Chapecoense (Brasil) 0 - San Lorenzo 0 - Copa Sudamericana 2016

San Lorenzo buscó hasta el final, pero no tuvo premio y se despidió de su sueño

Obligado por el 1-1 de la ida, casi lo gana en la última pelota, pero el arquero Danilo evitó el gol de Angeleri. Con el 0-0 Chapecoense llegó a su primera final internacional.

Luchó hasta el último de los suspiros. Fue con todo, con lo que tenía. Y lo tuvo. Incluso en la última, en ese remate desde abajo del arco de Angeleri que Danilo sacó con su pie derecho sobre la línea. Pero no pudo. San Lorenzo se quedó afuera en las semifinales de la Copa Sudamericana. Les costó muy caro a los de Boedo aquel 1-1 en el Nuevo Gasómetro, en la ida. Le alcanzó a Chapecoense con este 0-0 al que se aferró en todo momento para acceder a su primera final internacional.

Había una inquietud razonable en la antesala de este encuentro, en la concentración de San Lorenzo: cómo reemplazar a Belluschi; cómo conseguir que su ausencia no afectara la capacidad del equipo para construir juego. En nombre de eso, el técnico Diego Aguirre -misterioso como casi nunca antes- optó por guardarse una carta en el banco de suplentes: Blandi, quien arrastraba una molestia en la rodilla derecha. Dispuso un 4-1-4-1 con Mussis de último mediocampista y con Corujo y Cerutti por las bandas.

Al principio, esos primeros 20 minutos, San Lorenzo no padeció. No se sintió visitante allí en el Arena Condá, donde Chapecoense suele hacerse fuerte. Eso sí, le costó trascender en el campo de juego, llegar al área rival. Y ese escenario, más allá de cierta calma, no era negocio: San Lorenzo necesitaba sí o sí un gol, tras el 1-1 en la ida, en el Bajo Flores.

Lo que siguió en la segunda mitad del primer tiempo fue más incómodo para el equipo argentino: Chapecoense lo complicó por las bandas (en la marca, Corujo y Cerutti fallaron seguido) y lo puso a San Lorenzo en la cornisa. Incluso le hizo un gol, luego anulado por un offside mínimo de Willian Thiego. Fue una suerte de llamado de atención para un San Lorenzo que no conseguía hacer olvidar a su conductor ausente. Y que comenzaba a complicarse con el tamaño de la cancha (tipo el Diego Maradona de La Paternal).

Aguirre no esperó más allá del entretiempo: mandó a Blandi al campo, dejó a Corujo afuera y modificó el esquema por un 4-3-3 con Cauteruccio y Cerutti como extremos. Era una apuesta inevitable. Quedaba por delante un tiempo para conseguir ese grito imprescindible.

Así, San Lorenzo -que mejoró en lo colectivo y en lo individual- comenzó a ir tras los pasos de la victoria y de la clasificación. Y no estuvo lejos: a los 18, un cabezazo de Mas se estrelló contra el palo derecho del arquero Danilo. Pero también sufrió ante un rival pensado para defender y jugar al pelotazo: con espacios, el Kempes brasileño -negro, con peinado afro y el número 25 en la espalda- se las ingeniaba para generar peligro ante un San Lorenzo cada vez más volcado al ataque.

El último tramo estuvo asociado a la angustia. San Lorenzo siguió yendo. Acumuló gente, llegadas y méritos como para convertir. Pero no. No hubo caso. Entre Danilo y los mandatos del azar lo dejaron sin nada. Vacío. Afuera.