Ind. Santa Fe (Colombia) 1 - Independiente 1 - Copa Sudamericana 2015
QUEDÓ ELIMINADO TRAS CAER EN AVELLANEDA Y EMPATAR EN BOGOTÁ
Independiente tuvo muy pocas luces para dar vuelta la historia
Había perdido 1-0 en Avellaneda y volvió a faltarle contundencia y creatividad. No le alcanzó la reacción final.
El trono sigue maltrecho. Como si fuera tan simple volver a levantar un imperio que supo conquistar el mundo entero y que luego fue despedazado en mil partes por dirigencias corruptas, negligentes e incompetentes. No señor. La corona de este verdadero Rey de Copas continúa sin el brillo de épocas doradas. Y le falta mucho lustre todavía para que vuelva a irradiar ese reflejo que dejaba ciego a sus adversarios de sólo atreverse a mirarlo.Independiente había llegado a Bogotá con la ilusión de recuperar de una vez por todas esa estirpe copera. Pero se le puso enfrente la realidad. Es un club y un equipo en plena rehabilitación. Del desastre a la gloria hay un largo trecho. Independiente lo está atravesando de buena manera. De a poco. Sin embargo, deberá seguir esperando un tiempito más para recobrar esa mística que se fue con los botines del Bocha, como máximo exponente de la historia roja.
La Copa Sudamericana, trofeo que ya ganó en 2010, era la excusa para retomar con pisada fuerte el camino internacional, ese en el que se sintió tan cómodo en algún momento de su vida. Ya no. Anoche quedó en evidencia esa falta de roce. No se recupera así nomás la chapa copera. Pero, estos dolores profundos son los que, en definitiva, van forjando la armadura hacia el futuro. El que festejó ayer fue el otro Independiente, el de Colombia, más allá del empate final.
Tenía la dificultosa tarea de darlo vuelta el Rojo, que ayer se vistió de blanco. La serie comenzó a perderla en Avellaneda, la semana pasada. Pagó carísimo los errores y vino a Colombia con la convicción de poder revertir la situación. Sin embrago, nunca lo demostró en el terreno de juego el equipo dirigido por Mauricio Pellegrino, que quedó enredado en la estrategia del viejo lobo del fútbol Gerardo Pelusso. El Independiente visitante tuvo la pelota porque el Independiente local se lo permitió. Ese, al cabo, era el plan del técnico uruguayo. Crear espacios en el campo del Diablo para aprovecharan alguna contra.
Sin el Cebolla Rodríguez (no estaba para aguantarse los 90 minutos) desde el inicio, ningún caballero rojo comandó la iniciativa visitante. El doble cinco colombiano, Gordillo-Salazar, impidió todo tipo de propósito argentino. Pellegrino pensó en buscar peligro por los costados, pero Benítez fue el único que desbordó una vez sobre el final de la primera parte (no llegaron ni Vidal ni Mancuello por el medio), cuando el partido ya estaba 1-0 a favor de Santa Fe por ese cabezazo de Francisco Meza tras el córner de Seijas.
Ya con el Cebolla en cancha, el dibujo mutó a un 4-3-1-2, con el charrúa como enganche. Independiente apretó, con más coraje que fútbol. Lo tuvo Vera en la única que le quedó, pero se cayó. Lo tuvo un rato después Lucero (entró por Tagliafico), pero decidió pararla antes que cabecear de una. En el final, Independiente lo empató por el gol en contra de Robinson Zapata. La igualdad llegó demasiado tarde.
Esta eliminación le deja un sólo camino al Rojo para clasificar a la Libertadores 2016: ganar la Liguilla. Por eso, el cruce del domingo ante Aldosivi en Mar del Plata toma vital trascendencia.