Independiente 2 - Nacional (Paraguay) 0 - Copa Sudamericana 2017

VENCIÓ 2-0 A NACIONAL Y AHORA JUGARÁ CON OTRO EQUIPO PARAGUAYO, LIBERTAD

Independiente sentenció su pase a las semifinales y tiene permiso para soñar

Con el 4-1 del partido de ida todo pareció definido de entrada. Con algunos suplentes, el Rojo igual manejó el trámite lo selló con los goles de Juan Manuel Martínez y Emmanuel Gigliotti. Los hinchas se acordaron del Racing eliminado.

Tiene permitido soñar Independiente. Por primera vez en mucho tiempo siente cómo el corazón le retumba en el pecho y no es de miedo. Es una emoción batida con mucha ansiedad y adrenalina. Es lo que le pasa por dentro a sus hinchas al ver que su equipo está un paso más cerca de la gloria perdida, esa que Ariel Holan juramentó recuperar cuando puso sus pies en el club de Avellaneda en enero. De la mano del entrenador, el Rey quiere volver a ponerse la corona y para eso va en busca de una Copa que ya ganó en 2010, su última vuelta olímpica.

Desde esa vez que no accedía a una instancia de semifinal de una competencia internacional. Y ahora, después de completar anoche en el Libertadores de América el trámite con Nacional de Paraguay, puede decir que está a solamente a cuatro partidos de un título, ni más ni menos. Libertad, otro rival guaraní, lo espera en las semis de la Sudamericana, una Copa que le permite al Diablo desempolvar la esperanza que tenía guardada en el último cajón.

Además, esta es la única vía de acceso que le quedó al Rojo para jugar la Libertadores en 2018. Con las eliminaciones de River y de Racing, ahora los de Holan necesitan sí o sí ganar este trofeo para regresar al torneo que supo ganar siete veces en su historia.

En eso anda Independiente, en carrera y firme. La serie de cuartos llegó prácticamente resuelta desde Asunción. El 4-1 inobjetable que supo conseguir en el Defensores del Chaco en el cruce de ida hizo que el encuentro de anoche careciera de grandes dosis de tensión. Hasta el público (otra vez el estadio estuvo libre de barrabravas) se dio permiso para disfrutar de una noche de Copa distinta a las habituales, que suelen ser puro sufrimiento y nerviosismo. Los hinchas locales se acordaron durante los 90 minutos del vecino del barrio que quedó afuera justamente ante Libertad y que no se verá la cara con el Rojo en la semifinal.

Había un clima distendido en las tribunas mientras la luna hacía invisible al sol sobre los techos de Avellaneda. Sin embargo, en el campo de juego el partido se disputó con bastante roce (¿cuentas pendientes de la ida?). Hubo patadas y manotazos varios ante un permisivo árbitro ecuatoriano, Roddy Zambrano.

Apoyándose en la importante diferencia de gol a favor, Holan se dio autorización para probar una formación con varios suplentes. Sin Fabricio Bustos (desgarrado) el lateral derecho fue el zurdo Gastón Silva. Arriba, tuvo su chance como titular Juan Manuel Martínez recostado sobre la derecha. El Burrito respondió con un gol al inicio del segundo tiempo para liquidar aún más la llave. El tanto vino desde un envío de Silva, ya ubicado por la izquierda (Maxi Meza pasó de conector a cuatro, y Sánchez Miño se adelantó por su callejón), un retoque que era cantado.

Emmanuel Gigliotti fue otro de los que reapareció en el equipo rojo. El Puma estuvo movedizo y aprovechó una en el segundo tiempo después de malograr un par de situaciones claras en la primera parte: diagonal de centro a derecha y linda definición de derecha tras habilitación de Sánchez Miño para festejar el segundo del local. En tanto, Nicolás Domingo fue el volante de contención junto a Diego Rodríguez y no tuvo mayores inconvenientes. Más allá de no tener la intensidad de otras presentaciones, ya en la primera etapa Independiente había desperdiciado chances concretas para estirar la ventaja global.

Lo de Nacional pareció estar sentenciado desde el minuto cero. El 4-4-2 que dibujó su entrenador, Roberto Torres, fue muy poco pretencioso para un equipo que necesitaba apretar a su adversarios e ir en la búsqueda de muchos goles. Con Juan Manuel Salgueiro bajando demasiado para agarrar la pelota, José Núñez quedó muy solitario en el área y Martín Campaña no pasó momentos de aprietos. Nunca metió un cambio de marcha el conjunto visitante, se entregó y prefirió guardar energías para la competencia local.

Y así Independiente jugará la semifinal de una copa internacional después de siete años. Por eso hubo corazones contentos en el lado rojo de Avellaneda, entre aplausos y cargadas al clásico rival.