San Lorenzo 2 - Lanús 0 - Copa Libertadores 2017
INTENSO PARTIDO EN EL NUEVO GASÓMETRO Y JUSTICIA EN EL RESULTADO
Revivió San Lorenzo, barrió a Lanús y sacó una ventaja que lo acerca a la semifinal
El equipo de Aguirre tuvo su gran noche: logró la primera victoria en el semestre, Blandi volvió a convertir y como no recibió goles del adversario, la clasificación quedó a un paso.
No hay demasiadas vueltas: los de Aguirre volvieron a ser, en definitiva, un equipo. Y lo fueron nada más y nada menos que ante Lanús, un rival de esos al que nadie quiere enfrentar. Es cierto: el granate, al igual que los azulgranas, también venía a los tumbos, sin triunfos en el torneo local y eliminado en la Copa Argentina. Pero la gran virtud de San Lorenzo fue borrar a su rival de la cancha y ni siquiera dejarlo reaccionar. La presión alta fue la primera herramienta que usó el local. Con Mercier y Mussis comiéndole la espalda a Román Martínez y Marcone, los de Boedo anularon a Lanús. No le encontraba la vuelta los de Almirón, que intentaron ser prolijos en la salida pero ni siquiera pudieron pasar la mitad de la cancha, ya que la pelota volvía a ser propiedad de San Lorenzo. La superioridad de los de Boedo fue desde el inicio: no habían pasado cinco minutos que tuvieron dos chances, pero primero el remate de Cerutti se fue al lado del palo y luego García Guerreño le sacó el gol a Blandi.
Se sabe: el campo de juego del Nuevo Gasómetro es de los más grandes del fútbol argentino. Pero Lanús no encontró espacios en todo el primer tiempo. Del otro lado, lo contrario: Mercier, eje del equipo, tenía múltiples receptores para jugar. El Pichi volvió a asemejarse a su versión de 2014: siempre bien parado, el cinco además se disfrazó de lanzador. Y precisamente desde su botín derecho llegó la merecida ventaja: el pase, certero, se coló entre los dos centrales de Lanús y encontró a Blandi, que con una gambeta dejó pasar a Braghieri y luego remató para el 1-0.
Se dijo: San Lorenzo mostró otra actitud, una muy distinta a los partidos anteriores. Todo lo contrario a Lanús, que fue una sombra del equipo que supo ser. Para colmo, los de Almirón sufrieron en un ítem del juego en el que supieron destacarse: el control y la distribución del balón. Arriesgó de más el visitante, abusando de una confianza que en realidad nunca existió. Y la solución, esta vez se transformó en un problema. Es que ni bien comenzó el segundo tiempo, San Lorenzo volvió a dar un golpe al mentón. José Luis Gómez, lejos del nivel que lo llevó a estar considerado para la Selección, intentó salir jugando dentro de su área chica con dos rivales muy cerca. Uno de ellos, Blandi, le ganó la posición, y el defensor terminó cometiéndole penal, que el delantero transformó en el 2-0.
A partir de ahí, el local se paró de contraataque y reguló. Lanús tuvo un poco más de espacios, pero abusó en la búsqueda de Acosta, que jugó con una molestia muscular y gravitó de a ratos. Aún así, los de Almirón tuvieron una chance -la única en todo el partido-, pero el pie de Navarro le sacó el grito a Sand.
Dos goles de ventaja, ninguno en contra, juego asociado y el ánimo recuperado. San Lorenzo, por fin, vuelve a sonreir.