Independiente 0 - Ind. Santa Fe (Colombia) 1 - Copa Sudamericana 2015
CAYÓ 1-0 CON SANTA FE
El Rojo tuvo una noche negra y quedó complicado
El duelo de los Independiente fue para los colombianos. Diego Rodríguez erró un penal y se equivocó en el gol. El jueves, la revancha.
Una invocación al facilismo permitiría ahorrar palabras y salir del paso: cuando las cosas no salen, no hay nada que hacer. Si los planetas se alinean en contra, queda esperar un milagro y dar vuelta la página si no se produce. Pero no: la derrota de Independiente ante su tocayo colombiano tiene unas cuantas explicaciones, algunas de ellas constatadas durante el partido y otras acaso más intangibles, acaso aleatorias, pero decisivas...Podrá sonar exagerado, pero Independiente empezó a perder este partido en La Paz, cuando una distensión sacó de la cancha al uruguayo Cristian Rodríguez en plena eliminatoria. No tiene reemplazante el Cebolla en este plantel, y su rol de conductor no pudo ser asumido por ninguno de sus compañeros. Ver a Diego Vera desdoblarse como 9 y como 10 fue conmovedor, pero permitió imaginar problemas: una cosa es asociarse en el toque pero estar siempre listo para la definición, y otra es tener que armar la jugada y que definirla.
Pero además de Rodríguez, Independiente extrañó a Mancuello (jugó, es cierto, pero todavía está bien lejos del que deslumbró incluso a Martino), a Benítez (increíblemente empecinado en gambetear tres veces al mismo rival) y hasta a Ortiz, el dueño del primer pase que anoche erró como nunca.
Así las cosas, sólo un funcionamiento ya aceitado mantuvo con vida al equipo que anoche dirigió Tamarit. Empujaba Cuesta, iba Toledo por derecha, se multiplicaba Vera. Había circulación y ganas de lastimar. Pero de a poco, los colombianos empezaron a entender que rescatar al menos un punto no sería misión imposible. Y que la ingenuidad de sus centrales y la liviandad de casi todos podría pesar menos que el talento de Seijas y las amenazantes presencias de Quiñones y Morelo.
El penal, su resolución, fue el síntoma más claro de lo que le esperaba a cada uno. En el duelo de arqueros, Rodríguez erró su primer disparo desde que los ejecuta y Zapata empezó a erigirse en la gran figura al adivinar. Los dos equipos supieron leer esa jugada como un sino. Y ya no habría partido.
Es cierto: el Independiente argentino arrinconó al colombiano en el arranque del segundo tiempo. Trejo y Benítez cambiaron de punta y Mancuello tiró en la cancha lo que le quedaba. Cuesta se las arregló para anular rivales y encabezar ataques con potencia y presencia. Pero Santa Fe cambió revoleo por réplicas amenazantes, con Seijas sabio para conducir, Salazar y Roa firmes para quitar y pasar y un Zapata imbatible.
Faltaba el golpe de gracia (con los improductivos Pisano y Aquino en cancha), y llegó a los 20: escapada de Balanta, único quedo de Toledo y otro error de Rodríguez, esta vez regalando el palo y permitiendo que el lateral pusiera el 1-0 y convocara a todos los fantasmas.
Quedaba un rato. De un lado, lo que antes era imprecisión ahora era nerviosismo envuelto en murmullos. Nunca había perdido Independiente en su casa ante un equipo colombiano. Del otro, la visita se aferró al primer triunfo de su historia en la Argentina.
¿Serie resuelta? Para nada. Le sobran argumentos al equipo de Pellegrino para pisar fuerte en Bogotá. Pero deberá empezar por buscar explicaciones (que las hay, está dicho) y no culpar a la fatalidad. Recuperar la memoria y al Cebolla podría ser un buen comienzo.