Olimpo 0 - Deportivo Morón 1 - Copa Argentina 2016/2017

SUPERÓ 1-0 A OLIMPO, EL CUARTO EQUIPO DE PRIMERA AL QUE ELIMINÓ, Y AHORA ENFRENTARÁ A RIVER

Morón no quiere despertarse de ese sueño enorme llamado Libertadores

Comenzó el torneo en la B Metropolitana y al ascenso a la B Nacional le sumó victorias clave para pensar en la Copa.

Deportivo Morón vive uno de los momentos más felices de sus 70 años. Con el 1 a 0 quedó entre los cuatro mejores de la Copa Argentina, se siente en el Olimpo del fútbol nacional y enfrentará a River en una semifinal. ¿Quién le quita la ilusión al Gallo, que está a dos partidos de un título y de la Libertadores 2018? Sobre todo después de dejar en el camino en esta Copa a cuatro rivales de la máxima categoría: Patronato (le ganó como equipo de la Primera B Metropolitana), San Lorenzo, Unión y Olimpo, a los que venció ya en la B Nacional. “Estamos viviendo un sueño. Somos uno de los cuatro mejores de la Argentina”, graficó el entrenador Walter Otta. Por algo es el año del Gallo, según el horóscopo chino.

Acompañado por más de diez mil personas en Lanús, Morón aprovechó el estado de depresión con el que entró a la cancha Olimpo, luego de los malos resultados en la Superliga (no ganó ningún partido), donde se encuentran en zona de descenso, y que provocaron la renuncia de Mario Sciacqua. Pero el equipo de Otta, al que le cuesta generar situaciones de gol, no pudo sacar tajada de esa situación, justamente por esa falencia. Las pisadas y enganches del Rengo Díaz y los desbordes de Pichín Pardo no fueron suficientes para dejar a Rossi de cara al gol.

Ante esta coyuntura, Olimpo reaccionó. Y el remedio que le dio su nuevo entrenador, Rubén Forestello, fue poner la pelota contra el piso e intentar jugar. Se empezó a adelantar en el campo y a disputar el territorio del que Morón estaba apoderado. Y a partir de la tenencia del balón empezó a explotar las bandas con Fornari (un centro suyo fue bien rechazado por Salvá) y con Tellechea, quien se filtró a espaldas de Paredes y la tiró alta, en la más clara del primer tiempo.

Después, las acciones se emparejaron a partir de la férrea marca de Giménez y Lillo y de la firmeza de los centrales Racca y Mayola. Pero a Morón le costaba profundizar cuando tenía la pelota y exigió a Gabbarini apenas con dos tiros libres de Formica y de Díaz. Y en la única jugada elaborada que llegó a pisar el área con riesgo, Guzmán no llegó a cabecear.

Una buena alternativa parecía la pelota parada. Por ese camino llegó el desnivel: tiro libre de Giménez, blooper de Gabbarini rechazando la pelotaa medias y el Bicho Rossi ratificó su poder goleador para meter, casi sobre la raya, el cabezazo directo al 1 a 0, a los 10 minutos del segundo tiempo. De ahí en más, el festejo tremendo de la multitud de los hinchas de Morón empujó a una nueva hazaña en la Copa Argentina. Que se venga River...