de lo que puede tomarse como tranquilidad para los de Núñez, que ganaron porque hicieron un poquito mejor las cosas con la pelota en los pies y aprovecharon la falta de ideas de Tévez y cía. El Mellizo terminó el verano sin triunfos y espera el reinicio de la Superliga aún puntero pero con el ánimo golpeado.El partido más esperado de enero tuvo un primer tiempo desprolijo y mal jugado. Las imprecisiones reinaron en la salida de Martínez Quarta y cada vez que Boca intentó avanzar más allá del mediocampo. Se notaron miedos y especulaciones. Y un detalle lo ilustró: Peruzzi y Saracchi pasaron al ataque sólo en una ocasión, los otros dos laterales no lo hicieron. En dos equipos que suelen ir para adelante con ambición y desplegar hombres en el campo rival, fue una rareza.
Los primeros diez minutos, esos en los que el conjunto de Gallardo mantuvo la presión bien elevada, fueron un espejismo. Luego Boca lo llevó al partido que planificó: en el primer tiempo en el juego de estrategias, Guillermo se impuso al Muñeco porque River no tenía espacio libre ni ideas para crear con Enzo Pérez o Pity Martínez. Ahí, con Nández y Buffarini, los del Mellizo presionaron bien, asfixiaron mejor pero atacaron mal. Sin Pablo Pérez ni Cardona a disposición, a Boca le costó generar situaciones porque apostó siempre al uno contra uno de Espinoza y Pavón, quienes no tuvieron una buena jornada.
Y en esa trampa cayó Tévez, quien en toda la primera parte se movió lejos del área, cercano al círculo central, dejando al ataque de los de azul y amarillo sin referencia. Al Apache, como en aquella Copa del 2016, se lo notó incómodo jugando entre los centrales y esperando la pelota. Pero la fue a buscar muy atrás para tener contacto. Del otro lado, Scocco dejó ver que no le gusta el roce y que lo evita (esa tarea, al cabo, será para Pratto). A Gallardo se lo observó muy molesto, pero cuando Boca estaba mejor plantado, apareció el gol de Borré (de gran pretemporada) ante errores compartidos entre Goltz y Rossi, quien descuidó el primer palo.
Otro colombiano que generó un dolor de cabeza a Boca en el verano. Es que el gol de Borré pareció lo menor. El gran drama de esta pretemporada es que Guillermo no pudo probar en ninguno de los amistosos su equipo ideal, ese que incluye a Barrios, Fabra y Cardona como titulares.
La segunda etapa fue algo similar, con una marcha menos en la velocidad, pero con River más cómodo a partir de la ventaja y con una mitad de la cancha ideal orquestada por Ponzio y con laderos que modificaron con la salida de Pérez y el ingreso de Ariel Rojas. El escaso fútbol de la noche lo puso la zurda de Pity Martínez, quien gambeteó bastante pero más de una vez lo hizo para proteger la pelota en lugar de lastimar al rival. Con esas pinceladas igual le alcanzó para destacarse ante rivales que lo buscaron siempre a destiempo.
El ingreso de Wanchope Ábila fue casi obvio. Así, Boca mutó de 4-3-3 a 4-2-3-1 con Tévez atrás del ex Huracán. Pero tampoco gravitó el Apache, al que lo consumieron sus ganas de ir a buscar la pelota más cerca de Nández que de sus compañeros de ataque. Tan poco hizo Boca por el gol que Lux ni siquiera tuvo una jugada para mostrar en un resumen de TV. Gallardo fue sacando a los puntas, Guillermo los sumó. Pero la maraña del Superclásico se esfumó entre la roja a Buffarini y el festejo millonario. El amistoso fue de los de Gallardo. El 14 de marzo el clásico vale un titulo.