Rosario Central 1 - Racing 0 - Copa Argentina 2014/2015
EL EQUIPO DE COUDET JUGÓ CON LA AUDACIA DE SIEMPRE Y EL DE COCCA FUE DEMASIADO CAUTELOSO
Central tuvo el valor que le faltó a Racing
Un lindo gol de Marco Ruben en el primer tiempo les sirvió a los rosarinos para llegar a la final, que disputarán contra Boca. Los de Avellaneda exageraron con las precauciones y, cuando intentaron reaccionar con los ingresos de Milito y Romero, era demasiado tarde.Hay un equipo audaz, convencido, que busca con determinación la gloria. Es Rosario Central el que domina la escena en Salta con esas armas que lo impulsaron a pelear el campeonato, a crecer desde los escombros que habían tras una campaña preocupante en 2014. Son los rosarinos los que se festejan en el desenlace de la noche, por la valentía con la que encararon el partido, por ese goleador extraordinario que es Marco Ruben, por un técnico que no cambia ante la coyuntura.
Y ahí está Racing, un garabato del campeón, con su laureado entrenador fallando en el duelo más trascendental de esta última parte del año, mezquinando talento, refugiándose entre volantes de marca, resignando el protagonismo de la camiseta. Y reconociendo sus errores con los cambios del segundo tiempo. Tarde, tan tarde, que la ilusión de la Copa Argentina se disolvió en este rincón del Norte. Sí, la final será entre Central y Boca, igual que en el campeonato.
Tomó extremas precauciones Racing para encarar esta semifinal. Después de ganar con autoridad el clásico ante Boca, Cocca prescindió de su jugador más calificado, Oscar Romero, y cambió el esquema pensando en cuidarse de Central. Entonces, apostó a un parado táctico (4-1-4-1) en el que sobró marca y faltó juego. Pero eligió a Videla como soporte de los centrales y los volantes, un mediocampista clave en el torneo pasado, aquel que terminó con la vuelta olímpica celeste y blanca, aunque carente de ritmo. Dos partidos como titular jugó el cordobés en este semestre, ante Newell’s, en la reanudación del certamen tras el receso de la Copa América, y los sesenta y cinco minutos restantes del duelo con Godoy Cruz.
Y salió lejos Videla, casi siempre. Y cometió una falta que los rosarinos ejecutaron rápido. José Luis Fernández, que había sido el jugador más punzante de Central, abrió para Lo Celso, que desbordó ante la débil marca del propio Videla y envió un centro para que Ruben cabeceara en la puerta del área chica, delante de las narices de los centrales y Saja. Dejaron ejecutar su mejor arma al futbolista más destacado. Y no los perdonó.
Fue en el cierre de un primer tiempo en el que Racing apostó a la organización de Aued y sólo preocupó a su rival cuando Acuña, especialmente, o Noir llegaron al fondo. Pavone tuvo trabajo extra. En la más cruda soledad, intentó bajar cada pelotazo de los costados, pero perdió influencia en la zona de gol. Y la jugada más clara que tuvo fue un cabezazo de Nicolás Sánchez que pegó en el palo.
Central fue ofensivo. Buscó siempre por la izquierda, con Fernández, generando peligro en un sector donde Pillud padecía permanentemente. Y por ahí mismo se filtró Larrondo en un contraataque que no terminó en gol del uruguayo porque lo bloqueó Saja y porque en el rebote, Cerro llegó a poner el cuerpo, el alma y la vida para salvar el segundo en la línea ante Ruben.
Cocca regaló una hora del partido. Y por fin le dio pista a Romero. Y a Milito. Y Racing, que ya se había adelantado unos metros, desarmó el temeroso 4-1-4-1 para desplegar un 4-3-3, con Romero abierto. Pero el equipo mostró un desorden alarmante ante un rival bien plantado, que halló espacios en la réplica, con Montoya muy activo y con un jugador bárbaro, Ruben, que las peleó todas. Sánchez, impotente, se hizo echar por una patada criminal al goleador. Y Lo Celso, por una protesta infantil. Milito, con poco, demostró que estaba para entrar antes. Y sacudió el poste de García. Pero fue justo el triunfo rosarino. A fin de cuentas, ganó la Academia que más propuso.