Huracán 3 - Sport Recife (Brasil) 0 - Copa Sudamericana 2015
PARQUE PATRICIOS CELEBRÓ UNA GRAN ACTUACIÓN ANTE SPORT RECIFE
Noche perfecta de Huracán con goles, fiesta y pasaje
Jugó bien todo el partido y lo definió en la segunda parte con uno de Bogado y doblete de Ábila. Está en cuartos.
Celebra Parque Patricios en la noche del miércoles que se hace jueves. Goza Huracán en su cancha, abrazado a un nuevo paso de este plantel capaz de devolverlo a Primera, de ganar la Copa Argentina y la Supercopa en menos de un año. Hay más: Huracán sigue en la Sudamericana. Jugó un notable segundo tiempo, gustó, goleó y eliminó por 3-0 a Sport Recife y espera rival en los cuartos de final: Lanús o Defensor Sporting. Y de paso, como eventual mejor argentino en esta competición, sueña con volver a la Copa Libertadores.No era un partido más para Huracán. Tenía el carácter y las particularidades de una cita relevante. Se percibía en la previa, por Colonia, por Luna, llegando a Alcorta. Gente y más gente entusiasmado con ganas de ver a Huracán en el Palacio Ducó. Con deseo de seguir en esta Copa Sudamericana que ya es prioridad, con el promedio que ya no asusta. El dato pasó desapercibido, pero tenía carácter histórico: Huracán jugó ante Sport Recife su duodécimo partido internacional en el año; así superó los once en la Copa Libertadores de 1974, cuando accedió a semifinales.
El equipo jugó a la altura de la expectativa: por la intensidad, por la constancia para recuperar la pelota, porque nunca le permitió jugar cómodo al rival. Tenía una ventaja: cierta tranquilidad por el 1-1 en Brasil. No especuló con la posibilidad de acceder a la siguiente ronda con un empate sin goles y tomó sus recaudos para evitar que el equipo de Falcao lo arrinconara. Contó con el equilibrio de Bogado -clave desde su llegada en el receso- y Vismara en el medio; con los destellos de Toranzo y de Montenegro; con la velocidad y la generosidad de Espinoza; con la inquietante presencia de Ábila. ¿Y en el fondo? Una premisa: nada de complicaciones.
Huracán tuvo una gran virtud: su contundencia en el segundo tiempo. Lo borró de la cancha al equipo brasileño. Con la eficacia de Ramón Ábila y un golazo de Mauro Bogado terminó al ritmo de un Olé, Olé, Olé que retrató claramente su neta supremacía en el partido.