River 4 - Trujillanos FC (Venezuela) 3 - Copa Libertadores 2016
EL JUEVES ENFRENTA A INDEPENDIENTE DEL VALLE DE ECUADOR POR LOS OCTAVOS
Entre el pasaje anunciado y los vaivenes insólitos
River se clasificó primero, pero cumplió una labor desconcertante. Ganaba 4-1 y Trujillanos jugaba con diez, pero se quedó y terminó 4-3.
Dispuesto a repetir una velada ampliamente provechosa como fue el 6-0 ante los bolivianos de The Strongest, River mostró en el comienzo mismo del partido mucha movilidad e intensidad. Con D’Alessandro como eje, triangulando por la derecha con Mayada y Mercado, y haciendo idéntica tarea por el otro sector, con Casco y Nacho Fernández. Arriba, como para descargar lo que construía por los costados, Alario y sobre todo el uruguayo Alonso, que entendió a la perfección la idea del armador.
Sin inconvenientes para establecer claras diferencias, desde el juego, con su rival, la duda a resolver quedó limitada al resultado. Que empezó a aclararse bien temprano, cuando el tiro libre de D’Alessandro se metió a la izquierda del arquero Pérez. Y que pareció a resolverse definitivamente cuando, poco después, el talentoso mediocampista convirtió el penal que Nieves le cometió a Casco.
Como Trujillanos se exhibía impotente para incomodar a Barovero y muchos de los presentes conversaban sobre cuánto faltaba para que el marcador tuviera una cifra más abultada, la gente empezó a cantar sobre el Superclásico del domingo en la Bombonera. En los planes de nadie figuraba el error individual de Maidana -volvió de una lesión y se mostró desajustes en los movimientos con Álvarez Balanta- que acabó en el descuento de Cova, quien vulneró a Barovero con una hermoso derechazo.
Sin perder la tranquilidad que le otorgaba el resultado, River terminó la primera etapa con una ventaja mínima que de ningún modo reflejaba la diferencia de jerarquía entre dos conjuntos de diferente categoría.
Si tenía algunas, las dudas del entrenador Marcelo Gallardo se disiparon rápidamente en el tramo inicial de la segundo mitad. El desencuentro defensivo de los venezolanos permitió la aparición de Mayada para que River se sintiera decididamente ganador. También para que su DT, con las tempranas exclusiones de D’Alessandro y de Maidana, introdujera en su cabeza el tema Boca, incómodo escollo en otra semana donde el cronograma marca un viaje para protagonizar los octavos de esta Copa.
El cuarto gol, convertido por Alario, pareció bajarle la cortina a un trámite desigual. Pero este River muestra virtudes cuando ataca y es incapaz de disimular deficiencias cuando debe proteger a su arquero. Por eso, como de la nada, este flaco Trujillanos se dio un gusto histórico: acercarse en el marcador con dos goles seguidos y convertirse en el primer equipo venezolano que convierte tres goles en Argentina por el máximo torneo a nivel de equipos.
Así, River se quitó la posibilidad de lucirse en una noche donde tuvo la mesa servida como para saborear lo que se propusiera y en la cantidad que lo deseara. Mientras resuelve el compromiso con Boca, no podrá ignorar lo que sucede cuando el rival lo ataca. Nadie ignora que una jornada en la que se otorguen tantas ventajas defensivas, puede significar el final hacia un trofeo que es motivo de un fuerte deseo.