Independiente Santa Fe (Colombia) 0 - River 0 - Recopa Sudamericana 2016
LA IGUALDAD SIN GOLES LO DEJA BIEN PARADO PARA LA REVANCHA DEL JUEVES PRÓXIMO
River hizo poco, pero se trajo de Colombia lo que fue a buscar
Buscó algo más en el primer tiempo y casi no llegó en el segundo. Los locales mostraron poco. La figura fue Ponzio.
Si de algo puede aferrarse River para entender este empate con escaso juego y casi nada de potencia ofensiva, es que lo mejor de su historia en las Copas internacionales confirman que para el éxito final hubo invariablemente un primer paso positivo como visitante. Por eso, este River mínimo que pasó por Colombia aguarda esperanzado el próximo jueves, cuando en el Monumental se desarrolle el segundo capítulo de esta historia llamada Recopa. Frente a su gente espera jugar bastante mejor y plasmar una nueva coronación.Con casi los mismos protagonistas de los últimos tiempos -valen como excepciones el paraguayo Moreira y el ecuatoriano Mina-, Marcelo Gallardo presentó en El Campín un esquema diferente: 4-2-3-1, con Ponzio y Nacho Fernández armando un escudo protector de la línea de cuatro final, D'Alessandro por la derecha con la misión fundamental de manejar la pelota, Driussi detrás de Alario y el Pity Martínez a la izquierda, mitad volante y mitad extremo.
Campo y pelota fueron propiedad de River, con dos peligrosos remates desde afuera, disparados por Driussi y Martínez, que con ubicuidad y arrojo resolvió del veteranísimo Robinson Zapata (37 años y con pasado en Rosario Central, Independiente y Belgrano).
Lo que no pudo aprovechar el equipo argentino fue la cantidad de infracciones cometidas por Independiente Santa Fe, todas desperdiciadas por errores en los lanzamientos de D'Alessandro o por la falta de decisión de los cabeceadores para ir en búsqueda del balón. Tampoco la superioridad en la posesión pudo ser traducida en el área colombiana, ya que los generadores expusieron una marcada limitación en habilitar a Alario con chances concretas de gol.
Un grueso error de cálculo del arquero Batalla en una pelota aérea, que terminó con una salvada decisiva de Ponzio sobre la línea, funcionó como un quiebre en el dominio de River para que el equipo dirigido por el argentino Gustavo Costas comenzara su recuperación. De la mano de otros dos argentinos -Omar Pérez (ex Boca y Banfield) y Jonathan Gómez (con pasado en Central, Banfield, Arsenal y Atlético de Tucumán)-, el local dividió el control de la pelota y visitó más seguido una zona donde el moreno Mina no siempre ofreció las máximas garantías.
El arranque de la segunda etapa no trajo buenas noticias para el equipo de Núñez. Porque ya no le alcanzó con Ponzio (clave en la primera mitad) y Fernández para hacer pie cerca del círculo central, Independiente presionó sobre los receptores y los anuló definitivamente y Batalla justificó su condición de titular bloqueando un derechazo cruzado de Osorio.
Gallardo se convenció de que debía refrescar la estructura y decidió cambios: adentro Mora y Andrade por los deslucidos Driussi y D'Alessandro, que a esa altura de la noche ya no jugaban ni atacaban.
Si los pocos ataques del conjunto colombiano no tuvieron la pimienta necesaria para superar el buen andar de Maidana, los defensores locales no necesitaron mucho esfuerzo para controlar el ataque riverplatense, que se fue deshilachando con el pasar de los minutos. Ese último recurso del entrenador de recurrir al uruguayo Alonso no varió la realidad: River no pateó al arco de Zapata y acaso su mayor mérito sea que rescató un empate para definir en casa.