Sporting Cristal (Perú) 3 - Huracán 2 - Copa Libertadores 2016

SPORTING CRISTAL, CON POCO, LE GANO 3-2

El alma no le alcanzó a Huracán para rescatar un punto en Perú

Perdía 3-0 y jugaba con diez hombres por una roja a Sosa. Con coraje, se acercó en las cifras y mereció la igualdad.

Luchó Huracán hasta el último de los suspiros. A pesar de todo (de estar 0-3 con uno menos) y de todos (ese árbitro cuyos errores gravitaron mayormente en favor del local), coqueteó con el empate. Pero no le alcanzó: Sporting Cristal se impuso 3-2 y el Grupo 4 ofrece el segundo puesto para cualquiera. También para este Huracán que se anima a todo en la adversidad.

Lo sabía Huracán en esta antesala: la victoria en Montevideo ante Peñarol había refundado el escenario en el grupo. Las chances habían resucitado bajo cielo uruguayo. Y para esta ocasión, Eduardo Domínguez decidió repetir la receta: el recambio. Así afrontó esta cita: con un equipo mixto, con el regreso de Lucas Villarruel (tras las lesiones sufridas en el accidente en Caracas), con la presencia de Gonzalo Marinelli (en reemplazo del irreemplazable Marcos Díaz), sin Wanchope Abila (su principal referencia de ataque; una ausencia inentendible).

Esa decisión le costó en el rendimiento: sobre todo en las áreas. Huracán jugó un partido a la altura de las circunstancias relevantes, pero falló en ese lugar donde las equivocaciones se pagan con goles y con derrotas. Justo antes del primer gol -ese de Diego Costa, ante la duda de toda la defensa visitante-, Huracán tuvo dos chances muy claras, una en los pies de Villarruela y la otra con ese remate de Espinoza que se estrelló contra un palo.

Fue un castigo fuerte para un Huracán que había ofrecido lo suficiente incluso para ponerse en ventaja. Pero había más en ese territorio de incomodidades para el equipo de Parque de los Patricios: diez minutos más tarde, a la salida de un lateral, Sporting Cristal se encontró con una nueva duda ajena y con un nuevo gol propio: el 2-0 llegó desde un pie -el derecho- de Silva Gerez. Ese segundo grito limeño dejó una certeza en el ambiente: Marcos Díaz -el más influyente de los arqueros de la larga vida de Huracán- hace más pequeño el arco para los rivales y más grandes las chances de este Huracán con plantel corto.

Ya para el segundo tiempo, Huracán no se guardó nada. Incluyó a dos titulares sin discusión: Abila y Mauro Bogado. Sacó a los dos volantes central. Fue por más. Con todo. Pero el entusiasmo duró diez minutos: hasta ese penal que sólo vio el árbitro Díaz de Vivar (presunta falta de Sosa, que le costó la expulsión) y el 3-0 de Silva Gerez.

Pronto llegó el descuento de Abila. Y un rato después el segundo, también de Wanchope (¿adelantado?). Y después, esa búsqueda brava y desesperada, con centros, con tiros de afuera, con lo que tenía a disposición. No alcanzó para sumar. Pero sí para demostrar que este Huracán sigue luchando, también en la Copa...