Huracán 0 - Independiente Santa Fe 0 - Copa Sudamericana 2015

NO PUDO DE LOCAL

Huracán mostró poco y deberá ir por todo en Bogotá

La primera final de la Copa Sudamericana terminó sin goles en Patricios. Al local le faltó fútbol para quebrar a Santa Fe. La revancha, el miércoles.

Cuando Wanchope no la mete, Huracán está en problemas. Y como anoche Ábila tuvo una noche complicada frente a esas dos torres negras que son Mina y Meza, al equipo de Eduardo Domínguez no le dio para más que empatar, salvar el invicto en el torneo y esperar que el desquite en El Campín lo encuentre con mayor luminosidad.

Cierto es que a Wanchope le faltó un defensor como Maidana que la semana pasada, con la camiseta de River, le dio todas las ventajas juntas que un atacante puede desear. Sin embargo, una verdad aún mayor es que Montenegro, Espinoza y Toranzo jugaron mal y fueron los máximos responsables de que la estructura no tuviera juego, careciera del brillo de jornadas pasadas y, finalmente, quedara lejos del triunfo porque con empuje no pudo más que inquietar livianamente a un rival que le dio ventajas.

Independiente Santa Fe tiene poco y nada de lo que habitualmente se le reconoce como virtudes al fútbol colombiano. Como no cuenta con el argentino Omar Pérez en plenitud -jugó sólo un ratito- para administrar la pelota, la pierde rápido. Le dura poco. No disfruta con la tenencia. Corre mucho, recupera con abundancia y vuelta a empezar. Pero tampoco esta colombianizado para defender, porque eso lo hace bien. Tiene el orden que heredó de la gestión del argentino Gustavo Costas.

Retrocede y une las dos líneas de cuatro formando un bloque difícil de horadar. Dobla las marcas con una disciplina táctica que bien le gustaría tener José Pekerman en el seleccionado cafetero. Y tiene de respaldo a esa pareja de longilíneos zagueros centrales que de aire despejaron todo y por abajo exhibieron mejores recursos de los que se podría suponer por sus cuerpos exhuberantes.

Flojísimo primer tiempo de Huracán, que recién se desperezó en el descuento con un zurdazo esperanzador de su atacante excluyente. Sin tener el ataque como prioridad, los colombianos contraatacaron conceptualmente y con el cabezazo de Angulo en el travesaño y un balazo zurdo del venezolano Seijas a poco estuvieron de agrandar las penurias del Globo.

Por lo que presionan Vismara y Bogado más alguna proyeccción de San Román y la esperanza de Mancinelli-Nervo en alguna jugada con la pelota detenida, Huracán mejoró en la etapa complementaria. Además, Ábila le giró un par de veces en el área a los mastines morenos y una tenue sensación de gol anduvo rondando el arco de Zapata.

Con el correr de los minutos, el oficio del visitante pudo más que los deseos arrebatados del local. Como Toranzo pasó a jugar muy mal, al Rolfi Montenegro nunca le quedó ni una como sacudir desde lejos y el tobillo averiado de Espinoza obligó a un cambio demasiado temprano, la noche en Parque de los Patricios dejó todo en veremos para la próxima semana, cuando vuelvan a enfrentarse esta vez en la altura de Bogotá.

Es probable que a Huracán le duela hoy el empate por dos verdades paralelas: 1) No consiguió ese triunfo de local que para los ida y vuelta luce esencial. 2) Jugó flojo. cuando la realidad exigía por lo menos algo parecido a lo hecho frente a River. Hoy es así. Mañana, tal vez, razone que se llevó el mejor resultado cuando ganar no se puede.