Universidad Católica (Chile) 1 - San Lorenzo 1 - Copa Libertadores 2017
A San Lorenzo se le escapó el festejo, pero al menos sigue en carrera en la Copa
Llegó con la presión de dos derrotas y una más lo dejaba casi afuera. Ganaba bien hasta que Católica encontró el gol y luego sintió el cansancio. El 1-1 no es del todo malo, lo mantiene vivo.
De dominador a dominado. De estar logrando una victoria vital a finalmente conseguir un empate con sabor a nada. San Lorenzo continúa sufriendo en esta Copa Libertadores. Ayer, en Chile, mereció mejor suerte ante Universidad Católica, pero pagó muy caro su falta de eficacia en el primer tiempo y aunque logró su primer punto en el Grupo 4, aún mira desde el fondo a sus tres rivales y la clasificación a octavos de final parece cada vez más utópica.Se repite cada vez que un equipo es visitante en la Copa Libertadores: los primeros quince minutos son claves. De aguantar el envión del local se trata, pasar ese sofocón y luego comenzar a hacer el juego propio. Algo así le pasó a San Lorenzo, que en el primer cuarto de hora sintió el asedio de Universidad Católica y le costó hacerse de la pelota. Incómodos y apurados, los de Boedo sufrieron ese inicio.
Pero tras esos famosos quince minutos, empezó otro partido. La confianza cambió de lado, y el balón comenzó a ser propiedad exclusiva de los de Diego Aguirre, que se movieron en el césped del estadio de San Carlos de Apoquindo como si fuera el Nuevo Gasómetro. Y tuvieron su premio: el preciso centro de Ezequiel Cerutti encontró la cabeza de Nicolás Blandi, quien extendió su racha goleadora de 2017 y puso el 1-0.
El dominio en el campo, entonces, también se tradujo en el marcador. Y San Lorenzo, que había llegado a Chile con la obligación de obtener una victoria para seguir soñando con los octavos de final, se sintió aliviado. Las buenas señales comenzaron a florecer. Cerutti, de repente, volvió a ser ese extremo rápido e incisivo del año pasado, que dejaba rivales en el camino y al que no le podían sacar la pelota. Belluschi, a su vez, retomó su versión de todocampista: recuperó, jugó e hizo jugar a su equipo.
La última línea, también, volvió a mostrar seguridad y minimizó el peligro de Santiago Silva. No extrañó lo que vino luego: con juego asociado y desequilibrio, los azulgranas tuvieron varias chances para aumentar la ventaja. Primero fue Bautista Merlini, pero su remate fue sacado en la línea por Benjamín Kuscevic. Luego, Cristopher Toselli le ahogó el grito a Belluschi con una gran volada tras un tiro libre. Y, finalmente, el cabezazo de Matías Caruzzo se fue por encima del travesaño.
San Lorenzo había hecho los deberes en ese primer tiempo. Pero así como en el inicio del partido pudo aguantar los avances de los chilenos y se hizo fuerte desde su defensa, en el complemento sucedió todo lo contrario. No habían pasado ni siquiera cinco minutos cuando Diego Buonanotte se encontró con la pelota en la medialuna del área y remató seco, de zurda. El remate (bajo, sin tanta fuerza) se coló al lado del palo de Sebastián Torrico, que voló pero no logró desviar el remate.
San Lorenzo acusó el golpe. Y toda la presión que tenía en el inicio de repente le volvió a caer encima como un baldazo de agua fría. La pelota pasó a ser manejada por los de blanco, mientras que los de Boedo se vieron obligados a defenderse. Fue, al cabo, como si bajo el cielo de Santiago apareció nuevamente esa versión azulgrana que se vio en varios de los partidos de este 2017, en los que el juego colectivo estuvo ausente y en el que las individualidades no pesaron.
Aguirre buscó ayuda en el banco de suplentes, e hizo ingresar a Rubén Botta y Ezequiel Ávila por Cerutti y Merlini. Pero poco cambió. El local fue quien mantuvo el dominio y hasta pudo ganar, pero el cabezazo de Kuscevic se fue apenas al lado del palo. Los últimos minutos, en definitiva, encontraron a un San Lorenzo apurado, cansado y sin convicción.
Ahora, todo será cuesta arriba para los azulgranas, que dentro de dos semanas recibirán a la Católica en el Bajo Flores con la obligación de quedarse con los tres puntos. Así, al cabo, será en cada uno de los tres partidos que quedan en el Grupo: ganar o decir adiós.