Boca 2 - Racing 4 - Copa de Oro Mar del Plata 2016
A LOS 12 MINUTOS YA VENCÍA 2-0 A UN BOCA CON SUPLENTES
Racing mantiene un poder de fuego que lo hace soñar
En el 4-2 sobre Boca se destacó el tridente de ataque que puso Sava: Bou, MiIito y Acuña. El equipo B del Vasco, impetuoso adelante pero flojo atrás.
Era la prueba de fuego que se había propuesto Facundo Sava en Racing: ensayar contra Boca, en Mar del Plata, con el equipo que jugará frente al Puebla en México buscando un lugar en la fase de grupos de la Copa Libertadores. La prueba dejó aspectos positivos. Uno, y fundamental, lo importante que resulta la continuidad de Gustavo Bou, quien en el inicio de la pretemporada de había declarado en rebeldía y anoche ratificó que su brillo no se apaga. Racing no solo le ganó a Boca (que puso en cancha un impetuoso lado B), sino que también dejó la impresión que ya es una marca registrada, esa que sentencia que es un equipo duro, qué sabe lo que hace y que es muy difícil de doblegar. Y cuando hubo grietas, apareció la figura de Nelson Ibáñez, el que en México tendrá la responsabilidad de reemplazar al suspendido Sebastián Saja.En Racing hubo sorpresas: Sava apostó por el 4-3-3 cuando se pensaba que jugaría con un 4-4-2. Dejó más espacios en las bandas, que Boca aprovechó sobre todo por la derecha con Jara y Pavón, pero al final consiguió réditos en ataque. Así, Sava se animó a poner en cancha a su dibujo ideal en un amistoso clave. Federico Vismara llegó para ser el patrón del mediocampo, para meterse entre los centrales y ser la salida clara. Ayer, volvió a sufrir a la hora de marcar, pero demostró que desde sus pies pueden nacer grande deseos. A sus costados, sus laderos fueron Cerro y Aued: siempre cumplen. La novedad estuvo en el ataque. Diego Milito fue el centrodelantero, con Bou por izquierda y Acuña por derecha. Queda la duda, con este esquema, de lo lejos que les quedó el arco por momentos a Bou y a Acuña.
Boca presentó un equipo alternativo porque tendrá su prueba de fuego el sábado ante River. De ayer, queda la ilusión que produjo la aparición de Alexis Messidoro. Al juvenil no le pesó el partido y hasta se animó a guapear. Tiene Messidoro cabeza de futbolista conceptual, ese que puede meter pases que son un poema. Anoche, por caso, regaló una habilitación de tres dedos para Pavón que pocos pueden observar. También fue buena, otra vez, la impresión que dejó Leonardo Jara, versátil como volante o lateral. Un detalle: Boca tal vez deba repensar los puestos a reforzar. Busca un 9 y Andrés Chávez mostró que puede recuperar crédito, y en cambio quedó en claro, por lo visto ayer, que atrás de Tobio y el Cata Díaz, los zagueros titulares, poco se puede confiar en Magallán y Rolín.
Cuando el juego no se había armado, Milito evidenció que está fino: aprovechó un rebote y salió a festejar el 1-0, en una jugada que debió ser anulada por offside (de cuatro jugadores, entre ellos el propio goleador). Con la ventaja, el equipo aplomado se lució ante el más improvisado. Ahí apareció lo que pide Sava: salir jugando, tocar. A partir de Vismara, Racing tocó y tocó. El primer ole de la tribuna bajó a los 15 minutos. Cosas del fútbol, el gol de Acuña llegó tras un pelotazo largo de Grimi y un grosero error de los centrales rivales. Y Bou, en el segundo tiempo, emergió para apagar el plan de Boca de revertir el resultado. El poder de fuego sigue intacto. Pero ojo, que tal vez no encuentre en Puebla los obsequios que recibió anoche.