River 1 - Sao Paulo FC (Brasil) 1 - Copa Libertadores 2016

River jugó poco, peleó mucho y apenas empató

En su debut de local en la Libertadores, el campeón de América fue más confuso que preciso ante un flojo San Pablo e igualó 1-1 con un gol en contra.

Era el estreno de River en el Monumental, ante su gente, luego de levantar la ansiada copa a mediados del año pasado. Había expectativa por ver al equipo de Marcelo Gallardo y los hinchas se prepararon para una fiesta. Pero River no sólo no pudo ganar, sino que además jugó decididamente mal. O mejor: peleó más de lo que jugó. Fue 1-1 ante un San Pablo tímido, que se volvió contento a Brasil y con lo que vino a buscar en el bolso.

La señal que había mandado Gallardo en la previa del juego, con el equipo titular que eligió, fue certera: mantener a los mismos que empataron con Boca, salvo el cambio obligado de Leandro Vega por el lesionado Jonatan Maidana. Un mediocampo, entonces, combativo, con la presión como eje fundacional del juego.

Así, River salió a prepotear a los brasileños, a hacerles sentir el rigor, a eso que algunos llaman “saber jugar” la Copa Libertadores. Porque River le comió las piernas a San Pablo. Hubo complicidad, claro, del árbitro Julio Bascuñán: cuando Ponzio y Vangioni entendieron que podían llegar unos segundos tarde, lo hicieron; lo sufrieron Calleri y Centurión, principalmente.

Se escribió: River salió a llevarse al rival por delante. Si Gallardo pensó el partido de anoche como uno que sería similar al Superclásico, no le erró: en los primeros minutos el local se plantó en el campo rival y fue casi con desesperación en búsqueda del gol. Y las situaciones se sucedieron. Lucas Alario cabeceó un centro del todoterreno Ponzio y Denis la mandó al córner; Mora, segundos después, no pudo festejar por culpa del travesaño; por último, Alario dejó defensores por el camino, pero su remate fue contenido por Denis. Apenas iban 8 minutos. Alguien en la platea se quejó: “Nos está pasando lo mismo que contra Boca”.

Pero no pasó lo mismo que contra Boca. A River la ausencia de Maidana le va a doler minuto a minuto: además de altura, el defensor aporta oficio y presencia como para amedrentar a todo tipo de delantera. Ganso aprovechó un mal despeje de la defensa de River y con un disparo de zurda puso el 1-0 para los visitantes. Sin buscarlo, San Pablo se puso en ventaja.

Y el libreto del River se desnudó, porque tuvo que pensar el partido, más que pelearlo. El empate llegó por medio de un regalo del arquero Denis: rechazó un balón que le venía a las manos y el rebote en Thiago Mendes fue a morir adentro del arco. Igual, a este River flaco se le notaban las costillas desde lejos.

Fue timorato lo de San Pablo en el Monumental, aunque evidenció algunas cosas. La zurda de Ganso parece de seda, pero se acuerda de jugar un par de minutos por partido; con eso no alcanza. No buscó mucho más que la igualdad el conjunto de Edgardo Bauza y River fue puro amor propio. Una jugada, a los 5 minutos de la etapa final, grafica al millonario anoche: Ponzio no pudo avanzar con la pelota en los pies en dos oportunidades simultáneas, erró ambos pases a Vangioni, pero rápidamente recuperó, a pura presión, y puso al equipo en situación de ataque. Trabando iba para adelante el local. Tampoco alcanzó.

Los ingresos de D’Alessandro y de Alonso no pudieron cambiar el rumbo. El Cabezón se estacionó en la derecha y no pudo desequilibrar. Rara vez Vangioni y Mercado pasaron al ataque y Nacho Fernández fue más confusión que sapiencia. En una corrida lo pudo ganar San Pablo: Calleri, debajo del arco, remató por arriba.

Hubiese sido injusto. Como hubiese sido injusto que ganara River, por la carencia de juego asociado. Fue empate y estuvo bien. Se jugó mal; habrá mucho por mejorar.