River 1 - Arsenal 0 - Copa Argentina 2015/2016
AVANZÓ A LOS CUARTOS DE FINAL
River ganó, pero se quedó cortó en el resultado
Superó 1 a 0 a Arsenal, otra vez con un gol de Alario. Pero le faltó eficacia para rematarlo. Desperdició varias, entre ellas dos remates en los palos.
No hay mal que dure 100 años... ni River que lo resista. Anoche ¡por fin! se terminó la racha diabólica de perder partidos importantes en este hermoso estadio sanjuanino. Tras dos derrotas a manos de Rosario Central por la Copa Argentina y el golpazo que recibió de Huracán, por la Supercopa, llegó este clarísimo triunfo, que no sólo significó el acceso a los cuartos de final de la Copa Argentina (su próximo escollo será Unión) sino que también es otro paso rumbo al objetivo de ganar el torneo y volver por esa vía a la Copa Libertadores.Más temprano de lo que Marcelo Gallardo esperaba, los rivales de River parecen haberle tomado el tiempo a la propuesta diseñada por el Muñeco. El comienzo del cruce con Arsenal se asemejó bastante a lo sucedido el domingo pasado en el Monumental, cuando San Martín de San Juan rescató un punto que River no esperaba resignar.
La mejoría se insinuó cuando Nacho Fernández -el más claro de todos- pasó a moverse por la derecha, con D'Alessandro por delante y Moreira -flojito en la media hora inicial- ya no quedó tan seguido mano a mano con Fragapane.
El esquema táctico 4-5-1 con el que el equipo de Sarandí se plantó en la capital sanjuanina denunció rápidamente cuál era el objetivo: proteger a su arquero Pellegrino, espiar la posibilidad de algún contraataque salvador y, cómo no, llegar a la definición con tiros desde el punto del penal.
Sergio Rondina pensó en una barrera larga de mediocampistas, con tres por adentro (Renso Pérez, Bellocq y Bazán) y dos alas que fueron Sanabria y Fragapane.
Sin embargo, el máximo responsable de que el primer tiempo terminara 0-0 fue Fernando Pellegrino, que en un minuto, con dos atajadas sensacionales, evitó que fueran gol un cabezazo de Alario y un zurdazo de volea de Fernández. Antes, con algo del Pity Martínez y un par de disparos lejanos de Ponzio, el Millonario también había mostrado más apetito que el conjunto del Viaducto.
Cuando regresaron para el período final, Arsenal se plantó más decidido desde la presión en la mitad de la cancha y al menos dispuso de una situación clara para marcar, como ese remate cruzado de Bazán que el joven Batalla sólo alcanzó a mirar y a sufrir.
Enseguida cayó el gol y la serenidad para los conducidos por Gallardo. Pellegrino, que venía para figura, cometió una grosera equivocación y Alario, confirmando que los goleadores aprovechan todo lo que anda por las área, definió cómodamente.
A partir de la ventaja llegó el momento de disfrute riverplatense. Como Arsenal se desplomó, inclusive con la variantes disparadas por Rondina, el equipo de Gallardo empezó a acumular situaciones propicias como para ganar cómodo. Y un par de goles más hubiesen establecido la diferencia que, en esta oportunidad, existió entre uno y otro. Faltó eficacia...
El entrenador riverplatense también supo que la historia estaba resuelta, que sería difícil que Arsenal pudiese emparejar el juego y el resultado. Con Andrade y Alonso hizo descansar a D'Alessandro y Driussi, respectivamente. De un u otro modo, todo River se sintió ganador antes del pitazo final de Loustau y empezó a pensar en Defensa y Justicia, el rival doméstico que enfrentará el domingo.