River 4 - Instituto 1 - Copa Argentina 2016/2017
GOLEÓ A INSTITUTO Y AHORA ESPERA POR TEMPERLEY O DEFENSA Y JUSTICIA
Aunque en el juego no mejoró, a River le fue suficiente con su gran poder de fuego
El conjunto de Gallardo no tuvo un buen primer tiempo y se quedó con 10 por la expulsión de Pity Martínez. Se reacomodó con el 1-0. Y con su contundencia ofensiva suplió carencias.
En el partido de la polémica, River exhibió su poderío a partir de la jerarquía de sus jugadores. Tanto se habló en la semana de los refuerzos de Instituto (el viernes le habilitaron a 10 de los 13 que llegaron) pero el que terminó sacando ventaja con sus refuerzos fue el equipo de Núñez. Enzo Pérez y el colombiano Rafael Santos Borré anotaron por primera vez y hasta volvió Lucas Alario que se amigó con la red.Fue una goleada por 4 a 1 que no tuvo mucho que ver con el desarrollo del juego pero que invita a la ilusión de los hinchas -esos que explotaron de felicidad aquí en Mar del Plata- porque observaron el potencial con el que cuenta su equipo para pelear en todos los frentes. Así, River se metió en los octavos de final de la Copa Argentina y espera por Termperley o Defensa y Justicia que juegan hoy.
Desde lo posicional River cambió con la intención de buscar una variante en su sistema de juego. Hizo un equipo más lógico para, quizás, sentirse más cómodo y suponiendo, también, que Instituto le iba a dar cierto respiro para hacer una prueba con otro esquema. Sin embargo, el equipo de Núñez se incómodo como contra Atlas y Guaraní.
Con Carlos Auzqui por la derecha y Pity Martínez contra la raya izquierda, se presumía que River podía tener más juego por las bandas y más explosión. Pero Auzqui no se metió en el partido. Y el juego recayó en el Pity, el único que aportó desequilibrio hasta que se le soltó la cadena y se fue expulsado por meterle un fuerte pisotón a Guido Mainero, juvenil del equipo cordobés que antes le había cometido una fuerte infracción. A Martínez le salió mal la intención de hacer justicia por mano propia.
River lo sintió porque de los pies del Pity salió lo mejor en la primera mitad, sobre todo en la pelota parada, la alternativa que le quedó al conjunto millonario para llegar al arco rival. Alario cabeceó el centro de Martínez y la pelota se fue cerca. También hubo combinaciones del Pity con el Pipa y con Scocco que llevaron algo de peligro. En ese contexto, la expulsión del ex Huracán fue un golpe duro para River que además debía reacmodarse en el campo de juego. Sin embargo, en el peor momento del equipo llegó el gol. Nacho Fernández envió un centro para que Alario se sacara la mufa.
Hasta ese momento no se notaba que Instituto jugara con un equipo diezmado, sin rodaje, que arrancó a entrenarse hace una semana y al que recién el viernes le dejaron habilitar a sus refuerzos. Siendo ordenado, se animó a arrimarse a Germán Lux, quien tuvo su mayor exigencia luego del error de un compañero suyo. Casco quiso darle la pelota pero se la regaló a un rival. Y el arquero le sacó el mano a mano a Facundo Castelli.
Instituto tuvo el empate en esa jugada. Pudo haber cambiado la historia. Pero la desaprovechó. Para colmo, minutos después fue expulsado Facundo Agüero. Se quedó sin la ventaja numérica de hombres en cancha. Y River se tranquilizó. Se acomodó desde la presencia de Ponzio. También, a partir del ingreso de Enzo Pérez. Enzo le hizo honor a su nombre y metió un golazo, el primero en el club del cual es hincha. El partido parecía resuelto, sin lugar a padecimientos.
Y así fue. Ni siquiera tembló River cuando Pinola perdió una pelota que derivó en el descuento del conjunto cordobés. Porque ese tanto le pudo dar lugar al sufrimiento final pero ocurrió lo contrario. Hubo una ráfaga furiosa del equipo de Gallardo para demostrar quién manda. La misma incluyó dos goles más (uno de Maidana y el otro de Santos Borré) para no dejar dudas y concretar una goleada que parecía impensada por el trámite del juego. Pero que la jerarquía de los jugadores de River la convirtió en realidad.