San Lorenzo 1 - Chapecoense (Brasil) 1 - Copa Sudamericana 2016

Los efectos de la ausencia de Belluschi repercutieron demasiado en San Lorenzo

A la mañana salió la sanción de dos fechas y a la noche el equipo extrañó al volante. El empate como local 1-1 ante Chapecoense sólo generó desencanto.

“No podemos justificar que San Lorenzo haya jugado mal por la falta de Belluschi. Acá es el equipo, siempre. La responsabilidad es de los once que juegan y de los que ingresan luego”, trató de frenar la pelota Diego Aguirre en la conferencia de prensa. Antes, Néstor Ortigoza había dicho: “No estuvimos bien la con la pelota. Sabemos que Belluschi para eso es importante porque nos da claridad de tres cuartos de cancha hacia delante. Sufrimos mucho su ausencia. Ojalá pueda estar para la revancha”.

Belluschi, Belluschi, Belluschi... Belluschi fue el tema del día en San Lorenzo, desde bien temprano, cuando se conoció la sanción de la Conmebol, que le aplicó dos partidos de suspensión por la injusta expulsión ante Palestino, la semana pasada. Se entiende por qué los dirigentes movieron y seguirán moviendo cielo y tierra para que le atenúen la suspensión. Por algo Miguel Mastrosimone, secretario del club, viajó a Paraguay -sede de la Conmebol- para extender la presentación que se elevó por el talentoso volante. ¿Podrán reducirle la sanción?

La cuestión es que a la noche, sin Belluschi, a San Lorenzo le faltó juego y no le salió casi nada de lo planificado. Por eso se quedó en el 1-1 con Chapecoense en la ida de la semifinal de la Copa Sudamericana. El acceso a la final se complicó. Hubo desencanto porque el escenario, ahora, se presenta bastante complejo: como no ganó y le marcaron de visitante, quedará afuera si empata sin goles en la revancha del miércoles 23.

Chapecoense tuvo la virtud de ponerle las cosas difíciles a San Lorenzo. De entrada, lo sorprendió y lo incomodó. No salió a jugar como siempre se espera de un equipo visitante: el ambicioso 4-3-3 que propusieron los brasileños fue acompañado con mucha actitud. En una época en que los videos para visualizar cómo juegan los rivales son indispensables, es muy probable que el técnico Caio Junior haya revisado varias veces el de EstudiantesSan Lorenzo por el torneo local. El planteo de Chapecoense fue similar al que dispuso Vivas hace unas semanas en el Gasómetro: presión alta sobre los volantes que manejan la pelota y achicar espacio corriendo para adelante. Eso descolocó a San Lorenzo, que recién pudo combinar en ataque a los 20 minutos de esa primera parte: pared incompleta entre Blandi y Blanco. Al dominio visitante igual le faltaron situaciones de peligro real. Manejaba la pelota y estaba mejor parado en el campo, pero no era profundo. Buscó y se repitió con la pelota parada. En la única que tuvo, un cabezazo en contra de Blandi, apareció Torrico.

Resulta difícil calcular la importancia concreta de un jugador dentro de un equipo. Pero la conclusión que dejó la etapa inicial fue inequívoca: Belluschi es algo más que una gran individualidad en San Lorenzo. Juega y hace jugar; contagia y potencia. La ausencia del ahora citado por Bauza no se pudo disimular: San Lorenzo no tuvo circulación, fue dominado y regaló los peores 45 minutos del semestre. Aguirre intentó suplir la ausencia incorporando a Mathías Corujo en el medio y las diferencias quedaron marcadas. El uruguayo puede imprimir vértigo pero no claridad. Ahora, el DT deberá determinar cómo lo suplanta en la vuelta.

Lo abrió San Lorenzo porque Cauteruccio mandó un tiro libre al corazón del área y la pelota, con paciencia y timidez, se fue a morir al arco de Danilo sin que nadie la tocara, distraído por el salto de Angeleri.

Para graficar cómo se sintió San Lorenzo en esa etapa inicial hace falta poner la lupa en Ortigoza. No se puede decir que jugó mal porque casi no tuvo contacto con el balón. Le taparon siempre los canales de pase para recibir. Apenas pudo meter uno lindo para Emmanuel Mas, de tres dedos, que terminó en un tiro libre desviado de Cauteruccio. Hubo otra imagen de Ortigoza pidiéndoles calma a todos.

Luego, cuando mejor estaba San Lorenzo, por esas ironías del destino, Chapecoense igualó a través de Ananías cuando menos lo merecía. De ahí en más, el partido se hizo de ida y vuelta. No estuvieron finos para definir Blandi (dos veces) y Cauteruccio. Y fue empate. Ahora, el domingo, se viene Huracán. Ahí sí estará Belluschi. ¿Habrá milagro reglamentario y también estará en la revancha en Brasil?