Boca 4 - Guaraní Antonio Franco 0 - Copa Argentina 2014/2015
GOLAZOS DE GAGO Y DE CALLERI Y EN LA SEGUNDA PARTE AUMENTÓ CON PENALES DE TÉVEZ Y CHÁVEZ
Serio y efectivo, Boca armó un festival de goles
Tuvo juego y paciencia para abrir la defensa de Guaraní y después impuso su jerarquía para lograr el pasaje a los cuartos.
Habrá que buscarle la rima a la canción, creatividad del hincha mediante, porque está claro, se piense como se piense y se diga como se diga, que el Boca de hoy es “el equipo de Carlos Tévez”. La presencia del Apache es eso que llegó de Europa como ilusa ilusión y que, de a poco, se fue convirtiendo en un pincel que aclaró el horizonte de Boca después de un semestre duro, en el que las esperanzas se fueron todas al otro lado de la ciudad. Carlitos resignificó a la actualidad del equipo azul y oro y cambió la cara de todo el mundillo que rodea al club. Con él, cualquier cosa parece posible. Lo de San Juan, con una goleada ante un rival de menor jerarquía como Guaraní Antonio Franco, solamente fue un capítulo más en esa historia.Tévez encendió las esperanzas porque encontró a un plantel con las herramientas para soñar. Eso ocurre cuando Pablo Pérez es el volante con marca, pase y gol. El que ayer cosechó su quinta asistencia del semestre. Eso también pasa cuando Fernando Gago pisa el área, como tantas veces se lo pidió el Vasco Arruabarrena, y abre el camino para la goleada.
Boca lo domina y lo golpea a Guaraní Antonio Franco, después de un comienzo laborioso, en el que tiene dificultades para abrir el resultado. Allí aparece la pregunta: ¿cómo se hace para plasmar la jerarquía ante un rival menor? Pues con paciencia. Por eso, toca la pelota 20 veces y de un lado a otro, hasta que aparece el cambio de Tévez para Pérez, que se la deja de taco a Gago, que resolverá de manera magistral y casi haciendo jueguito. Desde allí, todo fue de Boca.
El Apache va por aquí y por allá y desarrolla su fútbol de todas las maneras posibles y por todos lados. Por eso, cuando recibe de Nicolás Colazo en el contragolpe capta, como un imán, la atención de toda la defensa de Guaraní. La arrastra y la arrastra, mira al arquero y hasta con eso lo engaña. Cuando todos piensan que va a patear al arco, la pelota va a parar a los pies de Jonathan Calleri, que abre el botín y la deposita con suavidad. Si el nueve estaba sólo es porque Tévez hipnotizó a todos.
El resto del partido se marchó en dos penales. Uno terminó en los pies del Apache, que ejecutó con solvencia contra un palo. El otro fue a levantar el ánimo de Andrés Chávez, que jugó poco en el semestre y que le pidió el tiro a Calleri. Así, Boca terminó de coronar una goleada ante un rival que camina por el fondo de la tabla de la B Nacional, lo que, torneo de 30 equipos mediante, lo pone a casi 50 puestos de distancia del conjunto de Arruabarrena, puntero en Primera División.
El desafío de Boca habita en sostener sus rendimientos frente a rivales de mayor peso, tal vez la gran cuenta pendiente del ciclo del Vasco. Eso, en un septiembre que asoma con River y San Lorenzo como grandes escollos, eso es todo un desafío. Claro, como dato no menor, ante los de Edgardo Bauza no contará con Tévez, la patria, la bandera y la religión del redescubrirse azul y oro. Pero para eso falta un tiempo. El equipo de Carlitos dejó San Juan con la sensación de la tarea cumplida y con la certeza de saber que en su referente habitan todas las respuestas.