Independiente 4 - Deportes Iquique (Chile) 2 - Copa Sudamericana 2017
EN EL ESTRENO DE LA CAMISETA NEGRA, EL ROJO PASÓ DE GOLEADA A UN TRIUNFO APRETADO
Independiente gozaba de una noche dulce y lo amargó el descuento de Iquique
Arrasó en el primer tiempo y sacó cuatro goles de ventaja pero luego permitió dos de los chilenos. Así, aunque ganó, en la revancha no tendrá la amplia diferencia que había elaborado.
De negro, como el paladar que alguna vez supo tener el hincha de Independiente. Vestido como nunca, pero con el fútbol de galera y bastón que marcó gran parte de su historia. Así jugó Independiente, mostrando superioridad y alto vuelo en una noche de copa en el primer tiempo. Como en sus viejos tiempos, aquellos que busca reeditar Ariel Holan. Relajado, sobrando el complemento, sin agresividad, desordenado, incluso al punto de poner en riesgo su pase a los octavos de final por esos dos goles chilenos. Parecía liquidada la serie y quedó abierta después de un resultado inesperado, sobre todo por lo que había mostrado el equipo en los primeros cuarenta y cinco minutos.¿Cómo se pasó de un partido brillante a ese final de incertidumbre, más allá de la victoria? Independiente parecía tener el manual de Holan bien estudiado y lo había aplicado en el terreno de juego como un alumno ejemplar. Campaña sabía por dónde conviene salir. Los defensores entendían cómo construir desde en el fondo. El doble cinco estaba cada vez más compacto; cortaba y conectaba con los atacantes. Los de afuera desequilibraban y el mediapunta trataba de penetrar para no dejar aislado a la referencia del área, anoche Fernández. La cuenta pendiente era la definición. Con Gigliotti recuperándose de la operación de una hernia inguinal y Albertengo todavía con signos de la inactividad que le generó la rotura de ligamentos cruzados, necesitaba mayor presencia en la zona de gol.
Sólo bastaba recordar el partido contra Lanús, en la última fecha, aquella noche de la fantástica actuación de Andrada y la frustrada clasificación a la Copa Libertadores. Sin embargo, anoche le salieron todas en el primer tiempo. Contra un rival de poca envergadura, con apenas 39 años de historia, Holan había advertido en la semana que había que ganar y por muchos goles. De esa manera, lograría cerrar la serie en Avellaneda. Y el Rojo lookeado de negro arrasó en la etapa inicial. Se aprovechó de la poca resistencia de su adversario. Más allá de ese arranque en el que pareció jugar sin inhibiciones, cuando el equipo argentino se decidió a atacar, marcó la diferencia. La defensa chilena le dio todo tipo de ventajas. Desde la inseguridad del arquero Brayan Cortés hasta la poca claridad conceptual para cerrar de los laterales y las deficiencias de los centrales.
La pegada de Rigoni y el cabezazo de Franco abrieron el marcador. Después, llegó un pase genial de Fernández y una gran definición de Barco. Luego, un testazo de Fernández. Y en el cierre del primer tiempo, el 4-0 de Domínguez. Iquique pudo descontar, pero un tiro de Dávila pegó en la palo.
En el segundo tiempo,el Rojo bajó la intensidad. Y Holan cometió un error. Hizo un cambio que desequilibró al equipo. Sacó a Domínguez y desarmó el doble cinco. Con Benítez creyó tener más posibilidades en la contra, pero Independiente se desordenó. Iquique encontró un penal (no pareció falta de Tagliafico). Descontó Bielkiewicz desde los doce pasos. Y en el último instante, con una pelota parada, Espinoza de pechito marcó el segundo. Con dos goles de visitante, el 2 de agosto ya toma otro relieve la revancha. El sabor de la victoria, entonces, es agridulce.