Tigre 2 - Huracán 5 - Copa Sudamericana 2015

EL EQUIPO DE PARQUE PATRICIOS LE GANABA 5 A 0 DE VISITANTE A TIGRE CON TRES GRITOS DEL PIBE

Huracán, Espinoza y ese show de goles inolvidable

Resultó un partidazo. Como para tener una mínima ilusión en la revancha, los de Victoria descontaron en el final.

Huracán sopló fortísimo en Victoria y se trajo un resultado que tiene todo la pinta de serie resuelta, ya que marcar cinco goles de visitante luce como más de un pase para quedarse con el cruce. Jugó un partido extraordinario en ataque y si recibió un par de goles en el final fue sólo porque creyó que Tigre estaba definitivamente liquidado.

No hubo en la riquísima historia en los 106 años de vida un equipo más ciclotímico que este. Capaz de vapulear a Cruzeiro, el bicampeón brasileño, y después dar pena ante Mineros, un frágil representante del fútbol venezolano. O perder seguido, como lo hace en la actualidad en el torneo doméstico, pero también capaz de ir a Victoria, por la Copa Sudamericana, y marcarle cinco goles a un equipo de Gustavo Alfaro, entrenador que se caracteriza por armar estructuras homogéneas sobre todo en defensa.

Huracán tuvo un arranque furioso. Y goleador. Se puso en ventaja por un penal (mano de Arzura) que convirtió Bogado. Y esta vez siguió buscando más, con el fútbol que sumaron Toranzo y el regreso del Rolfi Montenegro, que metió una bola de oro para que Espinoza, anunciando que sería su gran noche, abriera el pie para dejar como pintado al arquero local.

Con el resultado 0-2, los errores y horrores a Tigre se le tornaron indisimulables. Nada de Luna, casi nada de Rincón, la esperanza fue alguna pelota detenida para la cabeza de Goñi, que en un par de oportunidades preocupó a Marcos Díaz.

A medida que pasaban los minutos, la derecha de Montenegro empezó a ser fundamental en cada pelota que andaba merodeando por la zona del círculo central. Y como si fuera esa película que dieron en todos los barrios, absolutamente todos sabían que había un contraataque flotando en el ambiente. Hasta que la manejó el Rolfi y Espinoza la cruzó de modo inapelable.

Con el partido definiti vamente roto, la segunda mitad se transformó en un encuentro de metegol. El Globo transformó el triunfo amplio en goleada, con un cabezazo de Abila y el tercer tanto de Espinoza, que entró más solo que en un entrenamiento.

Sobre el final, Wilchez y Luna decoraron el resultado como para que Tigre crea que no todo está perdido. Igual, Huracán puso el duelo en un estado que tiene aroma a definido aunque aún resten jugarse otros 90 minutos.