Racing 0 - Corinthians (Brasil) 0 - Copa Sudamericana 2017
UNA MULTITUD CELEBRÓ EN AVELLANEDA EL OBJETIVO CUMPLIDO DEL EQUIPO DE COCCA
Racing jugó con su gol de visitante en la ida, aguantó a Corinthians y logró el pase
Fue inteligente para cerrar los pocos circuitos de juego de los brasileños y no pasó sobresaltos en defensa. No se preocupó demasiado por la elaboración y tampoco creó muchas situaciones. En cuartos, se enfrentará al duro Libertad paraguayo.
Le quedó cómoda la revancha contra Corinthians a Diego Cocca. El empate (1 a 1) en Brasil le había regalado una certeza en la previa: pasaría de ronda tan solo con mantener la valla invicta. Y a eso jugó Racing anoche, con inteligencia, pero mucho riesgo a la vez. Fue astuto porque dejó jugar a un tímido rival, demasiado blando en ataque. Y también, resultó peligroso porque defendió muy cerca del arco de Gastón Gómez. La igualdad sin goles le dio a la Academia el boleto a los cuartos de final, llave en la que se medirá con Libertad de Paraguay. La alegría de las 32 mil personas que coparon el Cilindro no pueden desenfocar al técnico: para ser campeón, Racing deberá mejorar bastante. Y animarse a arriesgar. Al menos, un poquito.Se suponía que Racing iba a jugar paciente, aunque no era posible imaginar que se pararía tan atrás. Mucho menos, que le cedería el balón y los espacios a Corinthians. Desde lejos y desde afuera se podía analizar como un error, pero lo concreto es que el elenco brasileño no generó situaciones de gol en la primera parte. Manejó la pelota y sumó gente en ataque; buscó ser profundo por ambas bandas con la guapeza de Ángel Romero -hermano de Óscar, que tan buen recuerdo dejó aquí en Avellaneda- y la buena zurda de Marcial. No inquietó: tuvo posesión infértil. Así, en el juego de estrategia, a Diego Cocca le salió lo que planeó.
¿Y está bien que un equipo grande como Racing juegue a no ser protagonista, como sucedió anoche? ¿Era necesario arrancar desde tan cerca de su arquero? Los resultados, en Argentina, mandan. Y ahí el técnico campeón en 2014 es incuestionable. Decir que Cocca se siente más cómodo pensando los partidos a partir de la defensa ya no es novedad. Primero, la solidez y el arco en cero; después, el resto. Cada vez más como resto, cuestión que a algunos ya preocupa, independientemente de esa eficacia que lo impulsa en Avellaneda.
Licha López, en tanto, vive su mejor momento desde que llegó a Racing, pero no ocurre lo mismo a la inversa. Entonces, el capitán es emblema, bandera, delantero, enganche, defensor, capitán, salvación. Es Patoruzú: tira los centros y va a cabecear. Por momentos, va a funcionar como factótum, pero en algún otro instante se va a quedar sin energía. El partido de Licha ayer fue emocionante: jugó con el corazón. En él se materializó el sentir de os hinchas y peleó cada pelota como la última. Metió, tiró caños, alentó, motivó. Sin embargo, en los minutos finales quedó demasiado lejos del área, el lugar donde más influye, el lugar desde el cual fue capaz de habilitar a Triverio para dejarlo mano a mano en la más clara del juego: el cierre de Marciel fue salvador y monumental. La definición de Quique llevaba destino de gol.
En el segundo tiempo ocurrió lo mismo que en la etapa inicial: el local replegado y la visita asumiendo los riesgos. El reloj empezó a impacientar al Timao y entró en la confusión. El partido le quedó muy cómodo, entonces, a Egidio Arévalo Ríos, que completó su mejor juego desde que llegó a la Academia. La inocente e inexplicable expulsión de Rodriguinho -plachazo a la brasileña a dos minutos de haber ingresado sobre Diego González- le organizó el trámite a Racing. Aparecieron los espacios y crecieron Zaracho y el Pulpo -sumó su tercera amarilla; no podrá jugar el partido de ida ante Libertad-. Los paulistas se quedaron sin piernas ni ideas. En alguna contra lo pudo ganar Racing, pero nunca tuvo voracidad para abrir el marcador. Se conformó con el cero en el arco propio.
Llamó la atención la fragilidad ofensiva del líder del Brasileirao. Apostó a Jó, que terminó expulsado por una burda infracción. Se quedó con nueve Corinthians, un síntoma de su impotencia. Es que no le pateó al arco a Gómez, que descolgó el último centro con la solvencia de un veterano. Y pasó Racing. Ahora, se viene Libertad. Y en la semi asoma Independiente, que juega con Nacional. Pero esa será otra historia.